Es común para quien hable con una persona mayor escuchar que en otros tiempos lo que hoy se ve hubiese sido material de ciencia ficción. Pero tales modificaciones del pensamiento existieron desde tiempos inmemoriales, por lo tanto, es caer en un anacronismo verbal suponer que con las mismas recetas del pasado podremos solucionar los inconvenientes presentes. A medida que nuestra forma de vivir cambia, lo hacen a la par nuestras reflexiones y visiones acerca del futuro. Es decir, hoy nuestras actividades están tuteladas por el temor a los robos, y posibles desviaciones de mencionados hechos. ¿Qué posibilidades tenemos de proyectar un futuro positivo si nuestros jóvenes ingresan al mercado laboral en las fuerzas de seguridad privada en lugar de hacerlo en las fuerzas productivas? Saludo, de buena forma, la velocidad del señor Villa, comisario de la seccional 6ª, quien reunió a su inmediato superior y a un funcionario de gobierno, con el objetivo de colocar un bálsamo que permitiera sentirme más seguro. Lógicamente para que esto sucediera Gustavo Labombarda tuvo que colocar su cuerpo para encabezar el hecho más grave de robo producido en barrio Echesortu. Sé que la cantidad de efectivos con que hoy contamos los vecinos del barrio está debilitando otros sectores de la ciudad. Esto implica que, cuando me dirija a la zona oeste a saludar a mi familia, o me dirija a trabajar al centro, zona sur, norte, donde fuere, pueda sufrir una situación de robo, cosa que por estos días no me sucede aquí. Asimismo es bueno comunicarse, manifestar, redescubrir nuevos mecanismos de prevención para que todos los habitantes de la provincia logremos vivir con un poco de incertidumbre. No pido erradicar la inseguridad de esta tierra, puesto que la devaluación monetaria fue la última en manifestarse, antes pudieron verse la de los valores, prioridades, éticas, morales, sociales, educativas, laborales, legislativas, judiciales, etcétera. Seguir comunicando a los funcionarios el desacuerdo con determinadas cuestiones simples implica comprometerlos a mejorar sus funciones. No está en mí solucionar el problema de inseguridad con vigiladores privados, alarmas y otros. Pues estos están subordinados a la intervención policial para que funcione correctamente. Si el 101 no funciona o el móvil llega tarde, los anteriores sistemas de seguridad pierden su propósito. Pero sí está en mí la determinación de ser centinela del buen funcionamiento del engranaje político. Muchas gracias a los funcionarios públicos que asistieron a las reuniones vecinales con el propósito de mejorar nuestra situación de inseguridad en barrio Echesortu y por comprometerse con la problemática que nos incumbe. Es un buen síntoma que debe alimentarse.