Ariel “Viejo” Cantero y su pareja Rosa Bibiana “Bibi” Monteros fueron imputados con otras 19 personas de integrar una asociación ilícita dedicada a cometer diversos delitos desde balaceras y extorsiones hasta la venta de entradas para partidos de Rosario Central. La audiencia que comenzó el martes y se suspendió tras dos horas de intentos por conectar el sonido con la dependencia penitenciaria donde estaba la mayoría de los acusados pudo seguir el miércoles con la presencia de los sospechosos y una importante custodia de fuerzas de seguridad. Ante la jueza Valeria Pedrana, los fiscales Valeria Haurigot, Franco Carbone y Gastón Avila situaron a la pareja como jefes de una banda organizada en dos células, una manejada desde la cárcel de Coronda por Nelson “Pandu” Aguirre y la otra por Marcos Vega, oriundo de Villa Constitución y establecido entre el sur rosarino y Villa Gobernador Gálvez.
Además de formular la “imputación madre por asociación ilícita” y detallar cargos específicos a cada imputado, los fiscales pidieron prisión preventiva para todos. Luego expusieron parte de la evidencia con la que cuentan y audios de los cuales resaltaron un dato llamativo: sólo hay tres grabaciones en las que se escucha a Cantero. “El y su pareja se cuidan mucho de ser captados por escuchas”, dijo Carbone, aunque aseguró contar con mucha evidencia que respalda la acusación contra el fundador de Los Monos, aludido por otros imputados como “Pelo duro” y “El Hombre”. La audiencia seguirá este jueves a las 8.30 y se espera que no vuelven a fallar los medios de conexión para que los imputados puedan seguir la audiencia desde sus lugares de detención.
En general
Los fiscales señalaron que la organización “procuró dominar sectores y barrios de Rosario y excluir a bandas antagónicas para obtener beneficios económicos”. Para ello, según esta teoría, sus miembros cometieron delitos como extorsiones, amenazas, lesiones, encubrimientos, abuso de armas y venta de drogas.
De los 23 imputados el miércoles, 21 fueron acusados de integrar esa estructura: Cantero, Monteros, Pandu Aguirre, Marcos Vera, Brenda Barboza, Viviana Camejo, Jorge Manuel Barboza, Ailén Centurión, Jonatan Sánchez, Marcela Aguirre, Esteban Stoppani, Ester Fuentes, Romina Berón, Rodrigo Berón, Jesica Berón, Oscar Malagueño, Nazareno Gauna, Yair Agustín Vera, Sebastián Gómez, Leonardo Pucheta y Angel Villaruel.
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En tanto dos mujeres fueron imputadas por fuera de la asociación ilícita: Celestina Contreras, ex pareja del Viejo y madre de los líderes de Los Monos, fue acusada de pagar a tiratiros a los que Pandu Aguirre ordenó cometer balaceras entre el 9 y el 14 de noviembre pasado contra dos escuelas (Santa Isabel de Hungría y Crisol) y dos estaciones de servicio (YPF de Ovidio Lagos al 4900 y Axion de San Martín y Saavedra). En tal sentido se la imputó como coautora —con Aguirre y Gauna— de tres hechos de intimidación pública. Fuera de la asociación también fue acusada Cintia Verón, quien presenció la audiencia con su hija nacida la semana pasada, imputada con Pucheta de administración fraudulenta por el manejo de cajas de alimentos halladas en el allanamiento a la casa de Cantero, en Avellaneda al 4500.
Además de integrar la asociación ilícita hubo imputaciones específicas para Aguirre, Stoppani, Fuentes y Gauna por extorsión. También sumaron otra imputación por tentativa de homicidio calificado por promesa remuneratorio Aguirre (instigador), Gauna (partícipe primario) y Barboza (partícipe secundaria), en relación con un ataque perpetrado el 4 de diciembre pasado en Cerrillos al 3800.
Asimismo Cantero y Montero fueron imputados por encubrimiento agravado por ánimo de lucro y maltrato animal por la “posesión de gallos de riña, equinos, porcinos, terneros, ovejas, chivos, canes y aves autóctonas, encerrados sin alimentación ni atención”.
Administración de violencia
Gran parte de la imputación se basa en escuchas entre varios de los imputados con Pandu en las que hay constantes alusiones al Viejo, mencionado como “Pelo duro” o “El Hombre”. Para los fiscales Cantero y Bibi se consolidaron, en tanto jefes, como “administradores del ejercicio de la violencia y actividades ilícitas. Dicha administración se refleja en la autorización o reprimenda por el uso de armas, balaceras o intentos de homicidio entre facciones que coexisten en su ámbito de influencia”.
