Una enseñanza superior definida como bien público, gratuita y articulada con el resto del
sistema son algunos de los lineamientos generales que propone discutir el Ministerio de Educación
nacional, cuando el 26 de junio próximo presente en el Senado de la Nación un borrador para
acelerar los debates por la nueva ley de educación superior. Así lo adelantó a La Capital el
viceministro de Educación nacional, Alberto Sileoni.
Presente en Rosario la semana pasada, Sileoni participó de un encuentro organizado por el
Instituto Santafesino de Políticas Públicas y la Universidad Nacional de Rosario (UNR), donde se
reunió con diversos actores de la comunidad educativa para analizar los desafíos del área de cara
al bicentenario. La sanción de leyes para el sistema (educación sexual, financiamiento, técnico
profesional y de educación nacional) son para el funcionario algunas de las marcas que indican la
presencia del Estado de 2003 hasta hoy. “Ahora lo que está faltando es una ley de educación
superior que ponga en discusión algunas cosas y que las cierre en otras”, expresa. Entre esos
temas subraya el de una “autonomía responsable”, uno de los ejes que anticipa como el
más polémico para el debate.
—¿Qué temas propone el Ministerio discutir para la nueva ley de educación
superior?
—Es necesario ratificar absolutamente la gratuidad de los estudios, este es un derecho que
tiene una larga tradición en la educación argentina, y por si queda alguna duda, tiene que ser
dicho con fuerza en la nueva ley. Romper también con cualquier tipo de inclusión de la educación
superior como bien transable sujeto a las reglas de la Organización Mundial del Comercio, quizá con
más claridad que la ley anterior. Y después discutir una autonomía responsable, la relación de la
Universidad con el mundo de la producción y con el resto del sistema educativo. También la
planificación, porque si ocurre lo que prevemos, habrá un incremento de la educación del
secundario, y en el mediano plazo tendremos un sistema superior en expansión. Por eso debatir
también la priorización de ciertas carreras, como en muchos países donde hay una bonificación para
las que se conciben de interés nacional.
—¿Qué implica hablar de autonomía responsable?
—La autonomía es un tema que hay que discutir, porque hay algunos conceptos del término
que remiten a un modelo muy antiguo, algunas ideas que parecen desresponsabilizadas de la sociedad.
Una Universidad debe ser autónoma, y no está mal, pero nos interesaría discutir cultural, histórica
y políticamente cuáles son sus alcances. Hay una gran cantidad de trabajadores que hacen un
esfuerzo por sostener la gratuidad de los estudios superiores, mientras que hay acciones de las
Universidades que no parecen indicar que haya sensibilidad para devolver ese gesto a la sociedad en
investigación o actividades que sean pertinentes para los que menos tienen. Además porque creo que
los pibes pobres no llegan a la Universidad, y para ellos es necesario un sistema de becas
mayor.
—¿Qué tiempos se prevén para esta discusión?
—Entre este año y el que viene tiene que estar cerrado el proyecto de una nueva ley
universitaria. Y acá inciden factores de opinión, por lo que suponemos que será una discusión de
alto voltaje político. Nos queremos dar los tiempos necesarios para no apresurarnos, porque como
puede ser un debate muy transitado por ideologismos, hay que ver si es prudente meterse con una
discusión excesivamente ideologizada. No porque estemos en contra de las ideologías, sino porque
justamente hay veces que se discuten otras cosas y se las encubre como ideológicas.
Crisis de sentido. “Las leyes educativas aprobadas se están cumpliendo,
tanto en Nación como en las provincias”, apunta Sileoni sobre las normativas del área que se
promulgaron en los últimos 4 años. Pero señala que si bien la educación inicial y primaria están en
expansión, la gran deuda del sistema reside en el secundario. “El nivel inicial está en
expansión y cada vez con mayor identidad, aunque nos falta todavía incluir a unos 80 mil pibes de
cinco años que no están en la escuela. El primario tiene el 98 por ciento de cobertura. Pero el
nivel medio tiene una crisis de sentido, por eso en el próximo Consejo Federal presentaremos un
proyecto para trabajar el tema de la renovación de la escuela media, que es la gran deuda que
tenemos”.
Sileoni anticipa que desde Educación nacional aspiran a comenzar desde el año que viene a ver
“el germen de una nueva escuela media”. “No quiero hablar de acciones piloto,
pero sí empezar en algunas escuelas con una transformación que ronde en algunos perfiles adultos
más estables en la escuela. Romper con la inercia del docente que entra y sale, el que se denomina
profesor taxi, porque falta un referente con más tiempo en las aulas”, puntualiza.