Los hombres fueron más tarde conocidos como “Los Fontaneros” ya que al ser detenidos uno de ellos declaró: "Si nos contrataron para evitar filtraciones, es que somos fontaneros". Esto último manifestado en relación a las tareas que se les había encargado, las cuales se trataban de la intervención en los teléfonos de las oficinas y colocar micrófonos en ellas. Tiempo después pasarían a llamarse “los hombres del presidente”, como se los nombra en el título del libro que Woodward y Bernstein publicarían dos años después del inicio de la investigación, en 1974.
Por su parte, los medios de comunicación no le prestaron demasiada importancia al tema. Sin embargo, hubo dos personas que sí lo hicieron ya que intuían que había algo más detrás de lo sucedido. Eran Bob Woodward y Carl Bernstein, dos veinteañeros periodistas que trabajaban en el Washington Post.
Woodward y Bernstein fueron quienes habían escrito y firmado el artículo anteriormente mencionado. Con el pasar de las horas cayeron en la cuenta de que aquel ex trabajador de la CIA, llamado James W. McCord Jr., también era el coordinador de seguridad del Comité de Reelección. La relación entre los Fontaneros y el presidente era evidente aunque en un principio Nixon se desentendió del asunto.
Así fue como después de la irrupción en el edificio Watergate y bajo la dirección y supervisión de Katherine Graham, propietaria del diario, y Ben Bradlee, director del mismo, los reporteros continuaron informando en el periódico cómo avanzaba la causa. Mientras tanto, el jefe de campaña de Nixon, John Mitchell, renunció a su cargo así como también lo hicieron otros trabajadores del presidente, quien compraba con excesivas sumas de dinero el silencio de los implicados y en una oportunidad se refirió a lo sucedido como “un particular incidente”.
El fin de la era Nixon
Todo concluyó en que la intromisión de “los hombres del presidente” en Watergate fue un plan creado para favorecer a la reelección de Nixon. Quien finalmente ganó las elecciones de 1973 cuando todo el alboroto parecía estar quedando en el olvido. Sin embargo, al finalizar el juicio por el robo en las oficinas del Partido Demócrata, otros asuntos salieron a la luz. A Nixon se le solicitó la entrega de cintas sobre las escuchas de sus opositores, pero se negó rotundamente.
Los estadounidenses, furiosos con su presidente del momento, pedían que se lo someta a juicio político. En el medio, desde la Casa Blanca decidieron mostrar algunas de esas cintas, las que misteriosamente tenían baches, como si partes hubieran sido eliminadas. Luego se supo la verdad, Nixon fue acusado de utilizar a la CIA y al FBI con fines políticos, lo cual es un delito.
Finalmente, quedó en evidencia la estrecha conexión que tuvo con todos los actos y causas relacionados al hecho. Fue acusado por la Corte Suprema por "obstruir las investigaciones judiciales", "abuso de poder" y "ultraje al Congreso". Así fue como el 8 de agosto de 1974, Nixon renunció a su cargo siendo la única vez en la historia de los Estados Unidos que un presidente toma tal decisión. “Como presidente, debo anteponer los intereses de América", dijo en su último discurso y abandonó la Casa Blanca en helicóptero. En su lugar quedó el entonces vicepresidente Gerald Ford.
Garganta Profunda, el secreto mejor guardado
Cada vez que Woodward y Bernstein obtenían nueva información debían constatarla. En un principio se reunían con otras personas que formaban parte del Comité de Reelección. Algunos estaban dispuestos a hablar mientras otros no aportaban cosas de valor o preferían no hablar de ciertas cosas. Sin embargo, hubo una fuente que fue clave para los periodistas, cuya identidad mantuvieron en secreto por más de 30 años y se conoció como Garganta Profunda.
Dicho seudónimo procede de una película pornográfica que posee el mismo nombre, la cual fue estrenada en 1972, días antes del escándalo. La elección de tal fue, a su vez, porque Nixon autorizó su difusión y más tarde sus autoridades intentaron impedir la reproducción de la misma.
En el año 2005, después de exactamente 32 años, finalmente se supo que la verdadera identidad de la persona que colaboró en la caída del entonces presidente era William Mark Felt, quien en el momento de admitir su rol en la investigación tenía 91 años. Gracias a la recomendación de sus hijos, para quienes también era una novedad saber quién era realmente su padre, se contactó con el abogado John D. O’Connor para la revista Vanity Fair y reveló la información. Era la primera vez en treinta años que alguien llamaba para contar algo así.
Woodward y Bernstein sostuvieron desde el primer momento que jamás iban a confesar el verdadero nombre de Garganta Profunda antes de su fallecimiento y lo cumplieron. Incluso cuando el mismo Felt decidió hablar, ellos no hicieron comentarios al respecto. Con respecto a eso, Vanity Fair contó que su hija habló en ocasiones con los periodistas mientras la identidad aún estaba oculta y ellos decían: "el hecho de que esté hablando contigo, no indica que admita que él sea quien dice ser".
