En la foto, los nenes y las nenas están en el patio. Martes, 18 horas y un clima templado que permite la actividad al aire libre. Están subidos a una estructura de cartón que asemeja a un barco pirata. Juegan pero también conectan con un cuento que están leyendo y que luego se transformará en un video donde esos chicos —convertidos en “Hormigas booktubers”— hablarán de sus partes preferidas del relato y recomendarán el libro a otros nenes y nenas de su edad.
La escena transcurre en el patio interior de la Biblioteca Popular Pocho Lepratti y es una actividad del taller “Juguemos un cuento”, que arrancó en la última semana de febrero y del que participan nueve niños y niñas de entre 6 y 12 años. Un espacio que apunta a fomentar la lectura y que esta se convierta en un hábito cotidiano de las infancias. Por las restricciones frente a la pandemia, las últimas semanas los encuentros fueron solo virtuales, a la espera que pronto —cuando lo permita la situación sanitaria— volver a verse las caras en la biblio de Chacabuco 3080, en el corazón de barrio Tablada.
Elisa “Tati” Novillo y Brenda Hernández son bibliotecarias y juntas coordinan este espacio infantil, que funciona los martes de 18 a 19. “En la Pocho hay muchos talleres, pero la idea es que este taller naciera desde la biblio. Por eso la propuesta es plantearles la narración de un cuento de manera lúdica, como pintar o hacer títeres. Y mostrarles también el funcionamiento de la biblio y qué libros hay para ellos”, cuenta Tati, quien está cursando las últimas materias para recibirse de bibliotecaria.
“Por cada encuentro —aporta Brenda— les leemos un cuento y a partir de eso y de la temática del relato, desarrollamos una actividad aparte, que con el barco pirata fue una búsqueda del tesoro”. En este caso, la propuesta llegó al grupo tras leer juntos El pirata Malapata, de Margarita del Mazo.
Del cuento al video
Para hacer del taller un espacio distinto, habían mudado la biblioteca al patio, sentados en ronda para leer cuentos. Cuando las tardes se tornaron más frescas debieron regresar bajo techo.
Fue en esa búsqueda de propuestas que entusiasmen que las profes les acercaron la movida de los booktubers: chicos, chicas y jóvenes que recomiendan libros desde las redes sociales. Miraron varios videos de niños y niñas booktubers, eligieron dos cuentos que habían trabajado en el taller —uno las nenas más chiquitas y otro con los más grandes— e hicieron sus propios videos.
Samira y Micaela están sentadas en canastita y mirando a cámara. A sus espaldas, una biblioteca naranja. Sami tiene entre sus manos el cuento La bruja Winnie, de la serie Winnie y Wilbur, de Valerie Thomas y Korky Paul. Ayudadas por las preguntas de Tati y Brenda, las nenas hablan de las partes que más les gustaron del libro. En otro video aparecen Máximo, Santino, Thomás, Bauti y Cata hablando de El pirata Malapata. Con sus propias palabras, cada uno de ellos recomiendan el cuento “a otros niños y niñas del mundo”. Y a coro y entre risas se presentan como “Hormigas booktubers”.
“A los videos los vimos todos juntos y ellos se re emocionaron, porque de ver a otros chicos por internet a verse a ellos mismos ahí era emocionante para ellos”, dice Brenda.
Tati cuenta que las respuestas de las chicas y los chicos fueron muy favorables, y que desde las primeras semanas recibieron también buenas devoluciones de las familias. “A ellos se los ve contentos y te dicen que les gusta el taller. Incluso para los videos nos daban consejos de cómo poner la cámara y dónde hacer foco, así que hubo participación de todos”, cuenta la bibliotecaria. La idea es que a medida que avancen con otras historias hagan nuevos videos para este espacio, pensado para la promoción de la lectura y para reforzar el sentido de pertenencia con la biblioteca, que hoy cuenta con unos 18 mil ejemplares.
Además de este espacio, para niños y niñas funcionan los talleres de creación artística “Manos a la obra” (lunes de 16 a 18), apoyo escolar (martes de 16 a 18 y jueves de 17 a 19), ajedrez (miércoles de 17 a 19). Inscripciones de lunes a viernes de 16 a 18, y por la mañana lunes y miércoles de 9 a 12.