La trama que fija preliminarmente autores y motivos del atentado al micro de
hinchas de Newell’s fue tejida por una testigo crucial. La informante es nada menos que la ex
mujer del acusado de organizar y ejecutar la emboscada donde fue asesinado un chico de 14 años en
febrero pasado. Su aporte fue desplegado durante una veintena de audiencias y gravitó para orientar
la pesquisa que en esta primera parte terminó con el procesamiento de Ariel Máximo Cantero, líder
de la banda de Los Monos, y Carlos Fernando Fleitas como piezas mayores de este episodio criminal.
Al primero se lo tiene como instigador, el segundo como autor material. En esta nota se refieren
momentos culminantes de un testimonio que incluye pasajes novelescos.
La historia tribunalicia de Y.P., de 19 años, arranca seis días después del
atentado a Newell’s. Había intentado denunciar por violencia doméstica a Carlos Fleitas,
alias el Chino, con quien convivía hacía siete meses. En la comisaría 11ª no le tomaban la denuncia
y por ello fue a Tribunales. Quería contar que el Chino le daba culatazos en la cabeza a su hijo de
dos años, que lo dejaba encerrado en el patio y a veces no le daba de comer. Sus dichos derivaron a
un lugar impensado para quienes oían: acabó por decir que su novio era una persona agresiva, que
estaba en el tema de la droga. Sus jefes, aseguró, eran los Cantero. Les atribuyó ser traficantes y
afirmó que Fleitas les compraba a ellos.
La oferta. Lo más inesperado sobrevino cuando la chica contó que el miércoles 3
de febrero, a las 14, día anterior al atentado, había escuchado una conversación donde le ofrecían
a Fleitas 10 mil pesos para matar al Panadero. Este es el sobrenombre de Diego Lucas Ochoa, el
actual líder de la barra brava de Newell's, quien para la jueza Raquel Cosgaya era el blanco del
ataque criminal al micro. Según la chica el Chino aceptó y conversó con tres amigos del asunto. Lo
que sigue es textual de la resolución:
"Ese día, a las diez de la noche, Fleitas se cambia y se hace de las armas que
tenía en el domicilio en el que ambos vivían (Guillermo Tell 550). Esas armas son una pistola 9 mm
y otra 40 mm. Antes de ello Fleitas había llamado para preguntar a qué hora tenía que estar allí y
le indicaron que a las doce de la noche". (...) Fleitas regresó a las 5.30 y le comentó a la joven
que "habían agarrado a los chicos de Newell’s". Según la mujer estaba exaltado y le dijo:
"salió todo bien pero el colectivo se paró y tendría que haber seguido, pero se frenó. Nosotros
teníamos marcadas las ventanillas, pero se paró antes y lo habían roto a tiros".
Dichos y efectos. A partir de esa declaración Y.P. aportó un torrente de datos
que permitieron enlazar acciones con nombres propios. Esta mujer, aclara la jueza, no fue testigo
de los hechos, pero el tiempo que vivió con Fleitas la puso en ocasión de conocer la vinculación
del Chino con éste y otros actos delictivos. A raíz de sus dichos hubo allanamientos a domicilios
de la sección Judiciales de la UR II donde se incautaron aparatos pertenecientes a una flota de
telefonía Nextel.
En la memoria de uno de los aparatos que pertenecía al Chino había fotografías
digitales. En esas imágenes Y.P. termina reconociendo ante la jueza a personas que ella había
mencionado en la causa antes de saber que esos teléfonos serían secuestrados.
Hay, por ejemplo, fotos que muestran una mesa con armas de fuego en casa del
policía Guillermo Aguilera, tío del Chino. Aguilera y Fleitas aparecen en ellas. Esas armas son a
simple vista compatibles con las que se utilizaron en la emboscada. Guillermo Aguilera acabaría
procesado como partícipe secundario de homicidio como proveedor de las armas. Un detalle: en la
casa de Aguilera fue secuestrado un mantel de coco que es igual al que se observa en la mesa donde
reposaban las armas captadas en la foto del teléfono. También hay imágenes de niños de las
famililas de Aguilera y Fleitas que posan con las armas.
La joven había dicho que Fleitas era soldado de los Cantero y que usaba un BMW
blanco propiedad de Guille Cantero —prófugo en esta causa— hijo de Ariel Máximo. En el
teléfono del Chino aparecen los números de varios integrantes de la familia Cantero. También había
fotos del BMW. La joven también reconoció en las fotos del aparato de su ex pareja a Ariel Máximo
Cantero.
El Gordo Plin. Otro que terminó procesado es Juan Ramón Pintos a quien le llaman
Gordo Plin. La muchacha había señalado un mes antes de que lo detuvieran que el Gordo Plin era
quien vendía armas a los Cantero y que ella lo sabía porque lo había visto. A los 40 días Pinto fue
detenido y en su casa de barrio Las Flores secuestraron un cargador de pistola Bersa 9 milímetros.
La joven había dicho que en esa casa habían guardado las armas tras el atentado. El cargador
decomisado allí se corresponde con el calibre de las balas usadas en el ataque.
Hubo un señalamiento gravitante de la joven contra Leandro Vinardi, alias Pollo,
que terminó procesado como uno de los ejecutores del atentado. La chica dijo que el Pollo fue uno
de los que llamó Fleitas el día previo al atentado para hacer el "trabajo". También mencionó a otro
de los elegidos ese día por el Chino: alguien con el sobrenombre Teletubi que resultó ser Daniel
Alejandro Delgado, que vive en barrio Las Flores, tiene pedido de captura y está prófugo.
El allanamiento número 49 hecho en esta causa fue a la casa de I.C., la primera
mujer de Fleitas. La jueza destaca que allí se encontraron "efectos idóneos para actividades
delictivas" —tales como máscaras de goma y precintos plásticos "aptos para inmovilizar a
personas"— y 1.800 pesos. El texto judicial resalta aquí que el monto estaba
"significativamente en billetes de dos pesos ubicados debajo de un colchón". En esa vivienda se
encontró el teléfono de Fleitas que contenía las fotos que inclinaron hacia abajo la suerte del
grupo.