Era sábado por la noche y juntos a mis amigas decidimos, como tantas otras personas, festejar el Día del Amigo, por lo que tomé un remís de la flota "Remisería Distinción", desde zona norte hasta el centro de Rosario. En el trayecto del viaje el chofer me ofrece un servicio debido a la gran demanda de taxis y falta de oferta en los días festivos, por lo que me indica que llamando a un teléfono celular podría solicitar el servicio de traslado. Aproximadamente, a las 3.10 llamo al número celular solicitando un móvil y me contestan que me dirigiera a calle Belgrano y Rioja y lo esperara allí 15 minutos, que en ese lapso el móvil preguntaría por mí en esa esquina. Pasaron 35 minutos y ocurrió de todo en ese tiempo transcurrido, chicos menores de edad de escasos recursos corriendo por el parque, autos al borde del impacto entre ellos y toda una serie de hechos a los que uno debe exponerse por la falta de seguridad en la Argentina. Vuelvo a llamar y me indican que el móvil estaría llegando en 10 minutos, que lo esperara y que en breve me llamaría a mi celular para contactarme con el chofer del móvil. Fue una hora de espera en la vía pública, por lo que me comunico nuevamente y lo único que consigo es que me vuelvan a indicar que continuara esperando 10 minutos más, hasta que se desocupara un móvil. Ya molesta por el frío y la espera le manifiesto a la telefonista mi descontento y le pregunto si no le parecía una falta de respeto lo ocurrido hasta el momento. Lo único que conseguí fue que me castigaran definitivamente no brindándome el servicio, mencionando en la conversación telefónica que ellos estaban trabajando. En fin, regresé a mi casa en taxi una hora y cuarenta minutos después de haber solicitado el servicio. Le pido al propietario de la remisería que piense qué clase de servicio está ofreciendo.



























