Nada del ideal planteado por el gran Miguel Angel con su David. Mucho menos el metrosexual, desoplazado por el lumbersexual. Y también éste está quedando relegado. Hoy, la moda que parece marcar tendencia es el fofisano.
Nada del ideal planteado por el gran Miguel Angel con su David. Mucho menos el metrosexual, desoplazado por el lumbersexual. Y también éste está quedando relegado. Hoy, la moda que parece marcar tendencia es el fofisano.
Esta nueva tendencia estética nació en Estados Unidos y ha ido cuajando en los últimos meses gracias a la alegoría que le han hecho actores como Leonardo DiCaprio, Ben Affleck o Jason Segel. Es el paralelismo masculino a la reivindicación femenina de la 'belleza real' y define al típico hombre que practica ejercicio pero que no se priva del buen comer y beber.
"Un hombre sin panza es como una noche sin estrellas", reza un dicho popular de estos tiempos. Y el ser fofisano acompaña de maravillas esa expresión.
En América la tendencia es conocida como Dad Bod, que se podría traducir como "cuerpo de papá". Y es que, ni más ni menos, toma como ejemplo a la figura del padre común americano que luce un agradable equilibrio entre una barriga cervecera y los resultados de la práctica de deporte ocasional. En Europa, el concepto ha comenzado a arraigar como fofisano o gordiflaco, y aunque no cosechan tanto éxito en redes como el #DadBod, ya comienzan a hacerse eco en ellas.
Aunque el fofisano ha existido toda la vida, su éxito actual se le debe a Mackenzie Pearson, una estudiante de la Universidad de Clemson. La joven publicó un artículo en el portal The Odissey de la universidad donde defendía que el "cuerpo de papi" es el que realmente atrae a las mujeres. La chica apuntaba que la población femenina no siente deseo por los hombres obsesionados con su musculatura y que viven por y para el gimnasio, sino que atrae el hombre joven y suficientemente sano y de cuerpo ligeramente fofo, que no gordo, ya que resultan más naturales y humanos.
Las palabras de Mackenzie se volvieron virales y ahora tanto hombre y mujeres reivindican un cuerpo masculino que sea saludable y natural, con sus más y sus menos. Es decir, un cuerpo fofisano.