La trágica historia de Ana Frank y el diario que escribió mientras se ocultaba de la ocupación alemana de Amsterdam se transformaron en un documento referencial de la época más oscura de la humanidad. La figura de aquella adolescente regresa a ahora con la película “Mi mejor amiga, Ana Frank”, que se estrena este martes por Netflix.
“El diario de Ana Frank” es el nombre con el que se conocieron las memorias de la joven de 15 años que permaneció escondida durante tres años junto a su familia en un ático. Tras su captura, Anna, su hermana y su madre terminaron sus días en un campo de concentración y su relato describe en primera persona el clima de terror impulsado contra los judíos por parte del Tercer Reich. Las memorias de Ana son en este caso un referente histórico para “Mi mejor amiga, Ana Frank” porque el filme se basa en la amistad de Ana y Hannah Goslar descripta en la novela “Memories Of Anne Frank: Reflections of a Girlhood Friend”, de la escritora estadounidense Alison Leslie Gold.
“Leí el guión con mi madre e inmediatamente lloré. Es una historia pesada, intensa. La amistad es especialmente conmovedora. Cómo primero se separan y luego se vuelven a encontrar, y por supuesto es un honor interpretar a Hannah, que ahora tiene 93 años”, describió una de sus protagonistas, Josephine Arendsen, durante una entrevista con el diario holandés de Gelderlander.
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Hannah Goslar y Ana Frank convivieron en el campo de Bergen-Belsen.
La película, estrenada en Europa en septiembre del año pasado y que ahora distribuye Netflix a través de su plataforma, está basada de forma primaria en la novela de Gold, quien dedicó gran parte de su vida a la investigación sobre el Holocausto y entre sus publicaciones más destacadas se encuentran varios libros sobre Ana Frank. Sin embargo, la realización a cargo del director Ben Sombogaart, no solo tomó lo narrado en el libro de Leslie, sino que consultó a la propia Hannah Goslar, también conocida como Hanneli Goslar, quien actualmente vive en Israel.
“Con Ana nos conocimos antes del jardín de infantes, y luego, cuando nos vimos en clase, corrimos a abrazarnos. Nuestras dos familias se habían mudado de Alemania para escapar de Hitler y vivíamos uno al lado del otro”, recordó Hannah Goslar en un texto publicado por la editorial Scholastic, describiendo su relación con Ana que comenzó en 1934 cuando ambas familias emigraron a los Países Bajos.
Hanna aparece en varios fragmentos del diario de Ana Frank como Lies Goslar. Las amigas se reencontraron brevemente en algún momento del año 1945, mientras estaban en el campo de concentración de Bergen-Belsen donde se vieron por última vez. Hanna solía esconder pan en medias para regalárselos a Ana a través de un alambrado.
Goslar es una sobreviviente del Holocausto. Cuando terminó la guerra en 1947, pudo mudarse con su hermana a Jerusalén donde logró reconstruir su vida. Durante los últimos años brindó varias entrevistas sobre sus recuerdos, entre los cuales menciona a Ana como “una chica con muchas ganas de vivir”.
El impulsor de este proyecto es el director holandés Ben Sombogaart. Conocido en su país por su intenso trabajo en filmes televisivos, en 2003 fue nominado el Oscar en la categoría mejor película extranjera por “De Tweeling” (Hermanas gemelas, 2002), el quinto filme de Sombogaart basado en una novela de Tessa de Loo que ha sido traducida a varios idiomas y que transcurre en los años previos de la Segunda Guerra Mundial.
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Las dos protagonistas junto al director Ben Sombogaart.
Goslar es interpretada por Josephine Arendsen y Frank por Aiko Beemsterboer. Beemsterboer, que trabaja desde pequeña, dijo que este trabajo fue especialmente intenso. “Cuanto mayor es el desafío de un nuevo papel, más ansiosa me siento. A menudo he interpretado a hijas adolescentes que atraviesan una determinada etapa de sus vidas. Por eso el papel de Ana Frank fue tan especial. De repente tuve que interpretar a alguien más joven, que acaba en un campo de concentración”.
“Cuando ves el número de serie de Anne escrito en tu brazo, te toca, por supuesto”, añadió. Aiko dijo que le costó deshacerse de este personaje una vez que terminó la filmación: “Pensé en muchas cosas... Ahora soy más consciente de dónde viene mi libertad. Y eso no es tan obvio ni debe darse por sentado. Esta película, además, me dio una mejor idea de la guerra que lo que había leído en los libros de historia”.
Actualmente Hannah Goslar tiene 93 años y vive en Jerusalén. Nació en Alemania en 1928, pero ella y su familia se trasladaron a Holanda para escapar del gobierno nazi. Hannah fue enviada primero al campo de Westerbrok y luego a Bergen-Belsen, donde también estaba su amiga Anna Frank, pero Hannah logró sobrevivir.
El director quiso tener el testimonio de primera mano de parte de Goslar para realizar esta película, por lo cual visitó a la mujer varias veces en su casa de Israel. Hablaron de los hechos, de sus recuerdos, de sus sentimientos. Dada su edad avanzada, Goslar le pidió a Sombogaart terminar la película cuanto antes porque quería verla antes de morir. Pero entonces la pandemia llegó a Europa y el rodaje se detuvo. No obstante, Sombogaart logró retomarlo y, apenas tuvo la película editada, se la mostró a Goslar y su familia.