Cuando Eduardo Coudet agarró con firmeza el timón de Central fue sumando varios marineros experimentados a su barco para navegar con optimismo sobre un mar de esperanza. Fue así que Pablo Alvarez, Cristian Villagra, José Luis Fernández, César Delgado, Marco Ruben y Gustavo Colman, entre otros, comenzaron a darle forma a un proyecto. A un proceso. A una ilusión. Luego se incorporaron Javier Pinola y Marcelo Larrondo. No obstante, en plena competencia fueron apareciendo otras caras. Desconocidas para muchos si se quiere. Pero terminaron haciendo ruido. Incluso se ganaron un lugar en el equipo fruto de sus respectivas técnicas. También el reconocimiento de la gente. Ellos son cuatro productos genuinos de la cantera auriazul: Víctor Salazar, Walter Montoya, Franco Cervi y Giovani Lo Celso. En estos juveniles se cimenta, sin dudas, el futuro inmediato canalla.
Cada uno está escribiendo su propia historia. A su manera. Con la tinta del sudor y buenos rendimientos. Quizá el caso más notorio sea el de Cervi. Franco ya fue vendido al exterior. En julio próximo deberá presentarse en Benfica. A Central le quedan casi 5 millones de dólares por el pase. Con ese dinero seguramente la dirigencia pondrá al día y potenciará el plantel para afrontar el 2016, donde sobresale la participación de la Copa Libertadores.
El mediapunta arrancó a todas luces el torneo. Debutó en noviembre de 2014 de la mano de Miguel Russo. Con el Chacho se consolidó. Pese a sus 20 años pidió el número 10. Llamó la atención en ese momento que se animara a lucir el número más emblemático del fútbol. Pero la defendió con creces. En su estreno de titular le dio el triunfo a Central en la presentación oficial del 2015 ante Racing. Luego fue acumulando buenas actuaciones. Eso lo fue erigiendo en una de las revelaciones del certamen. Conjuga picardía con una técnica despampanante.
Si bien se lesionó cuando el equipo giraba en torno suyo, también es cierto que luego tuvo que “comerse banco” cuando ya estaba en óptimas condiciones. No obstante, la realidad indica que Cervi tiene aún mucho potencial para exhibir. Quizá muestre un gran repertorio el próximo semestre para luego despedirse a lo grande a Europa.
Otro que la terminó rompiendo fue Giovani Lo Celso. Con 19 años tuvo su bautismo de fuego de la mano de Coudet. Y en el Gigante como “siempre soñé”. Su figura espigada y cara angelical mostró diablura a la hora de jugar. Zurdo exquisito. Con temple de acero para pedir la pelota en todo momento. Le da vida al sector ofensivo con clase y claridad.
Tal vez le quede poco en Arroyito. Es que viene siendo monitoreado por Manchester United, Inter, Milan y Roma, entre otros. Puede terminar de explotar en poco tiempo. Apunta a hacer una gran Copa Libertadores con su Central del alma.
La cantera también mostró al pueblo canalla a un lateral derecho con mucha proyección. Y no sólo dentro de un campo de juego. Víctor Salazar se mostró en el profesionalismo en noviembre de 2014 bajo el mando de Miguel Russo ante Olimpo. Pero este año demostró su potencial bajo la batuta del Chacho. Pese a que Pablo Alvarez llegó para cubrir al lesionado Paulo Ferrari, el tucumano aprovechó su momento cuando le dieron la oportunidad.
El lateral mostró regularidad en cada presentación. Eso hizo además que el entrenador de la selección nacional, Gerardo Martino, destaque su labor, pese a que luego del pobre empate ante Brasil terminó citando a Gabriel Mercado para el partido de esta tarde ante Colombia.
Mientras que el cuarto juvenil que se consolidó en Central fue Walter Montoya. El Chaqueño jugó en primera por decisión de Miguel Russo. Aunque con Coudet se afirmó en una zona donde el equipo venía sufriendo demasiado por la falta de un buen volante derecho.
Sin dudas, el Canalla hizo en este 2015 una gran campaña, pese a que no pudo coronarla con un título. Aunque mostró cuatro valores como Cervi, Lo Celso, Salazar y Montoya, que capitalizaron a Central y revalorizaron la cantera por el buen trabajo que hizo esencialmente primero ex coordinador José “Coco” Pascuttini, y Daniel Teglia después.