“¿Te hiciste piquetera? Ponete a vender drogas, hermana, dejá de hinchar las pelotas”. La sugerencia de Gastón Humberto F., un joven conocido como “Papa” o “Cara de Papa”, fue expuesta ayer entre las evidencias contra tres nuevos imputados como miembros de la asociación ilícita liderada por Ariel “Viejo” Cantero. El fiscal Franco Carbone imputó al muchacho, a una hermana y a una cuñada como miembros de esa organización a partir de evidencias halladas en un celular Samsung con mensajes y fotos que daban cuenta de organización de venta de drogas y manejo de armas.
Al tope de la red fue ubicado el Viejo Cantero y en los estamentos más altos de la banda fueron situados la pareja de Cantero, Rosa Bibiana “Bibi” Montero; Nelson “Pandu” Aguirre, quien cumple condena por homicidio, y Marcos Vera, bufetero del club Pescadores del Mangrullo.
En familia
Como integrantes de la célula regenteada por Pandu, Carbone imputó ayer a Gastón F., Silvana V. y Sabrina F. Sin embargo, hay otros miembros de la familia bajo la lupa, entre ellos una mujer que hasta anoche seguía prófuga y un hombre que no fue imputado por razones de salud.
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Según la investigación “Papa” vendía drogas en la cárcel de Coronda y a partir de su contacto con Pandu empezó a llevar negocios afuera de la cárcel para los cuales empleaba a su pareja, su cuñada y su hermana. Las conversaciones descubiertas entre F. y esas mujeres dan cuenta de que las proveía de armas, municiones y drogas para comercializar, al tiempo que las instruía sobre cobranzas y pagos relacionados con la actividad.
La fiscalía pudo establecer que las parientes de Papa compraban la droga que les proveía Pandu a través de su pareja. “Osito” V. también está acusada de regentear puntos de venta, para lo cual compraba drogas y armas a Aguirre y reclutaba soldaditos para custodiar los kioscos. Sabrina está acusada de vender drogas en su casa. La colaboración de la familia F. alcanza, según la investigación, al padre de Papa, que aportaba su casa para almacenar droga y dinero en efectivo.
Además de vender drogas en el penal, Papa usaba sus contactos para conseguir armas. A fines de 2021, en una charla con un joven que luego sería asesinado en febrero pasado, Gastón lo consulta por una pistola. “Pasa que no hay ninguna boludo, estamos a días de las fiestas”, se excusa el amigo, con una salvedad: “Me pasaron la 9 esa —manda una foto— pero a 200 palos (200 mil pesos). Re cara, pero una Millenium”.
—No, eso es mucho, pero alta pistola, mirá lo que es eso, una hermosura —responde Gastón.
— Sí, está todo re caro amigo, por la mía me querían dar dos palos, ¿pero qué hago? Después me termino comprando una toda oxidada... si no hay fierros, nadie vende nada hoy.
—No, no vendás la tuya, quedate con esa que es alta pistola. Pero averiguame una de esas, media baratita, hasta 150 palos pago una nueve, hasta 140 la pago. Si llega a estar 150 dejamelá boludo, es para mí y para mi cuñada.
Balas y gramos
Osito V. ya estaba presa antes de ser imputada ayer. Pero estaba libre cuando mantuvo chats con su cuñado Papa. “El me dice «vos no vas a vender más». Voy a hablar así vendo para los Canteros acá. Voy a poner mi casa para hacer plata. Están resentidos los dos. Yo agarro vuelo con el que sea”, le dice la mujer, al parecer hablando sobre alguna deuda, antes de reclamarle municiones porque “tengo una sola pistola”.
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En otra conversación del 9 de enero la Osito le dice a Papa: “Gastón, decile al Pandu que se traba esta pistola. Le puse balas, sale una y después se traba. Decile que esta me deja tirada”. Dos días después, Papa habla con una persona que usa el celular de Osito. “Son 300, 400 palos. Te dan todo, auto, moto, te dan todo. Vas a ir con otro pibito también”. La otra persona acepta el trabajo y F. le dice: “Ahora le mando un mensaje ahí a la Osi y te digo bien”,
Las evidencias incluyen mensajes y conversaciones entre Papa y su hermana, también imputada, a quien le aconseja entrar en el negocio. “Hay que estar lo mejor que puedas, mientras se pueda. Empezá con diez gramos. La pule (tal vez en alusión a droga de buena calidad) está 13 mil pesos. Te ponés con la Marisol y te la arman al toque. Si no vos la sacás, como vos quieras. Hacé plata. Calladita, hacé plata a rolete”, sugiere Gastón.
—Bueno, dale pero yo ahora estoy sin nada, no tengo nada —responde la joven. —Puedo conseguir la balancita a 1.200 pesos. Pero si ella me da, bueno, después cuando lo vendo se lo pago. Y arranco así. Y vendo por celu, para no estar acá quemando la casa.
—Ella te lo va a dar y vos tenés una semana para pagarle. En una semana se lo pagás, hermana. Yo saco de a 300 gramos en cuatro, cinco días, ¿no vas a sacar 10 gramos hermana? Ya tenés la balancita, ¿viste que yo guardo las cosas adentro del parlantito? Ahí adentro están las cosas. Hablale a Marisol, yo le digo al toque, te aviso. Pero ya está confirmado, el ok ya está.
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Más allá de la intención de Papa de introducir a su hermana en el narcomenudeo, otros audios en los que solo se escuchan la voz de él deslizan que la muchacha tal vez no estaba muy convencida. “¿En qué andás Sabri?”. De la pregunta siguiente se desprende que la chica estaba en una protesta. “¿Qué es eso? —pregunta Gastón— ¿en un corte de piquete? ¿Te hiciste piquetera?”.
No están entre las evidencias las respuestas de Sabrina, que se pueden inferir de los dichos de su hermano. “Está bien, hermana, ¿eso es para luquiar un par de pesos? Ponete a vender droga hermana, dejá de hinchar los huevos. ¿Qué vas a estar ahí haciendo piquetes?”.
Al parecer Sabrina tenía alguna razón para participar de la manifestación, según las siguientes respuestas de su hermano. “Bueno, está bien, hermana. Al menos te ayuda eso”, consiente Papa, y se refiere a quien podría ser un amigo de su hermana al parecer vinculado con la organización del piquete. “Decile que nos mande un pan dulce, budín, no sé, turrones, algo ahí en el merendero, mandameló hermana. Es para los chicos de acá (por la cárcel) que no tienen. Yo se los reparto, se los doy a ellos”, termina mangueando F.
En otro audio recuperado Gastón le dice a alguien que él es delegado en el pabellón. “Soy la cabeza de este lugar, la cabeza principal, y lo dejé a Pandu, a un chico que anda con Los Monos, ¿viste? Y lo subí al chico él y a otro chico más. Yo ya me voy, cinco meses y me voy, negro. Toda la plata. Ya estamos en la calle". Sin embargo, las cosas no salieron como preveía y ahora, a partir del dictado de la prisión preventiva por el plazo de ley deberá afrontar un tiempo más tras las rejas.