El escritor Héctor Bianciotti había nacido en 1930 en Córdoba, pero vivía desde hacía más de medio siglo en París y ya hacía tiempo que escribía en francés. Sin embargo, sus libros giraban en torno a los recuerdos de su patria.
El escritor Héctor Bianciotti había nacido en 1930 en Córdoba, pero vivía desde hacía más de medio siglo en París y ya hacía tiempo que escribía en francés. Sin embargo, sus libros giraban en torno a los recuerdos de su patria.
Bianciotti falleció anteayer en Francia a los 82 años en la miseria y con muy pocos amigos tras padecer una larga enfermedad, según reportaron ayer medios argentinos. Había llegado a Europa en 1955, y tras residir en Italia y España, pronto se estableció en París.
En las más de cinco décadas que llevaba en la Ciudad Luz, se había convertido en más francés que muchos franceses. Incluso tenía el honor de ser miembro de la Academia Francesa de la Lengua desde enero de 1996.
Cuando fue nombrado miembro de la Academia, se definió como "alguien que viene de lejos, y que ha pasado de su lengua materna a la de su literatura predilecta por caminos de contrabandista, sin traer nada, a modo de regalo, salvo un imaginario venido de otra parte".
Desde principios de los 80 escribía en el idioma de Molière, y en su país de adopción era considerado uno de los más importantes novelistas contemporáneos.
"Bianciotti procede por pinceladas y toques, prefiere sugerir a explicar, insinúa en lugar de contar", sostenía nada menos que su colega mexicano Octavio Paz sobre "Lo que la noche le cuenta al día". "No describe: evoca, convoca. Un arte más cerca de la música que de la pintura", indicaba el premio Nobel mexicano.
Bianciotti, hijo de inmigrantes del Piamonte, se encontraba distanciado de la lengua de Cervantes, lo que sin embargo el autor de "El paso tan lento del amor" no lamentaba.
"Creo que poseo un muy buen francés, un francés que sorprende a la gente, porque nunca utilizarían las palabras que yo empleo", aseveró el escritor durante una entrevista. En 1981 adoptó la ciudadanía francesa.
Las obras de Paul Valéry, a las que descubrió con 12 años, fueron un factor desencadenante de su francofilia, según aseguró el propio académico. "Los libros de Valéry son como una Biblia", apuntó el también crítico literario. Entre otros, Bianciotti también escribió colaboraciones para el prestigioso diario Le Monde, y preferentemente sobre poetas muertos, porque aseguraba que en la actualidad se los solía pasar por alto. "Escribo sobre aquellos que son olvidados", sostenía este cordobés que confesó con acento francés: "En el fondo, nunca salí de la pampa".