A raíz de las nuevas lluvias que comenzaron a azotar el sur santafesino, la Dirección Nacional de Vialidad (DNV) decidió cortar completamente la circulación en la ruta nacional Nº 7, entre los kilómetros 369 y 423, a la altura de la laguna La Picasa.
Así lo confirmaron ayer a LaCapital fuentes del organismo, desde donde informaron que los desvíos se realizan por la ruta provincial Nº 14 (en sentido este-oeste); se va por allí hasta la ruta nacional 8 para retomar la 33 y volver a la 7. Si se circula en sentido contrario, el recorrido es exactamente al revés.
Vialidad Nacional ya había informado que entre los kilómetros 386 y 385 se había producido una socavación profunda sobre el terraplén, mientras que los guardarrails también fueron desplazados por efecto del agua.
Ante esta situación, el organismo vial tenía bosquejadas posibles intervenciones sobre esta ruta, de acuerdo a los distintos escenarios que se pudieran producir en los diez kilómetros críticos en los que la ruta pasa sobre la laguna. Uno de ellos fue el que se aplicó ante la situación de riesgo. Esto fue lo que ocurrió ayer por la mañana.
Aunque no se especificó cuánto tiempo duraría esta interrupción, al cierre de esta edición la ruta permanecía cortada. Se estimaba que hoy podía restablecerse un tránsito controlado.
El presidente comunal de Diego de Alvear, Daniel Sagardía, explicó a este diario que el corte se definió como una medida preventiva, ya que ayer cayó mucha lluvia sobre la zona y existía peligro en la circulación. "No se cortó porque haya habido un inconveniente puntual, pero fue una medida de prevención", explicó. Y contó que se está estudiando la modalidad de un futuro corte cuando se hagan los trabajos para fortalecer el pedraplén y evitar que el oleaje no se meta adentro de la ruta.
No obstante, para Angel Borello, coordinador de la Comisión de Asuntos Hídricos de la Confederación de Asociaciones Rurales de la provincia de Santa Fe, esta es una "muerte anunciada. Con una cota en 104,40, el viento genera un oleaje que afecta a la banquina y a la carpeta asfáltica. La situación no puede ser más peligrosa", sostuvo.
Borello estuvo justamente reunido ayer con el gobernador Miguel Lifschitz; con el ministro de Infraestructura y Transporte, José Garibay, y con autoridades de la Secretaría de Asuntos Hídricos, a quienes planteó la construcción de un canal para bajar la cota de la laguna. "Hace años que venimos diciendo que esto iba a suceder", recordó, y afirmó que "esta situación no tiene retorno".
El dirigente fue más allá al afirmar que el desvío por las rutas 14, 8 y 33 genera un incremento muy importante en la circulación vehicular. Y aportó un dato preocupante: "En la ruta nacional Nº 8 hay una alcantarilla entre Hughes y Santa Emilia que ya está desbordada, y donde el agua ya está ingresando en la banquina; ¿imagina el colapso que puede significar que deban cortarse dos rutas tan importantes como estas?"
Los dichos de Borello están en sintonía con lo dicho por el presidente del Comité de Cuenca de La Picasa, Juan Carlos Duhalde, quien advirtió que si no se realizan obras de manera urgente, el agua volverá a afectar a la ruta 7. Las palabras de Duhalde, publicadas por este diario en la edición del martes, parecieron premonitorias. Ya el fin de semana el viento había azotado a la laguna y el agua avanzó peligrosamente pobre el pedraplén en la sección comprendida entre los kilómetros 380 y 390, los más conflictivos del recorrido.
Para el dirigente, sería una desproporción dejar que el agua avance sobre la carpeta asfáltica, y advirtió que quienes más sufren el impacto son los vecinos de Aarón Castellanos, Rufino, Diego de Alvear, San Gregorio, Alberdi e Iriarte, estas dos últimas en jurisdicción de la provincia de Buenos Aires. "Lo más grave es que si hay que desviar el tránsito que tiene la ruta 7 por la ruta 8, no lo aguantaría. El flujo de vehículos de ambas sobre una sola, la harían colapsar. Sería un daño de gran magnitud. Es impensable. Sin embargo, es lo que a partir de ayer está sucediendo".
en un desierto de agua. La ruta se ve permanentemente amenazada por La Picasa.
Cómo es el desvío