El jefe del gobierno de España, el socialista Pedro Sánchez, convocó a elecciones generales para el 23 de julio, seis meses antes de lo previsto, en respuesta a la amplia derrota que sufrió su coalición de izquierda en los comicios regionales y municipales del domingo. Sánchez intentaría con la jugada anular una ofensiva interna de los disidentes de su partido, el PSOE, y dar menos tiempo a la oposición de derecha para organizarse. La fecha elegida, además, parece seleccionada para evitar la concurrencia a las urnas: el 23 de julio es un domingo de verano que es además parte de un “puente” o fin de semana largo.
La convocatoria a las urnas de Sánchez además la liquidación de la legislatura y de su propio gobierno, y pone en marcha un breve tiempo de negociaciones entre partidos de cara a los comicios. “He tomado esta decisión a la vista de los resultados de las elecciones de ayer (domingo). Los comicios se celebrarán el domingo 23 de julio”, anunció Sánchez en una declaración institucional desde el Palacio de la Moncloa.
El gobierno de Sánchez es una alianza entre su partido socialista PSOE y el de izquierda populista Podemos. La decisión fue vista por analistas políticos como un intento de retomar la iniciativa política luego de la contundente derrota del domingo, que eral el tema de comentario de todo el país este lunes a la mañana, hasta que llegó el anuncio del gobernante. Su decisión obligó a los medios a cambiar de eje, aunque no de tema. “Asumo en primera persona los resultados y creo necesario dar una respuesta y someter nuestro mandato democrático a la voluntad popular”, alegó Sánchez. El gobernante comunicó la medida al rey Felipe VI, el jefe de Estado español, y al Consejo de Ministros o gabinete, ante el que oficializó la disolución del Parlamento. La campaña electoral durará solo 15 días, del viernes 7 de julio al 21 de ese mes. El largo y duro camino de desgaste hasta diciembre quedó así drásticamente acortado.
Los medios madrileños destacan que se irá a las urnas en plenas vacaciones de verano, “algo insólito en la historia democrática”, y además “en pleno puente de Santiago”, fin de semana largo por la festividad religiosa que se celebra el 25 de julio. El anuncio “pone fin a una convulsa legislatura, la primera desde la Transición con un gobierno de coalición de los socialistas con las formaciones más a su izquierda”, reseña el diario de derecha ABC. Para el periódico, es evidente “por dónde irá la estrategia de Sánchez en su último asalto al poder”, el quinto, tras haber perdido dos elecciones generales (en diciembre de 2015 y en junio de 2016) y ganado otras dos, las de abril de 2019 y noviembre del mismo año, repetidas como consecuencia de un bloqueo político que melló la imagen de la democracia española en Europa. Esa casi paridad entre izquierda y derecha parece finalmente haber llegado a su fin este domingo del "28-M".
Sánchez repartió las culpas en su coalición: señaló el adverso resultado de “magníficos presidentes y presidentas autonómicos, alcaldes y alcaldesas socialistas”, que “se van a ver desplazados con una gestión impecable, y ello a pesar de que muchos de ellos y ellas han visto incrementado su apoyo” en las urnas. Es el caso de Oscar Puente, quien perderá la alcaldía de Valladolid. O como Antonio Muñoz, alcalde de Sevilla, uno de los feudos históricos del socialismo.
Entre los que sobrevivieron al “28-M” se cuenta un adversario interno de Sánchez. Es el reelecto presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. Este rechazó públicamente la estrategia de Sánchez de acercarse a la izquierda radical vasca de Bildu. “Con los etarras, ni a la vuelta de la esquina”, declaró.
El adelanto buscaría obstaculizar el tejido de acuerdos de gobierno entre las victorias fuerzas de la derecha, el PP y Vox. Una consecuencia directa del adelanto electoral es que la cita con las urnas coincidirá con la presidencia rotatoria española del Consejo de la Unión Europea (UE), con la que Sánchez siempre ambicionó poner el punto final a su gestión.Luego de haber “perdido gran parte de su poder territorial, la decisión de adelantar las elecciones responde al intento de acortar una agonía como la que sería mantener las elecciones a final de año”, concluye el ABC.
Otro punto importante es que esta vez el PSOE no tiene un candidato alternativo a Sánchez, pero sin dudas el adelanto electoral tiene el objetivo secundario de neutralizar cualquier posible intento en ese sentido. Sánchez no olvidó enumerar los logros o hitos de su gobierno, pero en ningún momento citó a su socio de coalición, Unidas Podemos, salvo al pasar.