Al conmemorarse un nuevo aniversario de la creación de La Capital, un grupo de rosarinos se congregó este sábado frente al monumento a Ovidio Lagos, fundador del Decano de la Prensa Argentina, para brindarle un sentido homenaje y recordar su influencia en la Rosario de mediados del siglo XIX.
La imagen de Lagos, que fue puesta en valor en 2024 por la asociación civil Volver a Rosario y por los Amigos del Parque Independencia, recibió a un nutrido grupo de rosarinos y contó con la participación de descendientes del periodista y político argentino. Entre los que participaron, estuvieron Mónica Lagos, Cristina Lagos y Gustavo Fiorito Lagos. También lo hizo un extrabajador del diario, Alejandro Palacios.
Este sábado 15 de noviembre, el diario La Capital celebra sus 158 años de circulación en Rosario y el país. El proyecto de Ovidio Lagos y Eudoro Carrasco que, con financiación de Justo José de Urquiza, nació en 1867, tenía como objetivo posicionar a Rosario como capital de la República Argentina.
El acto de este sábado fue impulsado por Volver a Rosario y otras organizaciones sin fines de lucro, que retomaron la tradición luego de algunas temporadas sin hacerlo. La jornada comenzó bajo un sol veraniego y se completó con la entrega de ofrendas florales en la estatua de Lagos, ubicada en la intersección de la avenida homónima y Pellegrini.
Además, Miguel Culaciati, referente de Volver a Rosario, y los familiares de Lagos ofrecieron unas palabras a la figura del fundador de La Capital.
Quién fue Ovidio Lagos
Ovidio Lagos, figura clave de Rosario del siglo XIX, nació hace 200 años, el 31 de agosto de 1825. Participó de la política nacional y local con intensidad y en 1867 fundó el diario La Capital, con el objetivo de apoyar un proyecto político concreto: que Rosario fuera la capital del país.
Lagos fue una de las personalidades más importantes en la sociedad rosarina de la época. No sólo estuvo detrás de la fundación del histórico periódico, sino que también participó de distintas colectas, intervino en el auxilio de los enfermos por el cólera en la ciudad y de la fiebre amarilla en Buenos Aires, y formó parte del grupo que dio origen al Club Social de Rosario. Fue tipógrafo, periodista, empresario, diputado y, en definitiva, un político clave del interior del país.
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A pesar de la importante huella que dejó en la ciudad, el fundador de La Capital no era rosarino de nacimiento. De hecho, llegó a Rosario ya adulto, a sus 42 años. Además de residir en Buenos Aires, donde había nacido, durante varios años formó parte del periódico urquicista El Nacional Argentino, por lo que residió en Paraná hasta la caída del caudillo entrerriano, en 1861. De allí volvió a su tierra natal para, finalmente, desembarcar en Rosario.
Fue así que Ovidio Lagos arribó a Rosario a principios de agosto de 1867. Se empleó en una tipográfica y recibió del comerciante, banquero y un año después gobernador de Santa Fe Mariano Cabal, una nota de recomendación para presentarla ante Urquiza. Hacia el Palacio San José de Concepción del Uruguay partió Lagos en octubre y regresó con los recursos para fundar un diario, cien suscripciones y la distinción del vencedor de Rosas. El 15 de noviembre de 1867, junto a su colega Eudoro Carrasco, fundó el diario La Capital.
“Lagos es un personaje muy complejo. Un tipo que, además de idealista, dedicado a la prensa, es un político. No se le escapó una, hizo todo las que se te ocurra. Cambiaba de lineamiento político, tenía peleas gigantescas y a la vez fue un hombre que tuvo mucho éxito. Seguía la dinámica de la política provincial y la prensa fue una herramienta política. Fue un hombre de su tiempo, no fue la excepción”, enfatizó la historiadora Alicia Megías a La Capital.
Por supuesto que las constantes tensiones con el poder central hicieron que el diario fuera censurado reiteradas veces. La persecución se hizo implacable y hasta se habla, puñal mediante, de un intento de asesinato por el que Lagos emigró a Buenos Aires dejando en la dirección del periódico a su hijo Ovidio Amadeo Lagos.
Regresó luego de la Revolución de julio de 1880. Fueron años de reconocimiento y de arduo trabajo en pos de causas políticas, sociales y solidarias, y en 1888 juró como diputado nacional por Santa Fe.
Murió poco después, en 1891, a los 66 años. Sus restos descansan en el gran panteón de la familia Lagos ubicado en el cementerio El Salvador, construido por el arquitecto italiano José Gerbino, el mismo que encaró las reformas del edificio del diario La Capital en 1920.