La jornada cambiaria de ayer en Rosario se presentó por la mañana febril y vertiginosa desde la apertura, con un dólar que el viernes había cerrado en $ 46,66 para la venta y que arrancó desde el minuto uno a poco más de $ 51 en las casas de cambio. La frenética suba que llegó a los $64, llevó a la mayoría de los lugares de compra-venta de divisas a suspender las operaciones, por "falta de precio". Algo similar ocurrió con los bancos, que hasta el mediodía suspendieron la compra por internet.
Así, en las casas de cambio locales había algunas colas para hacer operaciones. Había quienes especulaban con vender y otros temerosos fueron a comprar a pesar del precio. La carrera ascendente se frenó pasado el mediodía, cuando el Banco Central subastó los primeros 50 millones de dólares lo que logró que, en Rosario la divisa cerrara a 57 pesos.
El precio del dólar "arrancó arriba por una oferta alta y también por una presión de demanda. Hubo un arranque alto en la cotización que impulsó inmediatamente la suba en tan poco tiempo. Fue justamente una cuestión de cotizaciones que incluye la especulación y el deseo de llevar el dólar a ese lugar", consideró el economista y presidente de la Fundación Pueblos del Sur, Esteban Guida, quien aclaró: "No vayamos a pensar que hoy a las 8 había una cola de mil personas buscando dólares. Los que empezaron a lanzar precios altos y a especular fueron los bancos. En ese terreno se da la disputa por la estabilidad cambiaria. Detrás hay una puja de poder por el control económico que no es ni de Macri ni de Fernández, sino entre la voluntad popular y el deseo de un sector reducido de empresas y grupos financieros".
Al respecto, y a partir del discurso de ayer del presidente Mauricio Macri quien responsabilizó al kirchnerismo de la corrida cambiaria, Guida evaluó que el primer mandatario "sigue actuando en favor" de empresarios amigos. Y que la volatilidad de los mercados "es un problema estrictamente político".
"Está tan instalada la desregulación del mercado cambiario que se plantea el binarismo: o regalar la divisas o no hacer nada. Y no es así", dijo. "El Banco Central tiene margen de maniobras normativo regulatorio para aplicar, hay que ver si el Fondo Monetario lo deja y si están dispuestos a hacerlo. Hay que ver si la única chance es entregar divisas o dársela a especuladores", remató.
Para el analista Salvador Di Stéfano, la disparada del dólar "claramente tiene que ver con el resultado electoral. Alberto Fernández ya casi es presidente de los argentinos y cuando ser revisan las cosas que dijo durante su campaña, hubo dos muy importantes para el mercado: que las tasas de interés estaban muy altas y el dólar muy bajo. Entonces ante este semejante triunfo, los mercados salieron a comprar dólares".
El precio que alcanzó ayer la divisa "es muy parecido al que tuvo Argentina entre 2002 y 2007: muy alto. No hay motivos para que desde estos niveles vuelva a subir. Tenemos más chances de un a baja que de una suba. ¿Cuál sería un dólar de equilibrio? Uno de $ 50", especuló.
Sergio Arelovich, economista docente de la UNR y del Mirador de Actualidad del Trabajo y la Economía (Mate), consideró que la estrepitosa suba de ayer no se dio antes por los mecanismos de freno que puso el gobierno, que "no estaba interesado en que se dispare el dólar antes de las elecciones".
Ahora "está claro que esta gente no estaría dispuesta a intervenir. No me imagino que el gobierno de Macri haga algo muy diferente a lo que venía haciendo. Estamos arriba de un volcán", alertó.
"Más allá de la disparada, lo relevante no es cuánto cuesta el dólar sino cuánto cuesta cada peso, cuál es el poder adquisitivo en términos de los ingresos que se distribuyen y se reparten en la Argentina. Eso hay que discutir". Por eso, "imagino que la fuerza política ganadora va a exigir al gobierno que intervenga para que no entregue un desastre en materia de reservas y la situación económica sea agravada", concluyó.