La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) Rosario se reunirá este jueves con los directivos de la empresa Acindar, en la planta Heredia, que la compañía tiene en Rosario para analizar la situación laboral, tras los anuncios públicos de paralización de actividades por un mes.
“Nos convocaron a una reunión para este jueves y aunque no fuimos oficialmente notificados de la paralización de la producción, entendemos que será para analizar esto”, indicó el representante legal del gremio local, Pablo Cerra, quien además señaló que allí irán a “escuchar lo que tenga para decirnos la empresa y ver de qué manera esto afectaría a la producción en Rosario”.
La planta Heredia de Acindar, ubicada en bulevar Segui al 7500, ocupa a 100 trabajadores, tiene menores dimensiones que la acería de Villa Constitución _un ícono de la siderúrgica_ y no cuenta, por ejemplo, con tren laminador como sí lo tiene la del sur santafesino.
La empresa ya anunció que paralizará todas las actividades de sus plantas en Argentina desde el 18 de marzo al 15 de abril y en ese tiempo, otorgarán vacaciones no gozadas y francos compensatorios al personal para no afectar por ahora los puestos de trabajo.
Sin embargo, “una cosa es lo que ellos propongan, y otra lo que aceptemos”, indicó Cerra, quien de todos modos no desconoció la crítica situación que afecta a las compañías del sector metalúrgico por la paralización de la obra pública y como correlato la construcción, actividades de las cuales este sector es proveedor esencial. Aún así, aclaró que no es la misma situación la que puede enfrentar una pequeña o mediana empresa que una multinacional como Acindar, del grupo Arcelor Mittal.“La actividad relacionada con la obra pública desbarrancó y eso afectó a muchas empresas”, relató Cerra quien dijo que esta situación está golpeando a muchas empresas chicas que no logran soportar esta crisis. “Este sector está arrollado”, dijo en referencia a la situación que se desató cuando el gobierno de Javier Milei decidió, entre sus primeras medidas, frenar la financiación de obras de infraestructura.
Por eso Cerra planteó que desde el gremio “sin desconocer este hecho objetivo, en el caso de Acindar vamos a plantear que es un momento en el cual la empresa también tiene que «aguantar los trapos»”, dijo utilizando la metáfora futbolera.
El asesor legal de la UOM consideró que es vital considerar este aspecto y en momentos como estos “gremios y empresas debemos trabajar mancomunadamente”, dijo “para sostener las fuentes de trabajo”.
Al respecto recordó que “durante la crisis más profunda que vivió el sector que fue durante el gobierno de (Mauricio) Macri, que fue diez veces peor que la pandemia, tanto trabajadores como empresas tenían algo de espalda y si un trabajador perdía el empleo la empresa lo indemnizaba y la plata le duraba”.
Esto, según planteó Cerra, es muy distinto en el presente porque “muchas empresas, especialmente las más chicas no tienen plata y al trabajador cualquier tipo de indemnización no le dura nada”. Incluso, sin llegar a ese extremo “cualquier escenario de suspensiones, que presente una mínima reducción de lsalario también es muy complicada porque por la situación actual el trabajador no llega a fin de mes”, reflexionó.
Según los propios datos oficiales, además de la fuerte devaluación que deterioró el poder adquisitivo del salario en diciembre, entre ese mes y enero de este año, la inflación acumulada superó el 51% y se prevé que llegue al 70% en solo tres meses.
De esta manera, las estrategias gremiales para transitar este proceso deben ser analizadas con atención. Por esa razón desde la UOM van a dialogar con la empresa este jueves para analizar los pasos a seguir.
Trabajadores tercerizados
A diferencia de lo que ocurre en Villa Constitución, donde la empresa comenzó en diciembre y enero a cancelar contratos de unos 100 operarios que se desempeñaban en la acería, en la planta de Rosario la situación es distinta. “Acá no hay tercerizados, ni teníamos contratados”, confió Cerra.
En cambio, Pablo González de la UOM de Villa Constitución, explicó que desde enero “dejaron de trabajar 70 personas en la acería y 30 en el tren de laminación”. Se trata de trabajadores que si bien cubrían períodos de vacaciones, “hacía muchos entre 3 y 4 años que estaban trabajando”, agregó al considerar que se trató de una reducción del personal.
La industria siderúrgica, como el resto de los sectores productivos en Argentina fueron durante 2023 transitando un proceso de desaceleración, producto de la crisis derivada de la situación inflacionaria y tamizada por la incertidumbre propia de un año electoral. También por las fuertes restricciones para las importaciones derivadas de la falta de dólares, que frenaron muchas áreas.
Sin embargo, con la administración Milei la situación se profundizó bruscamente y en poco tiempo. La actividad manufacturera se frenó a pesar de que el gobierno emitió un bono (Bopreal) para pagar deuda a importadores, especialmente en sectores vinculados a la obra pública que el Ejecutivo frenó por completo.
De hecho, la Unión Industrial Argentina - cuya conducción se mostró muy cercana a Milei- anunció este miércoles que caerá al menos un 4% en 2024 debido al menor desempeño de los sectores vinculados al consumo interno y la obra pública, según proyectó su Centro de Estudios (CEU). De acuerdo al informe de la entidad fabril, el año pasado finalizó con una variación cercana a 0% (+0,3%), interrumpiéndose así “el proceso de recuperación que había tenido la industria en 2021 y 2022 tras la pandemia y la crisis macroeconómica de los años 2018-2019-2020”.
El freno de estas actividades impacta directamente en toda la cadena de valor asociada, pero también en las localidades donde se desarrollan. Justamente el intendente de Villa Constitución, Jorge Berti, mostró su preocupación por la decisión de la empresa Acindar de paralizar por un mes la producción en su planta de esa localidad y en las del resto del país debido a la fuerte caída de las ventas y recordó situaciones similares registradas vividas en los 90 en el país al señalar que "es una foto de lo visto en otras épocas".
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Berti dijo que “esta es la primera de una serie de medidas que ya conocemos en virtud de situaciones que se han vivido en el país”.
La situación ya venía profundizándose desde este año, cuando la recesión comenzó a golpear con fuerza a la industria metalúrgica. En enero la carrocera Metalsur, del grupo Marco Polo, anunció la suspensión de 500 trabajadores en la planta de Villa Gobernador Gálvez durante treinta días, período en el cual los obreros cobrarán el 80% del salario.
Primero la firma controlada por capitales brasileños comenzó cesanteando a los 140 empleados contratados y luego avanzó con la suspensión rotativa del personal fijo.
En ese momento, el secretario general de la UOM Rosario, Antonio Donello, señaló que se acordó, además de reducir la cantidad de desvinculaciones, el pago de una gratificación para los obreros a los que no les fue renovado el contrato. También el compromiso de recontratarlos si repunta la actividad.
“Pequeñas y medianas y los talleres comienzan pararse y a tener problemas con los pagos y la continuidad laboral”, dijo en enero Donello.
Todas estas crisis que se van presentando son motivo de reclamo ante el Ministerio de Trabajo de la provincia y desde la UOM local no descartan dejar constancia de esta situación planteada por Acindar el martes.