A casi tres años de la muerte de Fernando Báez Sosa, los ocho rugbiers acusados por el crimen llegarán al juicio este 2 de enero donde los espera una expectativa de pena de prisión perpetua, puesto que a consideración del fiscal, el homicidio estuvo premeditado y cometido con alevosía por dos o más personas. Es por eso que la estrategia de la defensa llevada a cabo por Hugo Tomei se basará en intentar demostrar que no hubo un plan para asesinar al joven aquel 18 de enero de 2020, a la salida del boliche Le Brique de Villa Gesell.
Los rugbiers llegan al banquillo en calidad de detenidos en prisión preventiva efectiva por el delito de “homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”. Además, serán juzgados de manera tradicional ante el Tribunal Oral Criminal N°1 de Dolores y no a través del juicio por jurados, ya que Tomei descartó esa posibilidad al sostener que "no podía garantizar la imparcialidad” de quienes lo integrarían “debido a la difusión que tuvo el caso".
Sin embargo, el punto que preocupa a la defensa es el grado de "premeditación", puesto que la querella los acusa de haber pergeñado un plan para matar a traición. En ese sentido, la acusación sostiene que aquella madrugada Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Ayrton Viollaz, Blas Cinalli, Luciano, Lucas y Ciro Pertossi se pusieron de acuerdo y dividieron sus roles para matar a Fernando Báez Sosa.
El plan, de acuerdo a la instrucción de la fiscal Verónica Zamboni, se pergeñó dentro del boliche “Le Brique”, tras un "empujón" en la pista de baile, y terminó de ejecutarse en la vía pública, frente al establecimiento bailable, con una golpiza mortal seguida de una huida.
Tomei rechaza la hipótesis de la instrucción y buscará deslegitimar la intención de matar a Fernando Báez Sosa. Es decir: la clave será plantear que no existió tal plan y que el resultado de la golpiza no fue buscado por los agresores, lo que bajaría la calificación de la pena, según publica el portal Infobae.
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En el debate, además, se discutirán las responsabilidades penales de cada uno. En esa línea, otro posible planteo de la defensa tiene que ver con que no se pudo establecer qué golpe terminó con la vida de Fernando. En tanto, en la causa fueron desvinculados al principio del proceso judicial Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi, quienes habían sido señalados como partícipes necesarios del crimen.
Los jóvenes oriundos de Zárate recuperaron la libertad el 10 de febrero de 2020 tras doce días de encierro en el penal de Dolores. Fueron solicitados por la Justicia para declarar como testigos junto a Pablo Ventura, el remero de Zárate falsamente acusado por el asesinato, que estuvo preso cuatro días y que, además, era víctima del bullying de los acusados.
Guarino y Milanesi son los últimos dos testigos de la lista de 177 personas, agendados para la audiencia de declaraciones, programada para el 18 de enero. Fueron requeridos tanto por la querella -liderada por Fernando Burlando y Fabián Améndola, representantes de los padres de Fernando- y de la defensa, a cargo del abogado Hugo Tomei.