El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, consideró que la Marcha Federal tuvo "tinte político", aunque dijo entender las "dificultades" que se plantearon en la movilización.
El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, consideró que la Marcha Federal tuvo "tinte político", aunque dijo entender las "dificultades" que se plantearon en la movilización.
"Entendemos las dificultades que muchos de esos sectores plantean, son las mismas que hemos hablado hoy (por ayer) con la CGT. Lo venimos diciendo de hace mucho tiempo: venimos diciendo que este es un momento de sinceramiento y de una transición en la cual estamos trabajando para que sea lo más breve posible y para conseguir los resultados del crecimiento de la economía y que tenga impacto en el empleo, y en el empleo de calidad que queremos generar", resaltó el funcionario macrista.
En cambio, dirigentes del sector sindical expresaron ayer un fuerte rechazo a la "política económica" de "ajuste" del gobierno. Luis D'Elía, titular del Partido Miles, dijo que los trabajadores le dieron al gobierno un mensaje: "Que esta película ya la vimos y terminó el 19 y 20 de diciembre del 2001 con 185 mil fábricas cerradas y 8 millones de desocupados".
"El único palo en la rueda que conozco es el palo en la rueda del salario, en los derechos de los trabajadores, en el consumo popular", aseguró el ex piquetero.
Desde otro lado, Eduardo Amadeo, diputado de Cambiemos, dijo que "es fuerte ver en la marcha a los que hace un año negaban la pobreza, robaban y no les daban servicios básicos ni educación".
Roberto Baradel, secretario general del Suteba, señaló: "Esto tiene que ver con las políticas de ajuste del gobierno, con que hay un movimiento obrero y organizaciones populares que estamos dispuestas a defender lo que conquistamos estos años y con que hay legitimidad para hacer esto".
Estela de Carlotto, presidenta de la organización Abuelas de Plaza de Mayo, dijo que la marcha ayuda a "concientizar a quienes deben ordenar el país para no tener tanta injusticia; el reclamo es trabajo, dignidad y empleo".
Por su parte, Carlos Tomada, ex ministro de Trabajo, dijo: "Esto se viene incubando en las sucesivas movilizaciones que han habido, esta marcha, que además tiene este importante rasgo federal, tiene que ser leída como un punto de llegada a un proceso de resistencia a las medidas que se han tomado en contra del trabajo y un punto de partida de un proceso unitario en el que el conjunto de los sectores populares han decidido enfrentar a este gobierno".
"La decisión de un paro general será de los trabajadores y de las centrales. Nosotros acompañaremos en la medida en que sea una respuesta de confrontación a esas políticas antipopulares y el Frente para la Victoria por supuesto que confronta con eso".
Pablo Moyano, secretario adjunto del Sindicato de Camioneros, advirtió que "se van a ir acrecentando las protestas callejeras y se va a consensuar un paro general entre las cinco centrales sindicales".
"No esperamos nada, el 29 de abril hubo una multitudinaria movilización con las cinco centrales sindicales y el gobierno hizo oídos sordos" a los reclamos.
Para Daniel Catalano, secretario general de ATE Capital, la marcha es "una movilización amplia, que involucra a gran cantidad de sectores y actores sociales que son afectados por las medidas de ajuste de un gobierno que no tiene sensibilidad social".
Juan Pablo Brey, de la Asociación Argentina de Aeronavegantes, recordó que el consejo directivo de la CGT dejó en libertad de acción a los gremios que decidan participar de la Marcha Federal. "Estamos porque creemos que tenemos que estar con el reclamo de los trabajadores y porque nuestro gremio estuvo siempre al lado de la lucha de los trabajadores", dijo.
Para Omar Plaini, del sindicato de Canillitas, "tiene que cambiar la orientación de su política económica, el gobierno ha enviado recursos a los sectores más concentrados y sino cambia la política económica y social esto se agudiza, los gobiernos tienen que gobernar para los sectores populares".
Ariel Basterio, dirigente de Nuevo Encuentro, aseguró que "no hay más espacio para el ajuste, para seguir con despidos y haciendo del salario la variable de ajuste".
Alejandro Bodart, de MST-Izquierda, dijo que "el gobierno tiene que abrir los oídos porque hay un pueblo que no aguanta más, un pueblo que ya dijo basta y si esto sigue adelante va a concluir en un paro general y en un plan de lucha".
"Acá hay un gobierno que se ha decidido a gobernar para los grandes grupos económicos y que ve que cuando el trabajador reclama por lo suyo que está impidiendo que ellos ganen más de lo que quieren ganar, Macri ha logrado que en la calle estén unidos sectores políticos que hasta hace un año estaban separados y si esto sigue así vamos hacia un nuevo 2001", agregó Bodart.