La fuerte crecida del río Carcarañá a causa de las aguas provenientes de las intensas precipitaciones tanto en el sur santafesino como en la provincia de Córdoba comenzó a mostrar sus consecuencias más temidas. Mientras en la vieja ruta 9 el agua comenzó a asomar sobre el puente que lo cruza, el río castigó con dureza al balneario de San José de la Esquina y al Club Náutico de Casilda, que quedaron literalmente cubiertos por la voluminosa masa hídrica, al igual que una parte del parque Sarmiento de Carcarañá.
Mientras, y a raíz de las crecidas de los arroyos Colastiné y Tercer Coronda, la autopista Rosario-Santa Fe y la ruta nacional 11 que también une ambas ciudades permanecían ayer cortadas, por lo que los vehículos debían desviar por Arocena, tomar la ruta provincial 80, la 10 y la nacional 19 para volver a la autopista.
La ruta 11, donde el tránsito estaba interrumpido a la altura del arroyo Tercer Coronda, también sufrió un corte en el cruce con la ruta provincial 5, en este caso por una manifestación de vecinos.
Los cortes también continuaron en la ruta provincial 6 en el tramo comprendido entre las intersecciones con las rutas provinciales 70 y 4, entre Esperanza y Manucho.
En la ciudad de Santa Fe, en tanto, seguía anegada parte de la zona norte, y el clima social comenzó a enrarecerse con piquetes y distintas manifestaciones de protesta. Tanto, que el intendente pidió a la Justicia que intervenga. Allí también comenzó la evacuación en el anillo del río Salado, que creció más de medio metro en pocas horas.
Puente. Lo que hasta el martes era un peligro latente, ayer se hizo realidad: el agua del Carcarañá empezó a asomarse sobre el puente de la vieja ruta 9 y también podía apreciarse en los extremos de la vieja estructura gran cantidad de botellas de plástico y basura. El paulatino incremento del cauce por encima del puente mantenía preocupadas a las autoridades. Desde hace tres días, la ex ruta 9 permanece cortada a la altura del cruce con la 26-S. En tanto, hacia el oeste, el desvío está en la localidad de Correa, en el sector de acceso a la autopista Rosario-Córdoba.
Los trabajos de prevención están siendo llevados a cabo por Bomberos Voluntarios de Carcarañá y Correa, junto a personal policial y de Tránsito de ambas localidades. La Dirección Nacional de Vialidad (DNV) con su equipo técnico, evalúa permanentemente la situación y tendencia del caudal de agua proveniente de la confluencia de los ríos Tercero y Cuarto, en territorio cordobés.
En barrio Formoseño, un asentamiento precario ubicado muy cerca del río donde viven 400 personas, las autoridades de Carcarañá no tuvieron necesidad de evacuar a ningún vecino, aunque rige el alerta ante una eventual crecida de gran magnitud. Por tal razón, el municipio tomó todos los recaudos necesarios por parte de la Dirección Municipal de Defensa Civil, contando con el apoyo de la Secretaría de Desarrollo Social y Salud Integral. Varias familias ya se habían autoevacuado días pasados por decisión propia.
Corte total.EN_SPACEVialidad confirmó la interrupción total para el paso de todo tipo de vehículos en el puente sobre el Carcarañá. La medida se mantendrá preventivamente ante la suba del nivel de agua que alcanza la estructura del puente.
También informó que por el desborde del arroyo Tortugas, se realiza el desvío vehicular sobre la ruta 9 en la localidad de Tortugas hacia la autopista Rosario-Córdoba. El sentido hacia Córdoba se redirecciona en Armstrong hacia la autopista y se puede retomar la ruta 9 antes de General Roca. Igual medida, pero en sentido inverso, se aplica para la mano hacia Rosario.
Azote del agua. El Carcarañá también castigó con dureza al balneario comunal de San José de la Esquina y al Club Náutico de Casilda que quedaron literalmente tapados.
Aunque los daños recién podrán precisarse cuando baje el agua, se estima que se reportarán pérdidas importantes. El jefe comunal de San José de la Esquina, Enrique Manjón, aseguró que se trata de la crecida más importante que sufre el balneario desde su existencia al punto que el agua llegó a cruzar un sector del camino de acceso al predio, el cual tiene una longitud de 800 metros y conecta con la ruta provincial 92 que atraviesa el pueblo. Desde el aire sólo pueden apreciarse las copas de la abundante arboleda del lugar y el techo del buffet y de algunas sombrillas porque el resto de las amplias instalaciones que, entre otras construcciones incluyen tres piletas de natación, está bajo agua.
El mandatario local dijo que "la crecida es constante y ya superó los cuatros metros", aunque aclaró que la situación "no implica ningún tipo de riesgo para la población" tras indicar que "la comuna afrontará las tareas de reacondicionamiento con recursos propios".
