El Newell’s del Negro Gamboa está en construcción. Tiene luces y sombras dentro de los partidos, como es lógico para un nuevo proceso. Ayer ante Patronato no le alcanzó para ser amo y señor del cotejo y subirse a la cima del campeonato. Fue un discreto 0 a 0 en Paraná. El rojinegro todavía muestra una distancia sideral entre la performance voraz y prepotente que tiene de local y la postura más recatada que evidencia de visitante. Con el patrón no pudo imponer con regularidad sus intenciones saludables de manejar la pelota y de generar peligro en el área de enfrente. Incluso sufrió algunos embates peligrosos en las narices de Alan Aguerre.
Así y todo, el saldo de la segunda excursión del certamen fue más que positivo, ya que si bien no le alcanzó la nafta para subirse a lo más alto de la tabla sí logró sumar su primer punto fuera de casa y lo más importante fue no haber recibido goles en su arco, algo que no había logrado en los tres compromisos anteriores. El empate de ayer es otro ladrillo para la pared del nuevo Newell’s que está construyendo Gamboa, un equipo que aún requiere de muchísimos ajustes para dar el salto de calidad que implica alimentar la ilusión de pelear bien arriba. Pero el objetivo leproso primario y lógico de ser competitivo por ahora se está logrando y no es poca cosa, tras el último puesto del torneo pasado.
Newell’s tenía dos grandes desafíos en la visita a Patronato. Por un lado, intentar ser lo más parecido posible en cuanto a intensidad y poder de fuego a lo que había concretado en el Coloso en las victorias 2 a 3 frente a Talleres y 4 a 2 con Estudiantes, cuando el equipo en varios pasajes había sido una tromba que llevó por delante a los rivales y los dañó muchísimo a partir del manejo criterioso de la pelota. Este ítem ayer estuvo lejos de concretarse.
Y la segunda misión leprosa de ayer era no mostrar la cara endeble y retraída que había tenido en la visita a Argentinos, cuando cayó 1 a 0 y terminó jugando sin la pelota y muy cerca de Aguerre, a pesar de haber sufrido la expulsión tempranera de Cristaldo. Esa imagen opaca de La Paternal no se vio anoche. Newell’s en Paraná siempre mantuvo la postura de no encajonarse atrás. Un dato muy favorable, ya que el equipo de Gamboa al menos intentó jugar de igual a igual y Patronato sólo dispuso de un par de aproximaciones netas, como la de Delgadillo en la segunda etapa que tapó Aguerre. El rojinegro, aunque con muchas imprecisiones, siempre buscó manejar la bocha en el campo del patrón y en varios pasajes lo consiguió, en especial en el complemento.
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Incluso la chance de gol más clara del partido fue favorable a Newell’s. Y la dispuso Justo Giani, que tras recibir una asistencia notable de Nacho Scocco definió con la cara interna del pie derecho y el balón dio en el palo izquierdo del arco de Patronato. Fue la jugada en la que la lepra relamió la victoria, pero el poste le dio la espalda.
Igual Newell’s no fue arrollador ni mucho menos y el empate final se ajustó a lo que fue un trámite parejo y con rivales que emparejaron fuerzas e ideas en la tarde soleada de Paraná.
Un punto que si bien a Newell’s no le alcanzó para ser puntero, sí le sirve para seguir creciendo. Además, el hecho de conservar la valla invicta por primera vez en el torneo tampoco es un dato menor. Los rojinegros de la mano de Gamboa recuperaron la competitividad y eso es lo importante. Así, acostumbrarse a sumar en casa y también de visitante no es poco, luego de un semestre traumático y flojísimo desde lo futbolístico.
Este es otro Newell’s, todavía en vías de desarrollo, pero ahora con aciertos y errores sale a jugar los partidos sin sentirse menos que el oponente. Eso hizo ante Patronato y lo logró. No le alcanzó para ganar, pero sí mereció el punto que rescató de una cancha muy chiva. Hay muchísimo para mejorar y Gamboa lo sabe mejor que nadie. “El punto es válido. Y el partido fue horrible, un dolor de ojos impresionante”, dijo el Negro. En tanto el retorno de Maxi Rodríguez también es positivo. La lepra no pegó el salto, pero avanzó un casillero.