Sergio Alexis Vega tiene 22 años y pasará la próxima década tras las rejas. El juez de Sentencia José Luis Mascali lo condenó a 11 años y 6 meses de cárcel por considerarlo autor penalmente responsable del delito de homicidio agravado por uso de arma de fuego en perjuicio de Leandro Ariel Grazelli, un muchacho de 25 años al que conocían como "Lelé" y que recibió un disparo en la cabeza la noche del 23 de diciembre de 2010 en medio de una pelea que mantuvieron en una plaza de la zona sur de la ciudad cercana a la Jefatura de policía.
Todo ocurrió cerca de las 23 de aquel día cuando "Lelé" estaba en compañía de su amigo Walter C., de 33 años en la placita de Lamadrid entre Ovidio Lagos y Ricchieri. Fue entones que por el lugar pasó una moto de 110 centímetros cúbicos color naranja conducida por un joven que llevaba como acompañante a una adolescente. "¡Uy! Me parece que me voy a tener que agarrar a los ganchos", le dijo entonces Leandro a su amigo sabiendo de los viejos rencores que los enfrentaban. Ese pálpito se cumplió rápidamente cuando "Lelé" comenzó a discutir con el motociclista. Del cruce de palabras pasaron a los insultos, después a los golpes y todo terminó con cuatro detonaciones de un arma de fuego. Uno de los proyectiles impactó en la cabeza de "Lelé", detrás de la oreja izquierda, y cruzó el cráneo hasta quedar alojado a la altura de la ceja derecha del muchacho, que perdió masa encefálica y murió a unos cinco metros de las hamacas.
Apenas ocurrido el hecho, en el vecindario se escuchó el apodo de "Chula" como el autor de los disparos fatales, e incluso algunos vecinos mencionaron aquel día que el muchacho trabajaba en una distribuidora de bebidas de Constitución y Lamadrid.
Allanamiento. A partir de eso la policía de la seccional 18ª allanó una vivienda de Constitución al 5200 con una orden del juez de Instrucción Juan Andrés Donnola, donde secuestró una moto Cerro de 110 centímetros cúbicos, patente 913GQP, similar a la descripta por el amigo de "Lelé" y propiedad de Daniel G., un hombre que admitió ser pareja de la madre del apodado "Chula" y papá de Gabriela, la adolescente de 17 años que lo acompañaba al momento del homicidio y que fue apresada en ese operativo junto a su papá, quien tenía un pedido de captura del juzgado de Sentencia 2 por un robo calificado seguido de homicidio que databa de 2003.
Ese hombre contó a los policías que la noche del crimen le había dado la moto a su hija para que fuera a cargar nafta hasta la estación de servicios YPF que está frente a la Jefatura pero que nada sabía de la pelea que "Chula" tuvo con Grazelli. Al respecto, al declarar en el marco de la investigación judicial, la joven dijo que cuando volvían a su casa por Lamadrid "sale un chico y nos empuja de la moto". Que entonces se cayó junto a su hermanastro y que al levantarse "Chula" empezó a discutir con ese muchacho mientras otro le pegaba. Que en ese marco ella se asustó y que empezó a decirle a Vega que se vayan porque Walter C. le "estaba gatillando en la cabeza" con un arma de fuego. Y que entonces escuchó "tres explosiones" y se fueron.
Otra versión. Sin emabrgo, Vega declaró que fue "Lelé" el que sacó un arma de su cintura y que por eso "lo agarré de las manos, forcejeamos y se escuchó una explosión. Lo solté y se cayó para atrás", dijo en relación a la víctima. Y aclaró que las otras "explosiones fueron de las armas de los pibes que estaban" con Grazelli.
En su fallo, el juez Mascali asegura que "no existió en el caso legítima defensa propia como lo trató de hacer ver el encartado en su exculpación" y que "su relato se contrapone con el resto del material probatorio acercado por la fiscalía, lo que constituye elementos de cargo suficientes como para fundar la autoría y responsabilidad penal" de Vega.
Acerca del motivo de la pelea fatal, de la investigación judicial surgió que podría ser por rencores de vieja data entre los muchachos o porque Walter C. y "Lelé" habían "empezado a salir con dos chicas llamadas Rocío y Melina" que viven en el asentamiento precario de bulevar Avellaneda y avenida de Circunvalación, según comentó el propio Walter C.
Sin embargo, vale recordar lo que dijo una vecina del lugar del crimen cuando un periodista de LaCapital acudió aquel día para hacer la crónica del hecho: "Los padres de este chico son vecinos de toda la vida, gente trabajadora. El hermano es un sol, excelentes personas. Pero con la muerte de él no se perdió nada". Y entonces recordó que el muchacho asesinado había estado preso por el crimen de Luciano David Manno, quien tenía 17 años y fue muerto de una puñalada en el pecho el 27 de octubre de 2001 frente al salón del club La Consolata, en Patria y Callao.
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