Jorge Valdano dijo alguna vez que "el fútbol es un estado de ánimo". Lejos está el ánimo de ser lo único importante, lo que define partidos, campeonatos o descensos. En medio circulan un sinfín de componentes que hacen a la cuestión. Pero... Si un chico debe estar bien alimentado para poder pensar mejor, en el fútbol pasa algo similar: cuando la pelota rueda, es mucho más saludable tener las neuronas calmas para que las ideas emerjan con mayor pureza. Ese es precisamente uno de los grandes componentes que tendrá el partido de mañana entre Rosario Central y River Plate. Dos equipos que llegan prácticamente con los mismos puntos (68 contra 66) pero con vivencias emocionales diametralmente opuestas. Simplemente un emergente a través del cual el canalla hoy pueda sentirse con argumentos un poco más sólidos. Después, con el partido en marcha el juego mismo es víctima de los imponderables. Por eso ni el ánimo, ni otros ítems que también entrarán en consideración, sirven como verdades absolutas. Son sólo simples referencias.