La actual situación del tránsito y el estacionamiento en la zona céntrica de la ciudad, han pasado a constituir una caja de aportes financieros del gobierno municipal que carece de límites y techo. Miles de infracciones que se cometen a diario, dada la imposibilidad de ordenar el tránsito en nuestras calles, hacen que el flujo de dinero recaudado con poco esfuerzo se incremente a costilla de los vecinos que no encontramos lugar para estacionar, parar a dejar un mínimo paquete o efectuar un rápido pago en un cajero. El Concejo no ha tenido en cuenta el efecto que tiene este desorden vehicular y como beneficia la recaudación de la Municipalidad e induce a estas autoridades a no cambiar el sistema para no perder el fabuloso negocio de las recaudaciones por mínimas infracciones de tránsito, que el rosarino debe tributar como un impuesto al bobo en la anarquía de los sistemas de estacionamientos y/o circulación. La Dirección General de Tránsito y la GUM pasaron a ser agentes financieros del gobierno municipal, en capacidad de generar fuertes ingresos y no estoy poniendo en duda ni cuestionando la honestidad de los funcionarios que intervienen, que con o sin cámara de fotos pueden producir miles de actas que carecen de posibilidades de defensa ante las contundencias de las “pruebas”. ¿No será hora de que nuestros concejales, investiguen los montos aportados y los mecanismos aplicados para hacer crecer esta supercaja?