El Tribunal Constitucional de Corea del Sur aprobó ayer por unanimidad la destitución de la presidenta Park Geun-hye, implicada en el mayor escándalo de corrupción del país en décadas, una decisión histórica tomada en medio de una gran tensión política que gatilló violentas protestas y enfrentamientos con el resultado de dos muertos. La presidenta en funciones del tribunal, Lee Jung-mi, dijo que Park violó la Constitución y la ley "durante todo su mandato" y que, a pesar de las objeciones del Parlamento y la prensa, ocultó la verdad y reprimió a los críticos. Park, la hija del dictador Park Chung-hee, se convirtió en la primera presidenta surcoreana cuando fue elegida en 2012, con el mayor número de votos obtenidos por un presidente en democracia. Pero su estilo distante y una serie de controversias, sumadas al descontento social y político, lastraron su popularidad y llevaron a millones de personas a la calle para pedir su destitución.
Los ocho jueces de la corte aprobaron por unanimidad la decisión adoptada por el Parlamento el pasado 9 de diciembre para cesar de su cargo a la mandataria, que llegó al poder en febrero de 2013 y a la que le restaba casi un año de mandato. La sentencia, televisada en directo por las principales cadenas nacionales, estableció que Park vulneró la Carta Magna al permitir a su amiga Choi Soon-sil, conocida como la "Rasputina", entrometerse en asuntos de Estado para presionar a las grandes multinacionales surcoreanas a fin de que donaran fuertes sumas de dinero a las fundaciones y compañías que Choi controlaba. Buena parte de esas sumas, se calculan 70 millones de dólares de acuerdo a la acusación, terminó en los bolsillos de la empresaria. Park, de 65 años, ya no tiene inmunidad como mandataria y ahora podría enfrentar cargos criminales por soborno, extorsión y abuso de poder en relación con las acusaciones de haber conspirado junto a su amiga.
El presidente en funciones, Hwang Kyo-ahn, ofreció poco después de la sentencia una rueda de prensa en la que instó al pueblo a "aceptar el veredicto" y a dejar de lado el ambiente de fractura que se está presenciando en las calles de la capital. La decisión transforma a Park en la primera jefa de Estado destituida en el país y conlleva también el primer adelanto de los comicios presidenciales desde que Corea del Sur volvió a celebrar elecciones democráticas en 1987 tras el mandato de dos juntas militares (una de las cuales lideró el general Park Chung-hee, padre de la ya ex presidenta). Estos comicios, marca la Constitución, deberán llevarse a cabo en un plazo máximo de 60 días.
Intromisiones
Si bien las encuestas señalan que la mayoría de surcoreanos estaba a favor de la destitución de Park, sus seguidores venían protestando enérgicamente en las calles en el último mes y ayer recibieron la sentencia entre tristes y enfurecidos. Algunos miles que se habían congregado ante el Constitucional y la avenida Sejong rompieron a llorar, mientras otros, armados con palos, se enfrentaron a efectivos de seguridad, que en número de 21.000 estaban desplegados en el centro de la capital. Dos personas murieron durante las protestas, aunque no quedó claro cómo.
La más alta instancia judicial del país estimó que Park infringió la ley al permitir a su amiga influir en asuntos de Estado. "El presidente tiene que usar su poder conforme a la Constitución y a las leyes y los detalles sobre su función deben ser transparentes, para que el pueblo pueda evaluar su trabajo", afirmaron los magistrados. "Pero Park ocultó completamente las intromisiones de Choi en los asuntos de Estado, las desmintió cuando emergieron las acusaciones e incluso criticó a quienes las emitieron", dijo Lee. En las cercanías de la corte se desplegó una fuerte presencia policial, para prevenir tensiones entre simpatizantes y detractores de Park.
Según las encuestas, un 77 por ciento de los surcoreanos apoyan la destitución. Un grupo de partidarios de la destituida presidenta entonaban himnos militares con un altavoz, mientras agitaban banderas surcoreanas y también enseñas de Estados Unidos.
Park pidió perdón en reiteradas ocasiones por el escándalo pero negó las acusaciones de haber actuado ilegalmente, en el testimonio escrito enviado a la corte en la última audiencia, celebrada en febrero. "Nunca he buscado enriquecimiento o abusado del poder como presidenta (...) Pido a la corte que tome una decisión sabia", argumentó.
La histórica decisión del Tribunal se produce no sólo en una atmósfera cargada de tensión política interna —ya que el escándalo de corrupción también llevó a la cárcel al jefe del poderoso conglomerado Samsung (que aporta el 20 por ciento del PBI nacional)—, sino también en medio crecientes fricciones con la vecina Corea del Norte y China.
Vecinos molestos
En la misma semana en que Pyongyang lanzó cuatro misiles de alcance intermedio al mar de Japón, Seúl teme que el vacío de poder generado por el terremoto político desatado ayer dé lugar a nuevas agresiones o tense aún más la siempre delicada situación en la península. China, en tanto, amenaza con una guerra comercial por el comienzo del despliegue del escudo antimisiles estadounidense THAAD en suelo surcoreano, algo que según Washington busca defender a Seúl de Corea del Norte pero que Pekín ve como una amenaza contra su territorio. El sistema de defensa podría estar completamente operativo a fines de abril, antes del calendario previsto inicialmente. El gobierno saliente, encabezado por Huang, dio un impulso a su instalación para lograr que entre en funcionamiento antes de las elecciones anticipadas.
Caída en desgracia. La destituida jefa de Estado, de 65 años.