La moda circular es un sistema que, en vez de ser lineal, es decir de producción y venta de las prendas, genera que las prendas se usen y luego se vuelvan a usar por otra persona. Una de sus premisas es terminar con la conducta de producir, consumir y tirar. “Así se genera una rueda. No se agota en la venta, sino que sigue circulando”, precisó a La Capital Carmen Asenjo, la influencer rosarina creadora de Viva La Moda.
Furor por lo vintage
Devo Tienda Vintage es uno de los locales que más convocatoria tiene. Confluyeron en él tres emprendedoras que hasta febrero trabajaban a través de las redes sociales y sus propios showrooms. Ropaje Narinas, Eternos Rescates y Feria de Todo un Poquito se unieron para abrir las puertas del comercio y admiten que tienen mucho más público y la gente las encuentra más rápido.
Para los millennials, entrar a Devo es lo más parecido a sacar un pasaje a la infancia. No sólo por las prendas que pueden encontrarse en los percheros, sino también por los muebles de colores repletos de juguetes. Los Rugrats, Donald, Power Rangers, Charlie Brown y Snoopy, Garfield, Teletubbies, Bananas en Pijama, Tortugas Ninja y Mi Pequeño Pony, entre otros personajes, saludan desde los estantes y completan la experiencia. Justo ahí, en la nostalgia.
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Lucía Pliego tenía 15 años cuando comenzó a vestirse con ropa vintage y nunca se guió por las tendencias, sino "por lo que me gusta". La comerciante precisó que ropa vintage es aquella que tiene más de 20 años. Su local se especializa puntualmente en la década de los ochenta, noventa y dos mil.
Cada una de las ferias tiene su propio proceso de selección, pero todo lleva un largo tratamiento. Además de la curaduría y la elección de las prendas, también las desinfectan, las planchan y les toman las medidas para que la venta sea lo más ágil posible.
La mayoría de la ropa que cuelga en los percheros de Devo tiene más de 20 años. “La calidad y la confección es otra”, sostiene Pliego mientras sonríe con orgullo. En ese sentido, consideró que es su "manera de aportar un granito de arena al medio ambiente”.
Por su parte Asenjo, quien analiza a través de Viva La Moda la industria a nivel nacional e internacional, recordó que la moda circular forma parte de la moda sustentable y esta es una de las principales temáticas en las que está dialogando la moda. “Tiene que ver con ser más conscientes acerca de lo que consumimos y de cómo producimos las cosas. Hay una tendencia global, acelerada la situación económica, y los consumidores encuentran como alternativa la posibilidad de la moda circular para seguir sosteniendo el hábito de compra pero a un precio menor”, expuso.
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Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
Jeans, camperas de jeans, jardineros, polleras tartán y camperas desiré son las prendas más buscadas en los locales de Cassini. Además del precio, se enfocan mucho en la calidad. Aunque están hace poco más de medio año, ya es habitual que los transeúntes ingresen en la galería y revuelvan los comercios en busca de tesoros escondidos.
“Nuestros jeans están entre 5 mil y 8 mil pesos. En la peatonal hay muchos locales iguales en todas las cuadras y se consiguen pantalones más baratos pero que en dos meses no sirven más”, ejemplificó Pliego, de Rescates Eternos. Las camperas de jean rondan entre los 8 mil y los 12 mil pesos, y los pulóveres de lana entre los 5 mil y los 10 mil.
Las responsables de Devo Tienda Vintage prefieren no revelar dónde consiguen su ropa, pero admiten que el proceso de selección no es fácil ya que “hay poca mercadería en buenas condiciones”, y aclaran que toda la ropa que venden está en estado impecable.
Esta serie de requisitos innegociables hace que sea más complicado encontrar una variedad de talles, pero Pliego reconoce que intentan tener la mayor variedad posible para que quien llegue al local se vaya con una prenda. "Enfatizamos en ser una feria de marcas, cosas difíciles de conseguir o que son muy caras y tenerlas a buen precio", puntualizó Ezequiel.
Enfrente está Throw Ups, a cargo de Ezequiel Belinatto y Tomás Gregorio. Se definen como una tienda de graffiti, arte e indumentaria. Su principal atractivo es la ropa de segunda mano que traen de Estados Unidos y Europa. También ofrecen "ropa reciclada que se interviene y tiene un lado más artístico" y subrayan que "cada prenda es única".
"Estamos pasando por un momento económico donde comprar ropa es muy caro. Venís con 10 mil pesos a nuestra galería, comprás un par de cosas en algunos locales y tenés el outfit listo para esta noche", destacó Belinatto.
