Un equipo internacional de socorro sacó ayer en buenas condiciones a un hombre de 23 años, quien permaneció atrapado bajo una montaña de concreto y madera durante 11 días, desde que el terremoto devastó la capital haitiana.
Un equipo internacional de socorro sacó ayer en buenas condiciones a un hombre de 23 años, quien permaneció atrapado bajo una montaña de concreto y madera durante 11 días, desde que el terremoto devastó la capital haitiana.
Decenas de espectadores con máscaras para mitigar la fetidez ocasionada por los cadáveres que se descomponen en la ciudad, ovacionaron cuando Wismond Exantus, vestido con camiseta y pantalones negros, era transportado en camilla por un túnel estrecho, abierto entre los restos de un hotel y tienda de comestibles.
Luego, Exantus fue colocado en una ambulancia, con los brazos cruzados.
“Tenía hambre”, dijo Exantus desde la cama de hospital poco después de su rescate. “Pero cada noche pensaba sobre la revelación de que sobreviviría”.
Narró que sobrevivió inicialmente al meterse debajo de un escritorio cuando los escombros comenzaron a caer alrededor de él. Atrapado en ese lugar tan pequeño, estuvo acostado sobre su espalda todo el tiempo y sobrevivió bebiendo refresco de cola, cerveza y galletas que estaban en la tienda.
“Comía todo lo que hallaba”, señaló. “Después del sismo no sabía cuándo era de día y cuándo de noche”.
Uno de sus hermanos, Jean Elit Jean Pierre, dijo que Exantus trabajaba como cajero en la tienda de comestibles, ubicada en la planta baja del hotel Napoli. Los hermanos convencieron a rescatistas de que salvaran a Exantus, quien tiene un apellido diferente porque se lo cambió.
Desde su cama de hospital, ayer, Exantus volteó hacia su familia y dijo, “cuando estén en un hoyo, también intentaré llegar a ustedes”.
Ayer mismo, la Organización de Naciones Unidas anunció que el gobierno haitiano había declarado el fin de las operaciones de rescate. A pesar de ello, decenas de equipos internacionales continuaron buscando sobrevivientes entre los escombros del terremoto del 12 de enero.
Los esfuerzos comenzaron cuando uno de los hermanos del hombre ayudó a llevar a un grupo de búsqueda griego hacia lugar, después de escuchar la voz de Exantus, señaló Apostolos Dedas, un líder de misión del equipo griego.
“Es muy emotivo. Es lo mejor que te puede suceder cuando eres un socorrista”, enfatizó Dedas.
El teniente coronel Christophe Renou, un funcionario de Protección Civil de Francia que fue parte del equipo de rescate en ese lugar, indicó que los rescatistas utilizaron sierras de cadena, taladros para trabajos pesados y sierra de mano a efecto de cavar un túnel hacia el hombre, a quien dieron agua mientras trabajaban para sacarlo. Renou señaló que el hombre estaba sepultado bajo cinco o seis metros de escombros, mayormente concreto y madera.
Lloran sus muertos. El sismo de magnitud 7 del 12 de enero dejó hasta 200.000 muertos, señalaron las autoridades haitianas, con hasta 3 millones de personas heridas o sin hogar, clamando asistencia médica, comida o agua en el país más pobre del hemisferio.
Los sobrevivientes acampan en condiciones inmundas en cerca de 300 campamentos improvisados levantados por toda la ciudad. La gente se queja de que no está obteniendo suficiente ayuda, pese al enorme esfuerzo de socorro internacional que guía Estados Unidos.
En los terrenos exteriores de la derrumbada catedral de Notre Dame de Puerto Príncipe, una multitud de fieles, sacerdotes y monjas se congregó ayer para el funeral del arzobispo Joseph Serge Miot y el vicario general Chales Benoit, que murieron en el catastrófico temblor que demolió amplias zonas de la ciudad costera.
“Lo que perdimos no podemos recuperarlo. No son los ricos o los pobres los que han perdido, estamos todos juntos”, declaró Leon Sejour, un seminarista que había viajado desde la ciudad de Cap Haitien, en el norte del país.
Mientras se retiraba del funeral, el presidente haitiano, Rene Preval, fue empujado y atacado por personas enojadas por la lenta entrega de ayuda. Algunos jóvenes le pidieron a gritos la renuncia.
Las autoridades haitianas han recogido cerca de 120.000 cadáveres.
“Ahora estamos en el proceso de revisar las funerarias para contar, pero eso podría agregar decenas de miles más”, dijo la ministra de Cultura y Comunicaciones, Marie-Laurence Jocelyn Lassegue. Las autoridades han enterrado a los muertos en fosas comunes.
Funcionarios de la ONU señalaron que los equipos de rescate salvaron a más de 130 personas desde el terremoto, pero el foco se estaba moviendo a la ayuda médica y de alimentos para los sobrevivientes, y al rescate de cuerpos, que siguen apareciendo remover los escombros. l (Reuters, AP, DPA y Télam)
Por Claudio González
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