Los empleados y jubilados provinciales venimos padeciendo un descuento mensual diez veces superior al resto del país, que, en muchos casos significa el 90 por ciento del básico y en otros, supera el aporte jubilatorio, con el agravante que éste, es de por vida. En distintos momentos reclamamos la optatividad, la reducción del descuento, el cobro en vida, la automaticidad en el cobro de los beneficios, la apertura de los libros. Si a esto le sumamos: a) La falta de transparencia, por no exhibir el listado de siniestrados, el que es negado a la hora de exigirlo (mínimamente deberíamos saber por qué muertos se nos practican esos descuentos). b) La falta de respuestas por parte de las autoridades de la Caja, de ¿por qué tardan un año y medio, cuotas mediante, para otorgar los beneficios, cuando esto debería ser automático?; ¿quién se apropia del patrimonio financiero que pertenece a los afiliados en ese período? Y si a la vez la misma Caja otorga créditos con intereses, fácil será deducir la respuesta. En razón de que los empleados y jubilados autoconvocados hace años que venimos reclamando, dedicando horas de esfuerzo, trabajo y dinero, apelamos a los afiliados, profesionales del derecho, funcionarios, legisladores y jueces, que les alcancen los términos de la ley, que se sumen aportando la capacidad que les otorga la profesión para que juntos impulsemos la reforma de la ley 9.816 para que el Estado se haga cargo del seguro. Mientras rija la ley exigimos ya: a) La optatividad por expresa adhesión para los activos. b) Apertura de los libros. Listado de siniestrados. c) Cese del descuento a los jubilados con la continuidad de los beneficios. d) Automaticidad en el cobro de los mismos. e) Ante tal confiscación se impone la necesidad de que el Estado proceda a devolver en vida los beneficios. f) Reducción inmediata del descuento a cifras mínimas. Manifestamos nuestro asombro ante la vigencia de una ley tan nefasta, por lo injusta, paternalista y autoritaria, lo que nos llevaría a pensar que si no logramos respuesta alguna nuestros representantes no estarían al servicio del pueblo sino que se servirían de él.