México y Estados Unidos llegaron a un acuerdo de comercio bilateral que reemplaza al Tratado de Libre Comercio de América del Norte. A la vez, Estados Unidos llamó a Canadá, el tercer socio del TLCLAN (o Nafta, por sus siglas en inglés) a firmar un pacto similar de inmediato. Caso contrario, pondrá aranceles a sus productos. "Después de duras negociaciones el Nafta ahora se llamará acuerdo comercial entre Estados Unidos y México", dijo el presidente Donald Trump por teléfono al presidente mexicano Enrique Peña Nieto. "Es un gran día para el comercio. Es un muy buen acuerdo para ambos países", agregó. La decisión tomó por sorpresa a Canadá, cuya ministra a cargo de negociar el Nafta estaba en Europa y debió viajar de urgencia a Washington. México se mostró conforme con el nuevo trato, que incluye el estratégico rubro de la industria automotriz. Más allá de los aspectos comerciales, Trump se anotó ayer una gran victoria, dado que una de sus promesas de campaña era sepultar el Nafta, que tuvo 24 años de vida y entró en vigencia el 1º de enero de 1994.
Trump, y el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, dijeron que las conversaciones con Canadá comenzarían de inmediato, aunque con el acuerdo bilateral ya firmado. Trump amenazó con aplicar aranceles a los autos fabricados en Canadá si no se alcanza un acuerdo. "Creo que con Canadá, francamente, lo más fácil que podemos hacer es aplicar un arancel a la entrada de sus autos. Es una cantidad tremenda de dinero y es una negociación muy simple. Podría terminar en un día y recibiremos mucho dinero al día siguiente", apuró Trump.
El peso mexicano se recupera
Las negociaciones entre los tres socios comerciales se han prolongado por poco más de un año y las reiteradas presiones de Trump de abandonar el acuerdo golpearon sacudido a los mercados financieros y al peso mexicano y al dólar canadiense. Pero ayer el peso y la bolsa mexicanos se fortalecieron. En las últimas semanas, negociadores de México y Estados Unidos celebraron varias rondas de diálogo para resolver las diferencias en torno a la renegociación del Nafta/TLCAN.Los desacuerdos sobre el porcentaje nacional de los autos y una cláusula de terminación anticipada trabaron las conversaciones.
Trump consideró siempre que el Nafta benefició mucho más a México que a Estados Unidos y perjudicó a sus trabajadores industriales. En plena campaña electoral en 2016, se hizo famosa su visita a una planta de la empresa Carrier en Indianápolis, que había anunciado su cierre para mudarse a México. Ya como presidente, Trump forzó a Carrier a mantener su planta en EEUU, aunque a un considerable costo fiscal. Algo similar hizo luego con General Motors. La debilidad de México en esta confrontación quedó muy pronto de manifiesto, dadas las enormes diferencias de poder económico, y algo parecido le pasó a Canadá, pese a ser un país desarrollado y miembro del G-7.
La negociadora de Canadá para el Nafta, la ministra de Relaciones Exteriores Chrystia Freeland, debió dar por terminada una gira por Europa y anoche viajó hacia Washington, donde hoy retormará las negociaciones. "Sólo firmaremos un nuevo TLCAN que sea bueno para Canadá y bueno para la clase media", dijo Adam Austen, portavoz de Freeland, y agregó que "se requiere la firma de Canadá", pese a que ayer Trump dio por cerrado el acuerdo bilateral con México. "Todavía hay mucha incertidumbre, inquietud y nerviosismo. Una sensación de que estamos afuera, sólo mirando", admitió Peter MacKay, ex ministro de Justicia, de Defensa y de Relaciones Exteriores de Canadá, quien es socio de de la consultora Baker McKenzie. Un funcionario de Estados Unidos de alto nivel dijo ayer a la agencia Reuters: "Ahora estamos invitando también a los canadienses y esperamos que podamos llegar a una conclusión justa y exitosa con ellos también", dijo un funcionario de alto nivel de Estados Unidos. Pero "todavía hay problemas con Canadá, pero creo que podrían resolverse muy rápidamente".
Trump dijo que "pronto" hablaría con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau. Trump puso un plazo perentorio: el viernes próximo. En cualquier caso, Canadá ya quedó mal parado: México firmó a sus espaldas sin coordinar una negociación conjunta ante el poderoso EEUU. Por esto, de hecho el tratado trilateral de 1994 ha dejado de existir ya, más allá de que se salven las formas a posteriori. Trudeau habló con Peña Nieto el domingo y según un parte de prensa del joven premier canadiense, compartió su compromiso de alcanzar una conclusión exitosa del Nafta "para todas las partes". Y ayer en Twitter se esforzó por desmarcarse de Trump. "He hablado con el presidente Trump. México y Estados Unidos han alcanzado un entendimiento comercial.
Doble cara mexicana
Deseamos la reincorporación de Canadá a las pláticas para lograr una exitosa negociación trilateral del TLCAN esta misma semana", escribió tras la llamada telefónica con su homólogo estadounidense. Pero tanto sus ministros de Economía y Exteriores, Ildefonso Guajardo y Luis Videgaray, como Jesús Seade, negociador designado por el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, pusieron sus firmas en el nuevo acuerdo. Seade dijo que el acuerdo alcanzado en el sensible ítem automotriz era "balanceado y satisfactorio para la industria".
El comercio total en los tres países de Norteamérica sobrepasa el billón de dólares (un millón de millones) por año. El representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, dijo que la cláusula de terminación anticipada ("sunset"), uno de los puntos más ríspidos de la negociación, será un proceso de revisión cada seis años que no llevará a que el pacto comercial expire, como había propuesto inicialmente su país. El nuevo acuerdo tendrá una vigencia de 16 años, que se extenderá por otros 16 tras completar el proceso de revisión cada seis años. A su vez, México accedió a eliminar el capítulo 19 de resolución de disputas del viejo Nafta, que permitía que cualquiera de los integrantes pudiera exigir paneles independientes ante decisiones comerciales "desleales" por parte de otro miembro.
hecho. Trump ayer, luego de una conversación telefónica desde el Despacho Oval con el mexicano Peña Nieto.