Por ejemplo, ofrecen camperas de abrigo que parten de los 15 mil pesos a los 40 mil, dependiendo la marca. Es posible encontrar productos Columbia y The North Face, entre otros.
De El Roperito al centro
Jorgelina Bravo y su hermana son dueñas de Espacio Circular, otro de los locales de la galería. Tras más de una década en la feria El Roperito de Rivadavia y Pueyrredón, decidieron unirse con una socia y probar suerte en el centro.
La comerciante relató que los compradores en la tradicional feria y en el local que está a pocos metros de calle Córdoba no son los mismos. “Acá en el centro la gente elige la ropa de marca, en cambio en El Roperito van a revolver y a buscar prendas vintage”, señaló.
El local abrió hace poco más de dos meses y tiene tanto ropa vintage como importada. “Me sorprendió que vienen muchos chicos jóvenes, del secundario. Les encanta la ropa”, narró. Como contrapartida, indicó que la gente mayor suele tener más prejuicio. “El otro día pasó una señora que le comentaba a la otra que esta era ropa de gente muerta”, dijo entre risas.
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Por ahora, los principales compradores no son quienes circulan por el centro, sino aquellos que saben que en la galería hay locales de este tipo y se acercan sabiendo lo que van a encontrar. “En la comparación de precios con los locales del centro se dan cuenta enseguida”, advirtió.
En Espacio Circular es posible encontrar indumentaria deportiva e importada y también ropa vintage, como sacos de pluma, camperas de jeans y jeans de décadas anteriores. Sus dueñas recomiendan visitar el lugar “con tiempo”. Además, quienes tengan prendas para ofrecer pueden acercarse al local para venderlas.
Por último, al igual que sus vecinas de Devo Vintage, argumentó que hay más consciencia de los consumidores. “Se dan cuenta de que las confecciones no son las mismas”, indicó, aunque aseguró que entiende a quienes tienen familias numerosas y compran “en los lugares del centro que fabrican todo el tiempo y venden la ropa a un precio irrisorio sin cuestionarse qué hay detrás de eso”.
Eliminar los prejuicios
La moda circular existe desde tiempos inmemorables, aunque no se llamaba así. "Heredar" ropa de algún familiar o de alguna amiga es desde hace décadas moneda corriente para muchas personas. "Quizás lo que se está logrando con esta tendencia de la moda sustentable es perder algunos prejuicios que se tenía con respecto a la moda circular y eso hace que se habilite o aparezcan muchas más aparezcan muchos más emprendimientos que decidan trabajar la moda circular como un formato de negocio", analizó Carmen Asenjo.
Para la creadora de Viva La Moda, el hábito de consumir ropa nueva está muy vinculado al pico del consumismo y actualmente se está atravesando una etapa que evalúa las consecuencias de este tipo de conductas. "Quizás hoy se están rompiendo esos prejuicios de que no estaba bueno usar ropa que no fuera tuya o que la ropa que se compraba de segunda mano tenía energías de otra personas o incluso de personas fallecidas. Se estigmatizaba y se le ponía mucha carga a este acto y no estaba bien visto", rememoró.
En esa línea, agregó que ahora que los consumidores son más conscientes de lo que implica producir una prensa para "simplemente dejar de usarla y que nadie más la use, empezó a tener más sentido la moda circular".
Para Asenjo, el público que consume moda circular "es súper variado" porque dentro del espectro hay un montón de productos. Desde prendas de primeras marcas que la gente elige vender porque sabe que tienen un valor económico hasta productos únicos que no se consiguen en ninguna tienda de ropa nueva.
La industria de la moda, además de ser una de las más importantes y convocantes a nivel global es también la segunda más contaminante del mundo. "Hay que desarrollar la educación a los consumidores al momento de comprar", opinó la especialista y agregó: "También me parece importante plantear de qué forma consumimos la moda. Siempre es interesante analizar cómo consumían moda las generaciones anteriores y cómo la consumimos hoy nosotros".
"Es importante educar a los consumidores y darles herramientas para poder atacar las estrategias de marketing que buscan todo el tiempo vender sin medir las consecuencias sociales o ambientales que genera esta industria, que son muy graves", concluyó.
Mientras tanto, ya sea por un consumo responsable o por un factor económico, la tendencia gana adeptos en Rosario y adquiere cada vez más visibilidad. Por lo pronto, además de los showrooms y emprendimientos particulares, quienes viven en la ciudad pueden encontrar en la galería Cassini un espacio repleto de locales para ir con tiempo y encontrar prendas únicas a buen precio.