Para 1966 Tato ya era Tato, pero no tanto como después, en gran parte gracias a la televisión. En esa transformación a lo mejor el actor Tato Bores haya quedado empañado por el humorista. Para destacar al Tato actor sobre las tablas y no delante de una cámara de TV o de cine, como se lo conoce comúnmente, vale rescatar el paso del artista por Rosario y por el Diario La Capital en noviembre de 1966.
Mauricio Borensztein nació el 27 de abril de 1925 en Buenos Aires, empezó haciendo chistes para sus compañeros de trabajo, rápidamente lo convocó la radio, luego el teatro y la mayor aliada de la popularidad de los artistas, la TV. Hizo 17 programas que llevaron su nombre entre 1957 y 1993, no escatimó creatividad ni críticas a los poderosos de turno, se convirtió en “actor cómico de la Nación” y se ganó el cariño eterno de sus admiradores.
Para noviembre de 1966 Tato ya era una estrella de la televisión. Hacía “Tato, siempre en domingo”, que había debutado en 1961 en Canal 9 y desde 1964 lo hacía por Canal 11. Antes entre 1957 y 1959 había hecho “Tato y sus monólogos” en Canal 7.
De gira por Rosario
Durante el verano, Tato se embarcó en una gira por escenarios de diferentes ciudades argentinas con un espectáculo al que adjetiva de “informal” y al que el crítico del Diario La Capital califica de “original, entretenido, inteligente y teatralmente bien servido” con “colaboración de gente dotada de seguro oficio”.
“¡Aquí llegó Tato Bores!” fue un show de dos horas con pretensiones de entretenimiento en el que se conjugaban, sobre el escenario del teatro La Comedia, pasos de teatro, cuatro salidas de Tato con sus monólogos y, entre medio, intervenciones musicales a cargo de Astor Piazzolla al frente de su Quinteto Nuevo Tango.
A modo de acto principal, se desarrollaba en escena el texto “La ñata contra el libro” de Roberto Cossa en el que participan Bores, la actriz y cantante Elena Medrano, y los actores Luis Brandoni y Rodolfo Crespi.
Por su parte, Piazzolla y su conjunto, integrado por el violinista rosarino Antonio Agri, Jaime Gosis en piano, Kicho Díaz en contrabajo y Oscar López Ruiz en guitarra eléctrica, acompañados por la voz de Elena Medrano, interpretaron, entre otros versiones, “Verano porteño”, “Lo que vendrá”, “Adiós, Nonino”, “La muerte del ángel”, “La última curda”, “Cafetín de Buenos Aires” y “Chiqué”, un tema “desusado y enmarcado en lo que nos hemos atrevido a denominar ‘tercera corriente’”.
El espectáculo tuvo 12 funciones a consideración de los rosarinos el miércoles 9, jueves 10 y viernes 11 de noviembre a las 21:00 y 23:00, y el sábado 11 y domingo 12 con tres funciones a las 19:00, 21:00 y 23:00.
Cómo era Tato
La descripción del personaje o “actor titular” del show es la misma que hiciera el periodista de La Capital en su nota de 1966. De Tato sobresalió su “capacidad como monologuista” aunque “no es lo único que brilla, sino también su inteligencia”.
Al encontrarse frente a su actuación, “el elogio es obvio” ya que “domina su arte como pocos” al que torna “limpio, personal, diferente”. En relación a las expectativas de los asistentes, el show ofrece al “Tato Bores que el público quiere ver. Y para no defraudarlo hace cuatro apariciones en agotador despliegue vocal e histriónico, que merece, a menudo, aplausos a telón abierto”.
No quedan huérfanos de las alabanzas “el ingenio de sus libretos” ni su colaborador principal en ese métier, el guionista César Bruto. Finalmente, el cronista de La Capital señaló que Tato Bores “llega directo (al público) en su particular manera de decir y en sus festejadas expresiones faciales y corporales popularizadas por la televisión”.
En nuestra casa
Durante la tarde, el artista visitó “nuestra casa”. En el edificio histórico del Decano de la Prensa Argentina, Bores fue recibido por el director del matutino, Carlos Ovidio Lagos, por Ricardo Lisandro Lagos y personal de la Redacción del diario.
La “grata reunión” puso “una vez más se puso de manifiesto su cordialidad y simpatía”, y según el propio Tato el “respeto por el público de las provincias, al que no podía de ninguna manera defraudar y sí retribuir la fidelidad que comprueban los ratings logrados por su programa, ‘Tato siempre en domingo’, en todo el país”.
Con seguridad su personaje más conocido fue el Tato de peluca y frac que decía monólogos políticos a alta velocidad, aunque su aura de artista haya ido mucho más allá de la risa que provocaba cuando movía, también a través de sus palabras, a la reflexión sobre la más cruda realidad en una Argentina siempre decadente. Tato Bores murió un día como hoy hace 25 años. Y aún no ha habido quien lo reemplace.
Para recordar a Tato
El Ministerio de Cultura de la Nación tiene en su página web un apartado para Tato Bores donde se pueden ver siete de sus más recordados monólogos de televisión. Aquí se pueden ver los fragmentos televisivos.