El pasado 27 de mayo, nuestra madre Susana García de Giménez fue asesinada en su casa (Riobamba 3036), para robarle los ahorros que guardaba "para algún viaje o alguna enfermedad, uno nunca sabe", decía ella. Una persona íntegra, honesta, responsable, ciudadana ejemplar, de las que pagan todos sus impuestos antes de que venzan. Un placer para quien la conoció, profesora de filosofía y lógica entre las tantas asignaturas que durante más de 40 años enseñó en su amada escuela "nacional" de Corral de Bustos, en la cual ejerció con vocación, amor y pasión por lo que hacía. Una persona generosa al máximo, y a pesar de que era cuidadosa, confiaba en las personas, en los vecinos, en los comerciantes del barrio… entre ellos Roberto, el verdulero y sus hijos. Ellos crecieron, no solamente como dice la nota publicada el pasado domingo "La historia de una familia" a fuerza de trabajo (sobre lo cual me reservo el comentario), sino gracias a la confianza de los vecinos de barrio Parque. Y miren cómo nos pagaron esa confianza y ese crecimiento: en nuestro caso particular privándonos de nuestra hermosa y amada madre y a sus nietos de disfrutar a su maravillosa abuela. ¡No es justo! No es justo que estas personas sigan "prosperando" a base de la delincuencia. Privémoslos de nuestra confianza. Honremos a Susana.