El crimen de una nena de tan sólo 11 años sacudió los cimientos más profundos de
una pequeña localidad de 3.500 habitantes ubicada a 600 kilómetros al norte de Rosario, en el
departamento santafesino de General Obligado y cerca del límite con Chaco. Geraldine fue increpada
duramente por una joven de 19 años cuando salía del comedor escolar al que concurría diariamente.
Varios testigos aseguran que hubo una discusión entre las chicas, un forcejeo, y que la mayor de
ellas se aprovechó de tener un físico más grande para tirarla a la menor al piso y pegarle en la
cabeza con un trozo de metal, un tubo. Geraldine caminó unos metros y cayó muerta. "Mi sobrina
tiene dedos marcados en el cuello. Una amiguita que estaba con ella dice que la otra chica le pegó
con un tubo y el medico de Villa Ocampo que vio el cuerpito dice que la desnucó", contó ayer
Silvia, la tía de la menor asesinada, a poco de sepultar a la niña.
"Todo el pueblo de Tacuarendí y las localidades aledañas está consternados por
lo que sucedió. Y la pregunta que no nos podemos contestar es: ¿Por qué hizo esto? Nosotros
queremos Justicia", agregó Silvia con palabras entrecortadas por el llanto y la distancia.
Geraldine era la penúltima de una docena de hermanos de una familia humilde y
afincada desde hacer mucho tiempo en el pueblo. Hace un año había quedado huérfana de padre. La
agresora, identificada como Antonella O., de 19 años, vive a una cuadra de la casa de su víctima, y
horas después del hecho quedó detenida a disposición de la jueza Margarita Sismondi, quien también
pidió que se le practique una autopsia al cuerpo de la menor.
Cuenca cañera. Tacuarendí es una pequeña localidad ubicada en el extremo noreste
del departamento General Obligado, en la denominada cuenca cañera santafesina. Un camino
pavimentado de dos kilómetros la separa de la ruta nacional 11, columna vertebral de ese sector
santafesino, y está a una decena de kilómetros de Villa Ocampo y Las Toscas, las localidades más
conocidas de la zona. En esa comuna de seis cuadras por seis viven unos 3.500 habitantes. La
mayoría es gente que trabaja en el campo y habita tierras que primero fueron de La Forestal y hasta
finales de la década del 60 ocupaba el ingenio papelero Tacuarendí. En ese contexto vivía Geraldine
junto a su mamá Nilda, oriunda de Villa Ocampo, y sus 11 hermanos, el menor de un año. Y a una
cuadra de ellos, la muchacha apuntada como su matadora junto a su familia.
“Según lo que contaron los testigos y los amiguitos de Geraldine, esta
chica la agarró del pelo, del cuello, y la tiró al piso. Después mi hija se levantó y camino unos
metros y ahí se cayó. Cuando yo llegué ya estaba muerta”, relató desde el más profundo dolor
Nilda, la mamá de Geraldinde.
A pesar de la distancia y vía telefónica, la conmoción en el pueblo podía
percibirse. A las 17.30 el cuerpo de Geraldine fue sepultado en el cementerio municipal de
Tacuarendí. “Hace 35 años que vivo en el pueblo y jamás se vio algo así. Es terrible lo que
pasó”, relató Raquel, una comerciante de la comunidad.
Al regresar de la inhumación del cuerpo de su sobrina, Silvia se hizo un momento
para relatar a La Capital lo ocurrido el martes al mediodía. “Tanto la familia de Antonella
como nosotros somos gente humilde y laburante”, contó.
Frente a la plaza. Silvia relató que el mediodía del martes, bajo un solo
arrollador, Geraldine regresaba junto a su amiguita Ayelén del comedor que funciona en la escuela
primaria número 6009 “Madame Curie”, ubicado en la esquina de las calles 5 y 8, a
metros de la plaza del pueblo y en la que cursaba la primaria. A unos 100 metros de ese lugar fue
interceptada por Antonella O., quien estaba con su novio.
“Como a una cuadra y media de la escuela, más o menos, se encontraron. Y
es como que esta chica (Antonella) la agarró del cuello y le pegó. Lo que me contaron tanto la
policía como la mamá de Ayelén es que el novio de la piba miraba todo y no dejaba que nadie se
metiera. Y la mina le pegó a mi sobrina con un tubo que estaba tirado. El médico de Villa Ocampo
dice que le lesionó la cervical. Que fue como que la desnucó”, explicó Silvia.
“Después, mi sobrina caminó unos metros hasta la casa de un vecino y ahí
terminó”, indicó. “Me sorprende que esta chica Antonella haya hecho esto. Geraldine era
una nena tranquila. Por más que mi sobrina le hubiera hecho algo no puede llegar a esto”,
agregó. “Ella dice que no quiso matarla, pero la vida de mi sobrina nadie no las va a
devolver”, sentenció.
“Como la policía del pueblo estaba ocupada en un accidente de tránsito con
muertos, cargamos a Geraldine en la camioneta de la comuna y la llevamos al Samco de Villa Ocampo.
Pero ya no había nada que hacer”, rememoró Silvia. Cerca de las 18 horas el cuerpito de
Geraldine fue trasladado a Reconquista, distante unos 110 kilómetros de Tacuarendí, donde se le
realizó la necropsia. La filtración a los medios del supuesto resultado preliminar de esa medida
pericial fue una estocada al corazón de la familia de Geraldine.
“No sé de dónde sacaron las radios de Las Toscas y Villa Ocampo que mi
sobrina falleció de un paro cardíaco. A Geraldine a los dos años la operaron del corazón, pero
jamás volvió a tener problemas”, indicó Silvia. “No digo que no pudo haber pasado eso.
Lo que digo es que si murió por un paro cardíaco fue porque ella (Antonella) lo provocó al pegarle
a mi sobrina. Ella tiene que pagar por lo que hizo”, dijo la tía de la menor.
Ya entrada la tarde del martes, Antonella fue detenida y trasladada en carácter
de incomunicada a la alcaidía de mujeres de la ciudad de Reconquista, donde espera que la jueza
Margarita Sismondi resuelva su situación, algo que probablemente suceda hoy después de tomarle
declaración indagatoria. “Es mucha la gente del pueblo que se nos acercó en el entierro de
Geraldine para que busquemos justicia. Que esto no quede así”, relató Silvia, la tía de la
piba muerta.