Las perspectivas de contratación de personal por parte de las empresas no se recuperan. Así al menos surge de la tradicional encuesta de Manpower Group, que detectó una Expectativa Neta de Empleo (ENE) para el último trimestre de 2024 aumentó un 4%, resultado que está un punto porcentual pro debajo del trimestre anterior.
La empresa especializada en recursos humanos reveló que el 33% de los empleadores encuestados planea aumentar sus dotaciones de personal, el 31% disminuirlas, el 32% no espera realizar cambios y el 4% restante no sabe si los realizará.
“La recuperación en las expectativas de contratación sigue siendo un desafío en Argentina, ocupando nuevamente el último lugar en la región, si bien algunos sectores, como energía y servicios públicos, se muestran más optimistas, otras industrias siguen enfrentando dificultades para aumentar sus nóminas” afirmó Luis Guastini, director general y presidente de ManpowerGroup Argentina y director de Talent Solutions para Latinoamérica.
Esta encuesta contrasta con el pronóstico optimista que había expresado un día antes del secretario de Trabajo de la Nación, Julio Cordero, para quien la reforma laboral alentaba las expectativas de contratación de los empresarios en Argentina.
Sin embargo, no solo hay un estancamiento en las intenciones de las empresas para incorporar personal sino que la expectativa neta de empleo de Argentina es la más baja del mundo. En perspectiva, la media global se ubica en 25% y el país en donde el indicador más creció es India con el 37%, seguido por Costa Rica (36%), EEUU (34%) y Brasil (32%). En tanto, Chile, Hong Kong e Israel preceden a Argentina entre los países con las expectativas más bajas, con el 8%.
En el desagregado por regiones, en solo dos de las seis encuestadas, los empleadores esperan aumentar sus nóminas durante el último trimestre del 2024. El Noreste Argentino (NEA) lidera esta tendencia, con una ENE de +11%, seguida por el Amba con +5%; mientras que la región de Cuyo y la Patagonia arrojan las expectativas de contratación más débiles, registrando una ENE de -5% y -3% respectivamente.
El escenario macroeconómico no ayuda. Muchas pequeñas y medianas empresas (pymes) implementaron la reducción horaria, eliminando horas extras y reduciendo los turnos laborales. Un ejemplo de esto es el acuerdo con gremios para trabajar solo 15 días al mes, lo que implica operar al 50-60% de capacidad.
Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, los costos fijos continúan al alza, sobre todo, aquellos relacionados con servicios como agua, gas, electricidad y logística, cuyos incrementos superan el 400%, muy por encima del aumento en el precio de los bienes producidos, denuncian desde el sector.
Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), señaló que hoy los bancos tienen liquidez y están ofreciendo crédito, financiamiento a una tasa del 30%, 29%. “El tema es que no hay una gran demanda porque las inversiones están por el momento paralizadas”, asegura.
Alejandro Granado, gerente general de FIDaval, la Sociedad de Garantía Recíproca (SGR) del Grupo ST, describe el cambio en las políticas de financiamiento para las pymes tras la llegada del actual gobierno y detalla su impacto en la relación entre los bancos y el sector privado y, en especial, en las pequeñas y medianas empresas (pymes).
Granado indicó que, hasta el final de 2023, los bancos estaban enfocados en financiar al Estado, que era el mayor tomador de crédito. Salvo algunas excepciones, como las líneas de Inversión Productiva (LIP), las pymes se financiaban más a través del mercado de capitales que en las entidades financieras. No obstante, ya con el nuevo gobierno, se implementaron políticas para reducir los pasivos monetarios del Banco Central, lo que forzó a los bancos a reorientarse hacia el sector privado.
Demanda pandémica
Sin embargo, la recesión limita la toma de créditos. Una muestra más de la crisis fue el derrumbe del 11,1% en la demanda de electricidad, gas y agua que se registró en junio. El consumo de estos servicios alcanzó su nivel más bajo desde abril de 2020, el peor mes de la pandemia de Covid-19 en materia de actividad económica. La caída también fue la más profunda desde ese entonces.
Así lo informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), al difundir el Indicador Sintético de Servicios Públicos (ISSP) se contrajo 2,9% respecto de mayo. Asimismo, en términos interanuales el declive fue del 4,2%.