Tras regresar de sus vacaciones, Sergio Massa aplazó ayer hasta el debate público del domingo 15 nuevas definiciones sobre su eventual apoyo a Mauricio Macri o Daniel Scioli en el ballottage, pero remarcó que "se terminó la política del miedo" en la Argentina y anticipó que su fuerza no va a permitir "que con los poderes residuales se pretenda extorsionar al próximo presidente".
Ante empresarios reunidos en el Consejo Interamericano del Comercio y la Producción (Cicyp), el líder del Frente Renovador se presentó como "el garante de la gobernabilidad" en el próximo período, pero aclaró que no dará "cheques en blanco" para que se instale "la impunidad o el ajuste".
Massa se había mostrado más cerca de Macri tras los comicios del pasado 25, aunque luego supeditó su respaldo a quien mejor exprese la agenda de propuestas que había presentado al electorado antes de la primera vuelta.
Ayer, desde el atril del Hotel Alvear, el diputado nacional aseguró que los candidatos presidenciales rendirán "examen" en el debate público del 15.
"El domingo 15 me voy a sentar a ver cuál de los dos convence más a mis votantes; el 15 los dos rinden examen", subrayó el ex postulante.
El encuentro reunió a unos 400 empresarios, lo que reflejó la permanencia de Massa dentro del escenario político, tanto que el anfitrión y presidente del Cicyp, Eduardo Eurnekian, lo presentó como el "árbitro" del próximo gobierno.
"No queremos ser árbitros —devolvió Massa en su discurso—, queremos ser actores centrales de la Argentina del futuro. Vamos a ser garantes de la gobernabilidad sin dar cheques en blanco para la impunidad ni para el ajuste".
Esas referencias tienen nombre y apellido: para el líder opositor el electorado asocia a Scioli a la posibilidad de tender un manto de impunidad contra los casos de corrupción del último gobierno y a Macri con la pérdida de derechos sociales.
Luego enfatizó que "se terminó la política del miedo" y apuntó contra el poder de fuego que mantendrá el kirchnerismo en el Congreso y distintos estamentos del Estado.
"No vamos a permitir que con los poderes residuales se pretenda extorsionar al próximo presidente, pero el próximo presidente no debe usar la lógica de escrituración (en el Congreso) sino de la división de poderes", subrayó.
En ese marco, dijo que la discusión sobre la posibilidad de sumarse a un futuro gobierno quedará para el 23, después del ballottage, aunque rápidamente aclaró que no buscará cargos sino que intentará que UNA "construya un agenda positiva para los argentinos".
Consultado sobre la posibilidad de que una derrota del oficialismo le permita hacer pie en un nuevo peronismo, dijo que del PJ habla su socio José Manuel de la Sota "porque es el mejor peronista".
Luego, en diálogo con la prensa, anticipó que la derrota del FpV en Buenos Aires abre un escenario distinto en el que seguramente hará que emerjan nuevos actores del PJ, entre los que mencionó a Juan Manuel Urtubey, Florencio Randazzo y Martín Insaurralde.
Massa concurrió a la reunión acompañado por su equipo de economistas integrado por Martín Redrado, Daniel Arroyo, Aldo Pignanelli, Ricardo Delgado y Guillermo Nielsen.