También se aludió al hallazgo de 137 cajas de alimentos del municipal Plan Cuidar. “Se sirven de instituciones con fachada legal para incrementar su influencia y liderazgo en la zona al gestionar alimentos”, describieron los fiscales, que también se refirieron a los animales encontrados en el allanamiento a Cantero, cuestión enmarcada en “otras actividades ilegales como riñas de gallos y cinchadas de caballos”. Un abanico de negocios tan amplio que incluyó el manejo de entradas para tres partidos de Central, uno de ellos un clásico. También los acusaron de autorizar la venta de drogas en las zonas donde operaban. “Se comportan como dueños del territorio y nada puede hacerse sin su venia y correspondiente pago”.
En cuanto a la ejecución de las acciones, los fiscales las pusieron en manos de dos células. Una comandada por Pandu desde el pabellón 8 de Coronda donde cumple una condena a 16 años por homicidio. A Aguirre se le atribuye gerenciar operaciones de narcomenudeo y extorsiones a través de once personas que respondían a sus órdenes “principalmente en barrio Triángulo y en la zona sur”. Para operar, indicaron los fiscales, contaban “con el aval y el respaldo del clan Cantero, a quien respetan, respaldan y responden, operando en ocasiones en conjunto bajo beneficios recíprocos”.
Como miembro clave de esa célula los fiscales ubicaron a la pareja de Pandu, Brenda Barboza, con quien se comunicaba fluidamente exponiendo, aunque de manera velada, el manejo de mucho dinero por venta de drogas, extorsiones y venta o alquiler de propiedades usurpadas. La subestructura también tenía roles definidos para sus integrantes. Por ejemplo la hermana del líder, Marcela Aguirre, está sindicada como “encargada de manejar parte de la economía”. Y Fuentes, madre de Stoppani —preso con Pandu en Coronda— está señalada como quien iba a cobrar a las víctimas de extorsiones dinero que luego entregaba a “Naza” Gauna, presunta mano derecha de Pandu y nexo con sus soldaditos, al menos hasta que —según la investigación— la relación se quebró cuando Aguirre se enteró que su segundo estaba saliendo con su ex pareja, la también detenida Romina Berón.
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En cuanto al otro subgrupo expuesto en la pesquisa, su liderazgo se atribuye a Marcos Vega, sindicado como un hombre de confianza de Cantero y encargado del bufé del Club de Pescadores del Mangrullo. Su hijo Yair está acusado de abuso de armas, extorsiones a nombre de “la mafia” y narcomenudeo. Para los fiscales Marcos transmitía a Pandu órdenes del Viejo, ya sea por teléfono o en reuniones con Naza, cuando era el ladero principal de Aguirre.
Bajo su órbita fue ubicado Sebastián “Piquito” Gómez, remisero con quien en agosto de 2021 fue interceptado en el peaje de General Lagos a bordo de un Renault Symbol con una “abundante suma” de pesos y dólares. “Quiero denunciar hacinamiento donde estamos detenidos. Hace siete días que dormimos en el piso, y tenemos diez segundos a punta de escopeta para bañarnos. Esto es una tortura. Nos dijeron 72 horas incomunicados, no 7 días”, declaró este miércoles Vega, uno de los tres imputados que hizo uso de la palabra.
Los otros dos fueron Cintia Verón y Pucheta, ambos sobre las cajas alimentarias halladas en la requisa principal. “Hace dos años trabajamos con la asociación civil y dos comedores comunitarios en zonas distintas. Los libros están en blanco porque lleva todo un monto de plata que no tenemos, el balance es de 18 o 20 mil pesos. Para cocinar juntamos donaciones”, dijo la mujer.
“Quiero declarar sobre el mal funcionamiento de los comedores” advirtió Pucheta, para graficar: “Usted imagínese: con 137 cajas por mes de la muni, tenemos 10 comedores, qué hace un comedor con trece cajas si para una olla necesitas muchas cajas de tomate. No alcanzan ni para un mes de tres comedores. O sea que esta mal la municipalidad. En una comida de un comedor para 60 familias necesitamos mínimo 20 cajas de puré de tomate”.
En la jornada del miércoles se reprodujo “un resumen de un resumen” de las conversaciones que los fiscales presentaron como evidencia para demostrar las relaciones entre miembros de la asociación investigada; charlas que deslizan enconos y malestares que en un punto dan la pauta de que bajo el liderazgo de Cantero habría gente que no se puede ver entre sí. No obstante, deslizó Carbone, todavía se podría colectar más información de los once celulares y 30 chips secuestrados en el allanamiento a la casa de Cantero, parte fundamental de los 106 teléfonos secuestrados en las requisas cuya información aún no fue analizada.
La exposición de evidencia para justificar los pedidos de prisión preventiva continuará este jueves desde las 8.30. Luego será el turno de las defensas que se opondrán a esos pedidos y finalmente la jueza deberá resolver si los acusados seguirán privados de su libertad.