Desde su fundación, y durante nueve décadas, Rosario atravesó un periodo de magnífico crecimiento demográfico, económico y urbanístico, y un libro ilustrado para las infancias muestra algunos de los acontecimientos que impulsaron este desarrollo. Este material pedagógico y lúdico propone el trabajo en clase con chicos y chicas de tercer grado.
Explorar la Ciudad. Rosario 1852 - 1940 es el nombre del libro que recientemente presentó el Museo de la Ciudad Wladimir Mikielievich para educadores. Una publicación de colaboración público-privada entre la Municipalidad de Rosario y la Fundación San Cristóbal, realizada por un equipo editorial rosarino que proyecta llegar a todas las bibliotecas populares y las escuelas primarias de los distintos barrios, ya sea con ejemplares impresos o en su versión digital para descargar de manera gratuita.
“La idea de crear un libro que recupere parte de la historia de la ciudad está dada por una necesidad que transmitían docentes de nivel inicial de contar con material bibliográfico para narrar su crecimiento”, destacan desde el departamento de educación del museo.
Este título continúa la serie de libros ilustrados iniciada por la Secretaría de Cultura y Educación en 2020 con Los viajes de Belgrano, pensado para cuarto grado y acompañando la promesa de lealtad a la bandera. El libro es fruto del trabajo colectivo cuyo contenido fue desarrollado por las historiadoras Alicia Megías y Agustina Prieto y los dibujos por el artista Pablo Bofelli. Nicolás Charles, director del museo, afirma que se trata de una herramienta que propone enseñar de manera clara y pedagógica el devenir esplendoroso de la ciudad desde su fundación.
Para aprender jugando
¿Cómo era la ciudad cuando apenas miles de habitantes vivían en unas casas cerca del río? ¿Qué impacto tuvieron en su desarrollo la primera plaza, los mercados, las líneas del ferrocarril, las fábricas, el primer parque, el puerto y algunos de los grandes edificios del centro? Explorar la Ciudad invita a descubrir esas y otras preguntas a través de ocho escenas y de una serie de consignas de búsqueda que promueven la observación de quien lea y mire sus páginas. “La idea del libro es que las niñas y los niños puedan aprender jugando, por eso el tipo de libro que propone el busca y encuentra, más conocido como ¿Dónde está Wally?, nos pareció una herramienta didáctica válida para mostrar la diversidad de situaciones y también destacar la figura del historiador Wladimir Mikielievich, que da nombre al museo y que aparece con una lupa en cada una de las escenas”, señala Celeste Mujica, integrante del equipo del museo.
En esta primera edición se imprimieron 1500 ejemplares que estarán disponibles en bibliotecas populares de los distintos barrios de la ciudad y en escuelas públicas primarias será una herramienta lúdica de aprendizaje. Este material se encuentra disponible en su versión digital de manera gratuita en el sitio museodelaciudad.gob.ar. También tiene un modo accesible con una tipografía más grande para personas con discapacidad visual.
“Tanto el ilustrador como las historiadoras fueron rigurosas en las vestimentas y los sombreros de época: los hombres que pertenecían a la clase alta llevaban galeras y si eran trabajadores usaban boina. En las mujeres, las imágenes muestran cómo fue variando el largo de las faldas con el tiempo, sus hábitos y tendencias en la moda”, detalla Mujica.
El trabajo en clase
El material queda a disposición del docente y abre la posibilidad de seguir investigando sobre los lugares y los hechos que ocurrieron en la ciudad. “El libro no tiene mucho texto pero sí el necesario y adecuado para alumnos y alumnas de tercer grado”, agrega.
El libro está acompañado de un cuadernillo complementario para educadores, que aporta contenidos y recursos para facilitar el trabajo en el aula. Ofrece datos, información, glosario y propuestas didácticas para analizar, poner en relación y ampliar la lectura.
Por otro lado, desde el museo adelantan que habrá un espacio de visita para las escuelas cuya inauguración está prevista para el mes de mayo. “Las instituciones que puedan hacer la experiencia piloto encontrarán una propuesta dentro del invernadero adaptada para que las infancias puedan seguir aprendiendo sobre la historia de Rosario”. La coordinadora remarca que este recurso mediado y lúdico rompe un poco con el estilo tradicional de los recorridos que ofrecen los museos. “Nos gustaría tejer redes y que puedan venir aquellas escuelas de los barrios que no pueden costear una empresa de turismo”, agrega.
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Entre las curiosidades, se destaca la escena de 1870 donde se observa la plaza 25 de Mayo y la Catedral.
Curiosidades de época
El libro propone observar aquellas construcciones que ya no están o se remodelaron, los medios de transporte y también identificar los cambios y permanencias que dan cuenta del crecimiento exponencial que tuvo la ciudad que llamaban por ese entonces la Chicago Argentina. Entre las curiosidades que aparecen en sus páginas, se destaca la escena de 1870 donde se observa la plaza 25 de Mayo y la Catedral que difiere mucho de su construcción actual. También la imagen de los años 30? o 40? que muestra una calle Córdoba que no era peatonal y los edificios que hoy se mantienen casi intactos como la Bolsa de Comercio, el Palacio Minetti, las emblemáticas esquinas de Córdoba y Corrientes. Al explorar la historia de la ciudad aparece el barrio Refinería, uno de los más representativos de la clase obrera. Las imágenes muestran una manifestación y las líneas del ferrocarril que llegaban hasta dentro de la refinería, cuando las cañas de azúcar venían directo de Tucumán.
La tapa con la imagen de un barco está inspirada en una pintura de Julio Vanzo, “representa un poco la historia de Rosario de finales del siglo XIX y principios del XX, identificada con el puerto y los barcos que trajeron a los inmigrantes que empezaron a poblar cada vez más la ciudad”, detallan desde el museo.