Daniel Scioli llega a la entrevista con La Capital empapado en sudor y con la adrenalina alta. Antes, por la presencia de militantes, el candidato del Frente para la Victoria (FpV) debió mutar la conferencia de prensa por un mitin en un bar de Sarmiento y Santa Fe.
A la salida, cuando se dirigía hacia la Redacción de este diario, tuvo que subirse a un interno del 110 de Rosario Bus. "El chofer estuvo bien, porque había mucha gente adentro y se quería sacar fotos conmigo", sostuvo Scioli, sorprendido por el marco y las manifestaciones de apoyo.
Sin despegarse un ápice de su nuevo estilo de campaña —enfocado en las críticas hacia su rival, Mauricio Macri—, el gobernador bonaerense fue un paso más allá al señalar que el objetivo de Cambiemos "es pactar con el diablo".
"Con ellos se viene una devaluación, un ajuste, una quita de subsidios. Mi prioridad es cuidar a los trabajadores, a los jubilados y a la clase media", precisó el postulante peronista, quien se mostró junto al senador electo por Santa Fe Omar Perotti.
—¿Lo sorprendió el recibimiento de la gente en Rosario?
—Vengo cosechando desde el debate hasta acá una reacción colectiva que ha interpretado en profundidad de qué se trata esta elección. Entrar hoy (por ayer) al bar El Cairo y ver ese fervor me motiva más que nunca a seguir defendiendo lo que es el mejor camino para la gente de cara a su futuro. Esto caló profundamente; han querido distorsionar el debate, inventar resultados... A la gente nadie la lleva por delante, la gente se dio cuenta de qué se trata.
—¿Y cuál es su percepción sobre lo que ocurrirá el domingo?
—Mire, estos días la gente está repensando, reflexionando sobre el voto, entendiendo de qué se trata. El camino hacia el futuro es el desarrollo argentino, lo otro es la política de pactar con el diablo, que es lo que hemos puesto en evidencia. ¿Cómo la gente, los argentinos, les van a creer a quienes siempre estuvieron en contra? Es un tema de coherencia.
—¿Está diciendo que votar a Macri es pactar con el diablo?
—No lo pongo en términos personales, lo pongo en términos de las políticas. El pueblo argentino ha hecho un gran esfuerzo al remontar una situación muy adversa, fruto del endeudamiento del FMI, de las devaluaciones, del ajuste. La gente ya se dio cuenta, no lo pueden tapar. Con ellos se viene una devaluación, un ajuste, una quita de subsidios. Mi prioridad es cuidar a los trabajadores, a los jubilados y a la clase media.
—Parece haber una franja de indecisos que está mirando tanto a usted como a Macri. ¿Cómo se los seduce?
—Sí, eso es lo que marcan muchos sondeos, incluso de electores que fueron en busca de otra propuesta política en la primera vuelta. A ellos les digo que ahora tienen un candidato que los ha interpretado y los va a representar. Yo he tomado parte de las agendas de los candidatos. Voten lo que voten esos indecisos, les pido que piensen cuando estén en el cuarto oscuro sobre las dos opciones. No hay que dejar el voto en blanco.
—Massa dijo que él cree que va a ganar Macri. ¿Lo sorprendió esa declaración?
—No sé, porque inventan todo el tiempo declaraciones queriendo forzarlas. Han querido forzar el resultado del ballottage, han puesto declaraciones de (Roberto) Lavagna que luego desmintió.
—¿Quiénes son los que inventan todo el tiempo?
—El poder económico y algunos sectores mediáticos. Pero esta es una ola celeste y blanca que no pueden parar.
—¿Pudo sciolizarse en este último tramo de campaña?
—Pude explicar con más claridad de qué se trata esto. Si hay algo positivo del ballottage es eso.
—¿Cuál es la medida direccionada hacia Rosario si usted es presidente? No se lo pregunto a mediano plazo sino en lo inmediato.
—Un despliegue de fuerzas federales con tolerancia cero al narcotráfico. Con el 82 por ciento móvil para los jubilados, eximir de pago de impuestos a las ganancias, bajar las retenciones a las economías regionales y obras de infraestructura. Yo tengo una gratitud de por vida a Rosario, porque acá salvaron mi vida. Yo llegué acá cuando me faltaban pocos segundos para morir.
—Uno de los problemas con las fuerzas federales ha sido que, como vinieron, se fueron. Y luego regresaron por pedido de los sindicatos rosarinos...
—Van a llegar cada vez más. Voy a convocar a 100 mil agentes federales y voy a poner en marcha a las policías locales. Yo lo hablé mucho con la intendenta (Mónica) Fein, al igual que trabajar en los temas habitacionales, de educación para el trabajo. Toda esta gente que ha salido a la calle es la que está en contra de lo que dijo Macri sobre la gratuidad de las universidades.
—¿Hay jóvenes movilizados más allá de los sindicatos y los aparatos políticos?
—Sí, y es impresionante. Me han saludado mucho desde los balcones; fue impresionante. Hasta me subí arriba de un colectivo urbano de pasajeros, porque había mucha gente adentro y se querían sacar fotos conmigo.
—Su performance en la provincia de Santa Fe fue mejor en Rosario y la capital que en las zonas productivas vinculadas al agro. Ahí hay enojo con el gobierno nacional...
—Les digo que el 10 de diciembre empieza un nuevo gobierno y seré el presidente que mande, que tome las decisiones. En una agenda de desarrollo, el campo ocupará un lugar central, y haré todo lo necesario para que sean competitivos, para que siembren y mejoren sus costos. Voy a congelar el precio del gasoil y aumentarles los reintegros.
—Se lo vio sorprendido cuando Macri le dijo: "Qué cambiado estás Daniel, te convertiste en un panelista de 678".
—Eso fue una falta de respeto a los periodistas en general. Esa es la intolerancia que vienen demostrando. Igual que cuando le hicieron a Macri una pregunta personal y se ofuscó. Muchas personas me dijeron que Macri está teniendo actitudes de soberbia, de sobrador. Hay que mantenerse humilde, no creérsela nunca en la vida.
—¿Se rompió la amistad con Macri?
—Yo no encaro la política en términos de enemistades personales con Macri. Confronto con las ideas de Macri, porque estoy convencido de que son muy malas para el país. Y las están queriendo imponer de la peor manera: atacando a YPF, al Banco Central.
—¿Cómo se imagina el domingo a las 6 de la tarde?
—Que Dios disponga y el pueblo decida. Tengo fe.