El líder de la coalición de izquierda de Grecia, Alexis Tsipras, asumió nuevamente como primer ministro después de que su partido se alzara como primera fuerza en las elecciones de este domingo. Al obtener un 35,5 por cientoo de votos, su coalición Syriza logró 145 bancas, siete menos que las requeridas para gobernar con mayoría absoluta, y deberá gobernar nuevamente en coalición con los nacionalistas de derecha Griegos Independientes (Anel). Junto con Anel, que obtuvo un 3,7 por ciento de apoyos y diez parlamentarios, el nuevo Ejecutivo tendrá un apoyo de 155 legisladores, suficiente en el Parlamento de 300 bancas. Tsipras prestó juramento ante el presidente Prokopis Pavlopoulus tras haber recibido el mandato de formar gobierno. La televisión estatal señaló que se espera que el nuevo gobierno ya quede conformado hoy, La primera sesión del nuevo Parlamento será el 1º de octubre.
Por su parte, el partido centrista Nueva Democracia (ND) de Evangelos Meimarakis, que sumó el 28,2 por ciento de los votos, será la mayor agrupación de oposición. "Seguimos siendo el garante de la estabilidad en el país", declaró Meimarakis a la televisión. En tercer lugar quedaron los neonazis de Amanecer Dorado, que sumaron el 7 por ciento de los votos y contarán con 18 diputados en el Parlamento griego.
Socios exigentes. En tanto, los socios europeos reclamaron a Grecia que avance en las reformas pactadas. "Hay mucho trabajo y ningún tiempo que perder", comentó un portavoz de la Comisión Europea en Bruselas. El país se comprometió en julio pasado, bajo el liderazgo de Tsipras -quien renunció hace un mes para convocar a comicios adelantados- a cumplir "un ambicioso programa de reformas". "Ahora el nuevo gobierno tiene el mandato para llevar a cabo esas reformas", insistió Bruselas.
La canciller alemana Angela Merkel llamó por teléfono a su colega griego para felicitarlo por el resultado de las elecciones. Ambos dialogaron además sobre la cumbre extraordinaria de los líderes de la Unión Europea (UE) sobre la crisis de los refugiados en Bruselas el miércoles, dijo el portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert. También el jefe del Consejo de la UE, Donald Tusk, manifestó su esperanza de que haya "estabilidad política" en Atenas. Muchos de los desafíos del país lo son también para la UE en su conjunto, declaró en una felicitación enviada a Tsipras, por ejemplo el crecimiento, la creación de empleos y la crisis de los refugiados, mencionó Tusk.
Victoria contra "lo viejo". Para los analistas políticos, la razón principal de la victoria de Syriza es la mala gestión y la corrupción, atribuida principalmente al ND y a los socialistas de Pasok. Durante la campaña electoral, Tsipras se comprometió a poner fin al "viejo sistema". Antes de la votación dijo que a pesar de haber cometido errores, también en las negociaciones con los acreedores internacionales, merecía una "segunda oportunidad" de los votantes. Tsipras aceptó como primer ministro un tercer rescate de las instituciones europeas por 86.000 millones de euros, que incluye una serie de duras exigencias de ajuste, reformas y privatizaciones en los próximos años. Entonces el ala de izquierda de Syriza abrió un fuerte debate interno y finalmente rompió con el gobierno, quitándole más de 30 votos vitales en el Parlamento. Pero este sector fue duramente derrotado este domingo: no llegó al 3 por ciento de votos y quedó sin diputados. Su programa consistía en salir del euro y de la Unión Europea.
El ajuste en números. En las negociaciones con la UE, Tsipras debió aceptar un fuerte aumento del IVA, recorte de las jubilaciones, flexibilización del mercado laboral, una reforma del instituto de estadísticas nacional y del Código Civil, y la promesa de impulsar un proceso de privatizaciones por 50.000 millones de euros. Además, los países de la zona euro, con Alemania a la cabeza, consiguieron imponer a Tsipras una promesa para despolitizar la sobrepoblada administración pública griega e implementar recortes automáticos al presupuesto. A cambio, el premier griego recibió el compromiso de la eurozona para inyectar 86.000 millones de euros durante los próximos tres años y prometió que tomará cinco años más superar la crisis económica, que ya redujo el PBI en un 25 por ciento y mantiene a la mitad de los jóvenes sin empleo.