Una flotilla rusa de tres barcos de guerra rusos entró a La Habana y atracó en los espigones que hasta hace dos semanas usaban los cruceros llenos de estadounidenses y que fueron prohibidos por Washington a principios de este mes. El cambio es toda una señal geopolítica que envían Cuba y Rusia a Estados Unidos.
Encabezado por la fragata Almirante Gorshkov, el grupo de buques ingresó por las tranquilas aguas de la bahía habanera ayer en la mañana, al tiempo que saludaba con salvas y recibía otras en respuesta de bienvenida, constató una periodista de Associated Press. La visita de las naves se produce en momentos en que Estados Unidos endureció sus sanciones a Cuba e incrementó su retórica contra el gobierno comunista de la isla.
La flotilla atracó en la terminal que durante los últimos años sirvió para cientos de cruceros que traían miles de estadounidenses y que fueron prohibidos este mes por el presidente estadounidense Donald Trump. La fragata Almirante Gorshkov entró en servicio el año pasado y es una de las naves de guerra más avanzadas de la Marina rusa. La fragata está basada en el puerto ártico de Severomorsk. El arribo fue anunciado en los medios de prensa cubano pero no se ofrecieron muchos detalles, a excepción de que los oficiales intercambiarán con sus pares cubanos.
Trump echó paulatinamente por tierra el acercamiento iniciado en 2014 por su predecesor Barack Obama, y se volvió al tradicional estilo confrontativo que exige un cambio de modelo en la isla y la ruptura de la alianza entre Cuba y Venezuela. Entre sus últimas medidas, el mandatario estadounidense activó en mayo el Capítulo III de la Ley Helms-Burton, que permite a los ciudadanos estadounidenses demandar a empresas de terceros países que operen con bienes que fueron nacionalizados en Cuba tras la revolución comunista de 1959. Asimismo limitó el arribo de cruceros a Cuba. Esta medida fue un verdadero golpe a la industria del turismo de la isla, el principal recurso de divisas que tienen tanto los cubanos como el régimen.
Cuba y Rusia comenzaron un acercamiento en esta década, luego de años de alejamiento tras la caída de la Unión Soviética. A fines de 2008 llegó la primera flotilla rusa a La Habana desde 1991. Naves de esa nacionalidad también se reportaron en 2010, 2013 y en febrero de 2014.
En enero de 2015 sorprendió la llegada del barco ruso de inteligencia y reconocimiento Viktor Leonov un día antes del inicio en La Habana de unas históricas conversaciones entre Estados Unidos y Cuba que apenas unas semanas antes habían anunciado el relanzamiento de sus relaciones diplomáticas tras 60 años de congelamiento. Esa misma nave llegó otra vez en marzo de 2018.
Como las relaciones de Washington y Moscú se hundieron a los niveles más bajos desde los tiempos de la Guerra Fría, Rusia comenzó un aumento de su presencia global, al tiempo que sus fuerzas armadas recibieron nuevos aviones y naves. Buques rusos también estuvieron en el Caribe y uno de ellos, con capacidad nuclear, visitó Venezuela en diciembre.
Por su parte, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel visitó a Moscú en noviembre de 2018 a pocos meses de tomar el gobierno e invitó a su colega Vladimir Putin a visitas la isla este año. En un viaje a la isla en julio de 2014 Putin anunció la condonación del 90 por ciento de la deuda contraída en tiempos de la Unión Soviética por Cuba por 35.000 millones de dólares. Desde entonces se firmaron acuerdos en materia petrolera y en aviación y las telecomunicaciones.