William Mark Felt fue el director adjunto del FBI hasta 1973 y pactaba reuniones con los reporteros de manera secreta. Pocas veces se comunicaban por teléfono, lo que hacían era dejar señales como, por ejemplo, una bandera roja en el balcón del agente que indicaba que estaba disponible para verlos. Los estacionamientos ubicados debajo de la ciudad washingtoniana fueron cómplices de las conversaciones más importantes para la historia del país norteamericano.
Algo que siempre han dejado claro los jóvenes encargados del caso es que Felt nunca dio información nueva, sino que confirmaba lo que el dúo había podido investigar. Además, los guiaba para que logren obtener más testimonios.
La mañana del 18 de diciembre de 2008 llegó con la noticia del fallecimiento del ex director del FBI a sus 95 años. Sin causa aparente más que un paro cardiorrespiratorio mientras dormía, el corazón de "la fuente anónima más famosa en la historia de Estados Unidos", como lo definió el New York Times, dejó de latir luego de desayunar en su casa en Santa Rosa, California.
Películas y libros sobre el caso Watergate
Al volverse uno de los acontecimientos más importantes de la historia, que no solo fue relevante en los Estados Unidos sino que mantuvo en vilo a todo el mundo, muchos vieron la posibilidad de plasmarla tanto para la gran pantalla como en papel. Para esto último, la crónica que todos querían leer en el momento vino de la mano de los ya conocidos Bob Woodward y Carl Bernstein.
Todos los hombres del presidente: y narra en primera persona toda la investigación que ambos realizaron desde la primera entrevista hasta la verdad sobre las grabaciones. Fue publicado en 1974 y dos años después el director Alan J. Pakula la llevó al cine con Dustin Hoffman, Robert Redford, Jack Warden en los papeles principales En 1977 ganó 4 premios Oscar al mejor actor secundario (Jason Robards), a la mejor dirección de arte, al mejor sonido, y al mejor guión.
TODOS LOS HOMBRES DEL PRESIDENTE TRAILER
Los últimos días: en inglés, The Final Days, es la secuela escrita de Todos los Hombres del Presidente que se publicó en 1975 en la que Woodward y Bernstein exponen los últimos días de Richard Nixon como presidente de los Estados Unidos. El drama que causó en el país, los juicios políticos, las jornadas en la Casa Blanca, las relaciones familiares y laborales y los planes fallidos para evitar la dimisión, todo en 480 páginas. En 1989 fue adaptada para una película por Richard Pearce.
El hombre secreto: la verdadera historia de Garganta Profunda: el 4 de noviembre del año 2005 Bob Woodward lanzó este libro sobre la identidad de la persona más buscada con respecto al caso Watergate. Oculta durante 32 años, finalmente es de público conocimiento el nombre de Mark Felt.
The Great Coverup: Nixon and the Scandal of Watergate: a través de estudios se consideró a este relato como "la historia mejor contada sobre la caída de Richard Nixón". Barry Sussman era el editor especial de Watergate en el Washington Post y escribió esta historia que vio la luz en 1974 basándose en todo lo que sabía, vio e investigó sobre el tema.
Muchos más son los libros que se basan en esta parte de la historia norteamericana tanto en el antes, el durante como el después. Otros títulos son “Watergate: el escándalo presidencial que sacudió a Estados Unidos" (2003) escrito por Keith W. Olson 2003; “Watergate: una breve historia con documentos” (2010) cuyo autor es Stanley Ira Kutler; “El hombre fuerte: John Mitchell y los secretos de Watergate” (2008) biografía de Mitchell escrita por James Rosen.
Ed Gray y L. Patrick Gray, este último había sido director del FBI en la época del escándalo y brinda su punto de vista sobre lo sucedido en “En la web de Nixon: Un año en la mira de Watergate”; y por último, “Watergate en la memoria americana: cómo recordamos, olvidamos y reconstruimos el pasado” creado por Michael Schudson en 1992 donde el autor analiza cómo la población recuerda el hecho y los cambios del presente.
En cuanto a películas, no son tantas como han sido las versiones escritas, sin embargo una que se destaca además de las mencionadas anteriormente es "Nixon", donde Anthony Hopkins interpreta al protagonista del suceso. La cinta es una biografía de Richard Nixon que va desde su infancia hasta la renuncia a la presidencia luego del caso Watergate.
NIXON Original Theatrical Trailer
Por otro lado, "Frost/Nixon: La entrevista del escándalo", es una recreación de todos los reportajes que el conductor y periodista británico David Frost le ha hecho al expresidente luego de abandonar la Casa Blanca. Se estrenó en 2008 y está protagonizada por Frank Lagella, como Nixon, y Michael Sheen como Frost.