"Es nuestro Bob Dylan, nuestro Leonardo Favio, alguien que nos pinta su aldea y nos hace soñar". Así lo presentó el concejal Eduardo Toniolli, autor del proyecto, a Coki Debernardi, el flamante Músico Distinguido de la ciudad de Rosario. Coki se tapó la cara con la distinción, sonrió tímidamente y eligió festejar con un show en plena plaza de 1º de Mayo y Córdoba. Y para que la fiesta sea redonda, tras un repaso por Punto G y por Killer Burritos, subió Fito Páez para cerrar bien arriba. Como Coki lo merece.
Lejos de su traje de vicegobernadora electa, Alejandra Rodenas leyó ante el público unas palabras dedicadas al Coki amigo más que al laureado artista. Y sobre un papelito redactado de puño y letra lo describió al músico cañadense como el portador de "ese afanoso intento de iluminarlo todo con tan poco". A su lado estaba el intendente electo Pablo Javkin, también el concejal Roberto Sukerman y abajo del escenario, mirando como un fan más, estaba Fito y su hijo Martín aplaudiendo bien fuerte, como se aplaude a la gente que uno quiere de verdad.
Caía el atardecer y Coki subió a escena con Punto G, aquella banda emblemática de los 80. Hizo "Cae lenta" y a muchos se les escapó un lagrimón. Después vino "Indios", "Duro, duro" y el cierre con "Baila" para que todos terminen saltando como en aquellos años.
Después vino Vandera, otro crédito local y amigo, y a dúo hicieron "Después de la guerra", en un guiño a los Certamente Roma, banda que coexistía en la misma escena que Punto G.
Llegó el turno de los Killer Burritos y trajeron la cadencia entrañable de "Perdida", "Linyera", "Chico Dinamita Amor" y "Un millón de dólares falsos", en una sutil versión más ralentada, que pusieron la vara bien alta.
"Voy a presentar a la peor persona del mundo", dijo Coki en un chiste de amigos para darle la entrada a Fito. Y la ovación no tardó en caer.
Junto a los Killer Burritos y con Fito al frente, cantaron "La ciudad de los pibes sin calma" y el "ooooooooo" del estribillo se hizo sentir hasta el microcentro. Después llegó otra vieja perlita de Páez, "Taquicardia". "Me pasé la puta vida viendo/viendo cómo hacen el mundo en vez de hacerlo yo" cantaba Fito, con Coki en la segunda voz y la gente en un coro interminable.
Fito lo cargó a su amigo en público y dijo que "deberían haber hecho un tribunal de análisis" para legitimar una distinción a Coki Debernardi. Y después de la broma lo endulzó una vez más rotulándolo como "el mejor tipo del mundo". Tras lo cual Coki agregó "y además un buen músico", para que la carcajada sirviese de previa ideal para el cierre.
El regalito de un tórrido miércoles terminaría con "Lejos de Berlín". "No más, por hoy, de verdad", arrancaba el tema y las caras de alegría bajaban del escenario y se encontraban con las de la gente. Vandera se sumó a los coros y la canción hizo otro link más a los buejos viejos tiempos de "Ey", aquel disco tan maldito como genial.
Después del último acorde vino la foto final con Coki, Fito, Vandera, los Punto G y los Killer Burritos, con la gente levantando los brazos. Era la foto de la película de Coki Debernardi, al menos de la que tiene que ver con la banda sonora de su vida.
"Estoy muy feliz, gracias a todos", dijo Coki antes de despedirse. "Gracias a vos, gracias a ustedes", dijo uno todo transpirado desde el público. Coki se fue con el sombrero bajo el brazo. Y volvió a reír.