En tanto ayer integrantes de la comisión directiva del Club Náutico de Casilda se reunieron con el intendente Juan Carlos Bacalini para ponerlo al tanto de las consecuencias que provocó la crecida del Carcarañá. El mandatario local se comprometió a brindar asistencia una vez relevado el cuadro de situación que en principio se presenta como "desolador". Al menos así lo manifestaron a LaCapital María Rosa Luna y Juan Ramón Paz tras el encuentro en la Intendencia.
En ese marco puntualizaron que "la cantidad de agua es tal que llega casi hasta el techo de las ca bañas que están en el predio, al que sólo se puede ingresar en lancha o canoa”. Este es el segundo desborde de gran magnitud, tras 20 años, cuando se registró un episodio igual.
Por otra parte, la inundación que sufrió Chabás en su casco urbano ya fue superada ayer aunque, como en el resto de las poblaciones agrarias de la zona, seguía la preocupación por la bajante de las aguas acumuladas en los campos y la saturación de canales y arroyos aliviadores.
Malestar en Santa Fe. Mientras, en un marco de protestas de los vecinos de la zona norte de la ciudad capital, que seguían “con el agua a las rodillas” y reclamaban medidas de “asistencia sanitaria y de seguridad”, el intendente José Corral se comunicó con el fiscal general de la provincia, Julio De Olazábal, para que el Ministerio Público intervenga ante la sucesión de piquetes y cortes de arterias troncales en las zonas críticas.
“Defendemos el derecho a manifestarse de todos, pero de ninguna manera aceptamos que se corten las calles y se traigan problemas adicionales”, avisó el jefe de gobierno, en un clima de creciente tensión social y preocupación por los niveles del río Salado (creció más de medio metro en pocas horas), cuyo anillo de defensa comenzó a ser evacuado pese a la resistencia de algunos pobladores que temen ser saqueados. Este es un problema adicional que cargan las autoridades, además de la delicada situación sanitaria que obligó a tomar medidas extraordinarias por los efectos del fenómeno meteorológico, que castigó con 400 milímetros en cinco días al Gran Santa Fe y vastos sectores del territorio provincial.
Según Corral, las protestas “en algunos casos no tienen relación con vecinos reclamando, sino que se trató de conocidos personajes de la ciudad a los que hay que aplicarles el Código Penal. Cada uno tiene que hacer su trabajo. Los fiscales tienen que acusar a estas personas”, exigió Corral.
Mientras las aguas descienden en forma muy paulatina en razón del escaso escurrimiento provocado por la saturación de las napas y el caudal proveniente de distritos vecinos como Recreo y Monte Vera, ayer permanecían evacuadas 120 familias en refugios municipales, en tanto que los mayores inconvenientes se registran en los barrios del oeste y el norte próximos al río Salado, donde las bombas y canales de desagües funcionan a pleno en procura de desagotar la inmensa masa líquida que se alojó en medio de la ciudad.
El río Salado registró ayer una marca de 6,20 metros a la altura de la ruta 70, que conecta Santa Fe con Esperanza y Rafaela, y sus defensas están “en perfectas condiciones y con la situación controlada”, según dijeron el gobernador Antonio Bonfatti —que ayer volvió a sobrevolar las zonas inundadas— y el intendente Corral.
Habilitan rutas. En el centro oeste provincial se normalizó el tránsito sobre rutas colapsadas por el exceso de agua caída en los últimos días. Sobre la ruta 13, a la altura de Estación Clucellas ya se habilitó el paso de tránsito pesado tras la reparación provisoria de una alcantarilla. En la misma vía, pero en cercanías de El Trébol Vialidad Provincial sólo habilitó el tránsito para los vehículos livianos y colectivos de pasajeros, no para tránsito pesado.
En cuanto al corte que hubo sobre ruta 34, a la altura de San Martín de las Escobas por acumulación de agua sobre la calzada, la situación ya se normalizó y se puede circular.
La masa hídrica que desciende desde hace muchos días desde la provincia de Córdoba afecta varias localidades que están cerca del límite interprovincial. En Piamonte, el agua anegó calles y veredas de todo el pueblo pero aún no hubo que evacuar casas.
En Castelar, la situación es similar y ya se conformó una comisión de defensa civil para evacuar a los vecinos si el agua proveniente de Córdoba sigue subiendo el nivel. El asesor del Ministerio de Gobierno, Luciano Caturelli, indicó que “hay demoras en el escurrimiento de las aguas y esto se suma al líquido que ingresa desde Córdoba, especialmente desde San Francisco, donde están bombeando el agua hacia esta zona y por el desborde del canal San Antonio”. En Castelar se suspendió el dictado de clases y una dotación de los Bomberos Voluntarios de Sastre se trasladó al lugar ante eventuales evacuaciones.
Informe: Marcelo Carné, Gustavo Orellano, Delcia Karamoschon y Luis Emilio Blanco.