¿Cómo nace la idea de investigar a la masonería?
—El trabajo me llevó un poco más de dos años, pero pasaron más de dos décadas desde que me empezó a interesar la masonería. A partir de escuchar por primera vez la palabra empezó un largo camino, hasta que hace tres años y medio me propuse escribir un libro sobre esto y entonces empecé a investigar con mayor convicción el tema.
―Aunque siempre que se habla de masonería pensamos en lo que se mantiene en las sombras, vos decís que no se trata tanto de una sociedad "secreta" sino "discreta".
―La masonería fue una organización que durante toda su vida luchó desde el lugar de las ideas, porque no se trata de una organización armada. Es una asociación en contra del oscurantismo y era lógico que los poderes fácticos trataran de demonizarla. En ciertos casos fueron las monarquías y en otros la misma Iglesia la que se oponía a la masonería. De hecho, hubo tres curas papales que la demonizaron y la acusaron de ser cuanto menos la causante de todos los males del mundo. Y cuando tenés enfrente algo tan poderoso como una monarquía o el poder comunicacional de la Iglesia Católica es lógico que fuera demonizada, vista como algo oscuro, o asociada a la brujería. Tan es así que cuando alguien se imagina a la masonería visualiza a un grupo de tipos vestidos con túnicas negras y capuchas que van camino al altar para sacrificar en el mejor de los casos a un cordero, y en el peor, a un niño.
¿Qué era lo que más le molestaba a la Iglesia de la masonería?
—A la Iglesia le molestaba porque representaba todo lo contrario de lo que el catolicismo proponía. Mientras la Iglesia cerraba las bibliotecas, la masonería trataba de abrirlas. Mientras la Iglesia era conservadora, la masonería luchaba por un sistema un poco más abierto. Un poco más liberal en el sentido americano, no más liberal en lo económico. La masonería tenía mucha dispersión en sus miembros sobre sus convicciones ideológicas, pero una convicción muy clara en que todos iban hacia la libertad, la igualdad y la fraternidad, que son los lemas de la masonería y que están vinculados claramente a la Revolución Francesa.
Los próceres argentinos fueron en su mayoría masones. ¿Qué se sabe de esa historia oculta?
—Acá tuvo mucho peso porque integrantes de la Corte Suprema, legisladores y presidentes argentinos fueron masones. La mayoría de los grandes hombres argentinos fueron masones. Casi por una cuestión lógica: todos ellos arrancaron su militancia masónica en Europa con la gran logia que funda Francisco de Miranda, prócer venezolano. A partir de ahí empiezan a trabajar en una logia operativa que se orienta a la búsqueda de la independencia. Porque hay logias operativas y logias especulativas. Las operativas son aquellas que tienen un fin determinado, por ejemplo, la famosa Logia Lautaro, que buscaba la independencia del Reino de España. Además de las logias operativas existen las logias especulativas, que hablan más de cuestiones filosóficas. En el caso de Argentina las logias eran casi todas operativas. La Logia Lautaro fue fundada en 1812 cuando muchos patriotas regresaron al Virreinato para sumarse a la Revolución que ya estaba en marcha: San Martín, Alvear, Zapiola, Monteagudo, Pueyrredón, Rodríguez Peña. Y se disolvió en 1820, por las diferencias que había entre San Martín y Alvear, quienes con el tiempo se convirtieron en enemigos íntimos. Y allá por el lejano siglo IX se funda la Logia Docente, que es la que da impulso a la ley 1420 de educación de laica, libre y gratuita.
¿Ese fue el gran aporte masón a la historia argentina?
—Sin lugar a dudas, la 1420 fue un logro de la masonería. Pero también participó en decisiones polémicas como la resolución de la batalla de Pavón, que terminó con la división entre el interior y Buenos Aires, y que dejó como fruto este país unitario y centralista que padecemos.
¿Y por qué se disuelven las logias?
—Las logias se empiezan a disolver porque se manejan con mayor libertad cuando hay gobiernos democráticos y la pasan bastante mal cuando hay gobiernos dictatoriales. Nohay manera de que una organización que no está pensada como una organización armada o revolucionaria, sino que solo quiere debatir y discutir ideas para mejorar la sociedad, pueda subsistir en un proceso dictatorial. Fueron perseguidas durante la Segunda Guerra Mundial, por el fascismo y por el nazismo. En la Francia hubo listas de masones y es inevitable que no tengan poder de fuego para resistir a un Estado totalitario. En Argentina hay un retroceso claro que se da a partir de la década del 30, porque si bien a partir de 1860 a 1930 hay una democracia amañada, eso era todavía mejor que una dictadura.
—¿Qué te pasó cuando entraste a la sede?
—Me generó una cierta mística y al mismo tiempo me produjo una sensación de vértigo, por eso es necesario alejarse un poco. No soy masón, preferí mantenerme al margen y tener la distancia necesaria para poder escribir. Desde mi subjetividad, pero no desde una subjetividad masónica. Algo así como tratar de entender la lógica de la organización sin ser parte de ella.
—Cuando pensamos en la masonería surge también la imagen de un mundo sin mujeres...
—La Constitución masónica, que es de 1716, establece que los masones solamente pueden ser hombres. Y un artículo de esa Constitución establece que la misma no puede ser modificada. Entonces, sin modificaciones posibles, no hay forma de que las mujeres integren la masonería, por lo menos la más tradicional. En la actualidad hay logias mixtas y femeninas pero que están por fuera de la Logia de Libres y Aceptados de la Masonería Argentina. Funcionan con las mismas reglas pero no están dentro de lo que se puede conocer como masonería orgánica.
—¿Y cómo se lee eso en un contexto en que el feminismo tomó la fuerza que tiene hoy en el país?
—Está claro que esta Constitución blindada quedó "demodé". El pensar que la mujer no es una actora principal es atrasar en el tiempo. Hoy no se puede obviar semejante articuladora política. Lo que ocurrió en el Congreso de la Nación poco tiempo atrás (se refiera a la media sanción de la Cámara de Diputados al aborto legal) deja muy claro lo que es el poder femenino o la capacidad de las mujeres cuando deciden dar una lucha.
Ser o no ser... masón