En otra oportunidad hice precisiones sobre la partida de nacimiento del Che, algunas leyendas sobre su nacimiento en El Trébol (Santa Fe) y algunos misterios sobre cómo figura el nombre de su padre en la partida. En esa época todavía su casa de calle Entre Ríos no estaba declarada de interés turístico y nadie explicó cómo individualizaron el departamento. No obstante, Obeid llevó a la feria del Libro en Cuba una réplica del departamento. Otra escritora y periodista, Julia Constenla, afirma que Celia de La Serna, madre del Che, confesó que su hijo nació el 14 de mayo y en la Asistencia Pública de Rosario. Mientras tanto, Alta Gracia avanzó en su proyecto de museo en unas de las casa que habitó la familia Guevara durante sus once años de residencia en dicha localidad; y fue en ese lugar el último acto público al que asistió Fidel Castro antes de su grave dolencia. Algunos investigadores rosarinos dicen que en su libro "Mi hijo el Che", su padre no hace mención alguna a Rosario, cosa que es inexacta, pues relata entre otras, que el cariño de su hermana Beatriz por su sobrino Ernesto, comienza en la ciudad de Rosario, donde viajó apresuradamente porque el recién nacido tenía una fuerte gripe. Tras un breve estancia en Rosario el matrimonio Guevara prosigue su viaje a Buenos Aires. Transcurridas unas semanas retornan a Alto Paraná (Misiones) donde en agosto de 1928, el pequeño Ernesto enferma de neumonía. Allí también existe hoy un museo. Durante su prolongada estadía en Alta Gracia y luego Córdoba, debe haber pasado por Rosario varias veces. Pero lo que sí esta documentado es que, en su primer viaje por 12 provincias argentinas, en bicicleta a motor, él mismo relata que luego de llegar al atardecer a Pergamino puso pies rumbo a Rosario, honradamente colgado de un camión de comestibles, tras del cual llega a Rosario a la once de la noche del 2 de enero 1950. En su viaje por Sudamérica, visita en Rosario el 30 de diciembre de 1951 a las sobrinas de su amigo y compañero de viaje Alberto Granado. Para finalizar, en julio de 1953, la estación Rosario del Ferrocarril Belgrano será testigo de su última visita: viene desde Buenos Aires y va a Bolivia.