El confinamiento impuesto por la pandemia elevó el consumo de alcohol: el número de personas que toman todos los días se triplicó en Rosario, según datos de Alcohólicos Anónimos. El mismo efecto se pudo medir en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Los cambios que se produjeron en la vida cotidiana, el hecho de hacer menos actividades fuera del hogar y los problemas laborales y familiares que muchos enfrentaron en este año y medio sumaron más gente al grupo de los que toman bebidas alcohólicas a diario. Y los médicos empiezan a lidiar con las consecuencias de esos consumos.
El médico Andrés Ruf, jefe de la Unidad de Hígado del Hospital Privado de Rosario, se refirió a los efectos negativos que tiene en la salud el hecho de consumir alcohol y advirtió, sobre todo, sobre una relación poco conocida: la del consumo de alcohol con distintos tipos de cáncer, y no sólo de hígado.
El médico dijo que los efectos nocivos no solo se producen cuando se bebe de manera excesiva. "Muchos se preguntan cuánto alcohol se puede consumir para que sea considerado aceptable. La medicina se ha cuestionado esto por mucho tiempo, pero ya existen trabajos muy serios que pusieron luz sobre esta cuestión: no hay consumo seguro de alcohol".
Para Ruf , y de acuerdo a las evidencias científicas internaciones, "no existe una cantidad que permita decir que hay una medida que no tenga consecuencias".
El médico agregó: "Se desterró eso de que consumir una copita resulta beneficioso. Antes se creía que poco hacía bien y mucho alcohol hacía mal. Hoy sabemos que poco hace poco mal, y mucho, mucho mal".
Cancerígeno
Aunque el profesional consideró que esas revelaciones "pueden ser antipáticas ya que a casi todos les agrada tomar ciertas bebidas" es imprescindible que "se tengan en cuenta algunas pautas y conozcamos más sobre los efectos negativos. La ciencia maneja datos concretos de que algunos tipos de cáncer están relacionados con el consumo de alcohol, y no sólo cáncer de hígado".
Sobre esta vinculación, de la que se habla poco, el hepatólogo mencionó: "En mi consultorio suelo preguntarle a los pacientes con qué cancerígenos están en contacto. Si son del interior, si viven en el campo, suelen hablarme de plaguicidas. Si es una persona que trabaja con pinturas me cuenta del temor a estar expuesto a ciertos barnices, disolventes, y yo les digo que tienen un cancerígeno en su mesa todos los días y se llama alcohol".
Efectos severos del alcohol
La diabetes (diagnosticada en el 15% de la población argentina), el sobrepeso (alrededor del 70% de la gente lo tiene), la dislipidemia (colesterol y triglicéridos aumentados y que se da en el 25% de los ciudadanos) están relacionados con más riesgo de cáncer, algo sobre lo que se conoce poco.
Lo mismo pasa con el vínculo del alcohol con el cáncer que no se difunde demasiado. "La segunda causa de enfermedad hepática es el consumo de alcohol y tiene relación con el cáncer, no sólo de hígado sino también de boca, esófago, estómago, colon, páncreas y hasta un porcentaje de cánceres de mama en las mujeres", dijo el especialista.También los trasplantes hepáticos pueden producirse por beber. "El 90% de los trasplantes está producidos por cirrosis, y en Argentina, como en el mundo, la cirrosis tiene dos causas principales: una el consumo excesivo de alcohol y la otra el hígado graso no relacionado con alcohol, después están las hepatitis".
El comer en forma inadecuada y excesiva, lo mismo que beber en demasía, va generando cicatrices en el hígado y esas agresiones son las que comprometen el funcionamiento de este órgano vital que no tiene máquina que lo reemplace cuando empieza a funcionar mal. La Sociedad Europea de Gastroenterología, dijo Ruf, fue una de las entidades de referencia mundial que más se involucró con el tema del alcohol. "El primer consejo que dieron fue: no tomen todos los días. Después: no tomen los fines de semana lo que no tomaron en los días anteriores".
Si tuviste hepatitis, ni una gota
Además señaló que una persona con enfermedad crónica del hígado (cirrosis, hepatitis): "No debe tomar una sola gota".El mensaje es claro: "Si queremos cuidar nuestro hígado no debemos tomar alcohol".Por su parte, Luis, integrante de Alcohólicos Anónimos había mencionado cuáles fueron las causas del aumento de la ingesta de alcohol en pandemia: “La gente empezó a tomar por el mismo motivo por el que lo hace cuando tiene un problema: busca una solución y ve al alcohol como una ayuda, un compañero para evadirse”.Y puntualizó: "Se intentan tapar las sensaciones de angustia con bebidas. Pero el alcoholismo es una enfermedad de la que es muy difícil salir".