Uruguay se encamina hacia un posible cambio histórico en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de hoy, puesto que Luis Lacalle Pou parte como claro favorito gracias a la alianza que ha logrado tejer en el centroderecha, tras quince años de gobierno del Frente Amplio (FA). Todos los sondeos indican una clara ventaja previa para Lacalle Pou, que promedia los 8 puntos sobre el postulante frenteamplista Daniel Martínez. El desgaste evidente de 15 años continuados en el poder han pasado la factura al FA, tanto entre la población como entre su dirigencia. De hecho, no logró forjar otro líder del calibre del saliente presidente Tabaré Vázquez, por dos veces primer mandatario, ni del ex presidente José Mujica.Martínez es una figura respetada, pero no alcanza la estatura de los dos históricos dirigentes del FA.
Unos 2,7 millones de uruguayos están llamados a las urnas para decidir entre Luis Lacalle Pou y Beatriz Argimón, en nombre del conservador Partido Nacional (PN), o a Daniel Martínez y Graciela Villar, del Frente Amplio.
Los uruguayos ya se pronunciaron en la primera vuelta del 27 de octubre, en la que dieron la victoria a Martínez (39 por ciento), pero no con la holgura suficiente para proclamarse presidente electo, por lo que este domingo tendrá que enfrentarse a Lacalle Pou, el segundo más votado (28,6 por ciento). Pero ese mismo día Lacalle Pou sumó el apoyo explícito de quienes resultaron tercero y cuarto, el colorado Ernesto Talvi (12,3%) y el general retirado Guido Manini (11%). Con esta suma de voluntades, Lacalle Pou debería ganar hoy con cierta holgura.
Todos los sondeos vaticinan un vuelco electoral. Lacalle Pou ganaría hoy con entre un 49 y un 51 por ciento, mientras que Martínez quedaría relegado en torno a un 44 por ciento.
La victoria del candidato ’nacional’ se cimentaría principalmente en los votos que fueron descartados el 27 de octubre, ya que, de acuerdo con la última encuesta de la consultora Radar, el 98 % de los electores del FA y el 96% de los del Partido Nacional repetirán.
Conscientes de ello, tanto Martínez como Lacalle Pou tendieron la mano a los otros partidos la misma noche electoral, si bien solo han fructificado los esfuerzos negociadores del político conservador, que han cristalizado en una “coalición multicolor” integrada por los partidos Nacional, Colorado, Independiente y De la Gente, así como por Cabildo Abierto.
Sin embargo, el apoyo electoral a Lacalle Pou no ha sido gratis. No le daremos un “cheque en blanco”, avisó el jefe ’colorado’, Ernesto Talvi, incluso antes de la primera vuelta. Por ello, los cinco partidos han firmado un acuerdo programático _Compromiso por el País_ que le ha obligado a ajustar su propuesta inicial. “La vida es ceder”, ya sea “en la pareja o en un grupo de amigos”, asumió.
De confirmarse los pronósticos de Radar, esta alianza de centro-derecha lo catapultaría hoy a la Presidencia de Uruguay, dado que, del 49% que concede a Lacalle Pou, 27 puntos procederían de votantes “nativos”, es decir, del Partido Nacional, y más de 20 de otras formaciones _unos nueve de ’colorados’, otros tantos de Cabildo Abierto, dos de otros partidos y medio punto del FA.
Así las cosas, Martínez carga sobre sus hombros la responsabilidad de dar otros cinco años de gobierno al FA, tras los diez de Tabaré Vázquez, que gobernó en un primer periodo entre 2005 y 2010, cuando entregó el mando a José Mujica, que presidió el país hasta 2015 para devolverle el cargo a Vázquez, cuyo segundo periodo acabará el 1º de marzo.
En estos 15 años, el Frente Amplio ha sufrido un gran desgaste. A los años se sumó el estancamiento económico y el aumento de la inseguridad ciudadana. La popularidad de Vázquez, que en 2010 cedió el testigo a Mujica con un 62% de popularidad, ahora bajó a un 28%.
Martínez, ingeniero industrial de 62 años, inició su militancia en el Partido Socialista con 16 años y fue uno de los fundadores del sindicato ANCAP en la última dictadura militar (1973-1985). Con el regreso de la democracia abandonó la lucha política y se refugió en el sector privado hasta que Vázquez lo recuperó para el Ministerio de Energía, desde donde dio el salto al Senado y a la Alcaldía de Montevídeo. Es este último cargo, , el que le ha conferido el prestigio suficiente para batir a los demás candidatos en las primarias que se celebraron a nivel nacional en todos los partidos políticos el pasado mes de junio, a pesar de que no está al frente de ninguna de las grandes familias del FA, a diferencia de Vázquez y Mujica. “No puede dejar de ser un ingeniero”, dijo Mujica. “Su especialidad no es la dialéctica, sino la gestión y el compromiso concreto frente a los problemas, en eso es muy valioso”.