Primero arremetió contra los fuegos artificiales, los cuales se prohibieron en toda la ciudad porque dañan con sus sonidos a los animales. Ahora, el concejal Carlos Cossia va por más y la emprende contra la suelta de globos inflados con helio. "Recorren 3 mil kilómetros y dañan el medioambiente; y además estamos usando gases de poca producción en el mundo para algo trivial", explicó el edil. Su proyecto de prohibición de estas prácticas ya fue tratado en la comisión de Ecología y Medio Ambiente y avanza a buen ritmo.
Es una práctica común. Distintas organizaciones, empresas y particulares convocan, con distintos fines, a soltar globos al aire. Hace una semana, el Monumento fue escenario de una actividad que, a través de una suelta de globos, buscaba concientizar acerca de la importancia de la donación de médula osea.
La difusión de los efectos sobre el cuerpo de determinados consumos; conmemoraciones de víctimas de siniestros ocurridos en la ciudad; reclamos políticos e incluso medioambientales han incluido esta práctica dentro de sus agendas.
Paradójicamente, el 22 de marzo último se realizó una suelta de globos en la Casa del Agua (en la Planta Potabilizadora de Rosario) para celebrar el Día Mundial del Agua y concientizar sobre la importancia del uso racional de ese recurso.
"Los que promueven estas actividades desconocen el impacto contaminante que producen y los graves efectos que provocan a la fauna silvestre y urbana", dijo Cossia. "Hay información internacional de los daños que generan".
De largo aliento. Las problemáticas en torno a la suelta masiva de globos son dos. Por un lado, el medioambiental. Numerosas ONGs argentinas y del resto del mundo han analizado la situación durante los últimos años. "Un globo de helio bajo óptimas condiciones meteorológicas puede ascender hasta los 10 kilómetros de altura, desplazarse hasta 24 horas y recorrer hasta 3 mil kilómetros de distancia", explica un informe de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN).
"Las estadísticas mundiales dicen que las sueltas de globos dañan el medioambiente. Acá generan problemas a los animales de las islas, a los peces de los ríos, a las tortugas marinas", explicó Cossia.
La otra pata de la problemática es la de la conservación de recursos. El helio es un elemento escaso de vital importancia para la industria informática, la criogenia, la refrigeración de imanes superconductores (utilizados en los escáneres de imágenes de resonancias magnéticas), o el enfriamiento de detectores infrarrojos o reactores nucleares. El helio es el segundo elemento más ligero del universo. Un recurso que no es renovable y que, según la comunidad científica, podría agotarse en los próximos 30 años.
"Estamos usando gases de poca producción en el mundo, que es muy necesario para elementos tecnológicos, para soltar globos y dañar el medioambiente", remarcó el edil. "Hacemos muchas cosas sin tomar en cuenta los daños que causamos. Ese fue el espíritu de la ordenanza de la pirotecnia. No es ser aguafiestas. Hay que tener coherencia cuando prohibimos o avalamos ciertas cosas", remarcó, y puso como ejemplo una suelta de globos masiva que a fines del año pasado realizó Coca Cola en el Alto Rosario Shopping.
"Ese es el espíritu de la ordenanza. No se le va a prohibir al señor que vende globos en el parque o al que hace un cumpleaños privado", detalló Cossia, quien adelantó que la semana entrante el proyecto volverá a tratarse en la comisión de Ecología y Media Ambiente y que pronto se tratará en sesión.
Algo es seguro, la medida despierta polémica y es aplaudida por las asociaciones proteccionistas y de defensa del medioambiente. Entre los organizadores de eventos, en tanto, no genera mucha simpatía.