Tras diez años vacante, el cargo de obispo castrense será ocupado por el actual titular de la diócesis cordobesa de Cruz del Eje, monseñor Santiago Olivera, quien fue designado por el Papa Francisco para actuar en la órbita de las Fuerzas Armadas.
Tras diez años vacante, el cargo de obispo castrense será ocupado por el actual titular de la diócesis cordobesa de Cruz del Eje, monseñor Santiago Olivera, quien fue designado por el Papa Francisco para actuar en la órbita de las Fuerzas Armadas.
La designación fue oficializada a través de un comunicado firmado por el nuncio apostólico, Emil Paul Tscherrig, en el que se destacó el rol del flamante obispo castrense en el proceso de canonización del primer santo argentino, José Gabriel del Rosario Brochero.
El Vicariato Castrense estaba vacante desde mayo de 2007, cuando Antonio Juan Baseotto había renunciado al puesto como consecuencia de haber cumplido los 75 años que pone como límite el derecho canónico.
La salida de Baseotto había sido en malos términos con la Casa Rosada, ya que había criticado duramente la postura del entonces ministro de Salud, Ginés González García, en favor de la despenalización del aborto.
En aquella ocasión había citado un pasaje de la Biblia que señala que "quienes escandalizan a los niños" merecen "ser arrojados al mar con una piedra de molino atada a su cuello", en una metáfora muy poco feliz, que fue asociada con los desaparecidos por el terrorismo de Estado, durante la dictadura cívico militar.
Tras su renuncia, monseñor Pedro Candia se había desempeñado como administrador diocesano a cargo del área.
Oriundo de la ciudad de Buenos Aires, Olivera cursó sus estudios eclesiásticos en el Instituto de Filosofía y Teología San José y, luego de ser ordenado sacerdote en 1984, fu elegido por el entonces Papa Benedicto XVI como obispo de Cruz del Eje en 2008.
Asimismo, desde 2014 es presidente de la Comisión Episcopal de Comunicación Social del Episcopado Argentino, por lo que forma parte de la Comisión Permanente del Episcopado.
El cargo de obispo castrense tiene como objetivo "proveer de manera conveniente y estable a la mejor asistencia religiosa de las Fuerzas Armadas de la tierra, mar y aire", de acuerdo al acuerdo firmado entre El Vaticano y la Argentina en 1957.
"La jurisdicción del obispo castrense y de los capellanes es personal, se extiende a todos los militares de tierra, mar y aire en servicio activo, a sus esposas, hijos, familiares y personal doméstico que conviven con ellos en los establecimientos militares", establece el artículo 10 de aquel acuerdo.
También incluye "a los cadetes de las instituciones de formación y aspirantes de los institutos de suboficiales y a todos los religiosos y civiles que de manera estable viven en los hospitales militares o en otras instituciones o lugares reservados a los militares".


