Los datos oficiales sobre la cantidad de asesinatos ocurridos en el ámbito de la provincia, por un lado, y en los departamentos Santa Fe y Rosario, por otro, se perciben severos contrastes. De acuerdo a datos del último informe del Observatorio de Seguridad Pública (OSP) de Santa Fe, en el ámbito provincial durante 2023 se concretaron 397 homicidios, la cuarta cifra más alta de la década por detrás de 2014 (463); 2015 (432) y 2022 (407). El departamento Rosario transitó por un camino similar y cerró el año con 260 asesinatos, el cuarto peor registro de la historia por detrás de 2022 (291), 2013 (271) y 2014 (254).
Por fuera de estos números que marcan, sobre todo en Rosario, una continuidad de violencia y extrema ferocidad, en el mismo período en el departamento La Capital hubo 78 asesinatos, que si bien es superior a los 66 del año 2022, en conjunto marcan los dos años con la menor cantidad de crímenes en la ciudad capital en la década. La Capital y el departamento Rosario concentran el 85,1 por ciento de los asesinatos en toda la provincia.
En cuanto a la tasa de asesinatos la provincia se sitúa en torno a las 11 (10,98) víctimas por cada 100 mil habitantes según el informe del OSP, “un valor superior a los registrados entre 2017 y 2021 aunque bastante por debajo de los elaborados para los primeros años de la serie temporal analizada” que se toma registralmente hablando desde 2014. Vale resaltar que la tasa de homicidios en Argentina se situó en 2022 en el 4,31 por cada 100 mil habitantes y en 2021 fue del 4,62 por cada 100 mil.
Si bien el tercer departamento más violento de la provincia durante 2023 fue San Lorenzo con 15 crímenes, el 3,8 por ciento del total de homicidios en la provincia (7,8 homicidios cada 100 mil habitantes), Villa Gobernador Gálvez se mantiene con una tasa elevada de homicidios alta. Inclusive por sobre la de Rosario. La tercera ciudad de la provincia en cantidad de habitantes cerró el 2023 con una tasa de 25,64 homicidios por cada 100 mil habitantes.
En 2023 en VGG se registraron 23 asesinatos, el tercer peor registro de la historia junto a los años 2014 y 2018 (mismo número), por detrás de los 30 registrados en 2013 y los 24 de 2016.
Por detrás del departamento San Lorenzo en cantidad de homicidios se ubicaron General Obligado con nueve asesinatos (2,3 por ciento); Castellanos con seis (1,5 por ciento); San Jerónimo y San Justo con cuatro (1 por ciento en cada caso); tanto en Caseros como en General López y San Cristóbal tres; Constitución, Garay San Javier y Vera, dos; y uno tanto en 9 de Julio, Iriondo, Las Colonias y San Martín. Por su parte, Belgrano se constituyó como el único departamento de la provincia en el que no se registraron homicidios durante el 2023.
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Según el informe del OSP “en La Capital, uno de cada tres homicidios se enmarcan en conflictos interpersonales, y una proporción apenas superior se inscribe en el marco de organizaciones criminales y/o economías ilegales”. Mientras que “en Rosario casi dos de cada tres muertes se dieron en principio en el marco de organizaciones criminales y/o economías ilegales y menos del 10 por ciento en conflictos interpersonales. En las tres jurisdicciones se aprecia una tendencia creciente en la proporción de homicidios vinculados a organizaciones criminales y/o economías ilegales”.
Polos de violencia
De acuerdo al informe del OSP que retrata como se dieron los asesinatos en la provincia el 85,1% de los homicidios cometidos durante el 2023 tuvieron lugar en los departamentos La Capital (19,6 por ciento) y Rosario (65,5 por ciento). “Esta fuerte concentración territorial ya se apreció en años anteriores, aunque la última cifra no es la más elevada del período bajo análisis. En 2014, 2021 y 2022 la fracción de hechos ocurridos en los dos departamentos más populosos de la provincia se ubicó en torno a nueve de cada diez casos”, se explicó en el informe.
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En el informe en cuestión se precisó que “durante el año 2023 se registraron cuatro muertes en contexto de encierro ocurridas en unidades penitenciarias. Dos de ellas tuvieron lugar en el Instituto Correccional Modelo Nº1 de Coronda, constituyendo estos casos la mitad de los ocurridos en el departamento San Jerónimo. Por otro lado, las dos restantes tuvieron lugar en la Unidad Penitenciaria Nº 11 de Piñero, dentro del departamento Rosario”.
Los dos asesinatos intra muros en una cárcel del departamento Rosario ocurrieron en poco más de un mes en la prisión de Piñero. El 17 de octubre, Gustavo Rodolfo "Bocha" Figueroa, de 41 años, quien en 2020 había sido condenado en el marco de la causa por el secuestro extorsivo de un integrante de la comunidad gitana, fue asesinado a puñaladas en una presunta pelea entre reclusos en el pabellón 17.
El 22 de noviembre la víctima fue Gonzalo Bracamonte, un recluso de 36 años, quien había ingresado pocas horas antes a ese penal trasladado desde “La Redonda”, como se reconoce a la cárcel de Riccheri y Zeballos de Rosario. El crimen sucedió en la celda 38, un calabozo de tránsito, del módulo B de la cárcel de Piñero. Bracamonte fue atacado por Alexis B., con quien compartía momentáneamente el calabozo. El agresor fue acusado por el fiscal Alejandro Ferlazzo.
Durante 2023 se registraron en todo el territorio de la provincia doce homicidios resultantes del uso de la fuerza por parte de miembros de fuerzas de seguridad. Esta cifra se coloca por encima del conteo de los últimos 5 años y por debajo de los registros de 2014 (19), 2015 (26), 2016 (16) y 2017 (15).
En Rosario
Así como 2020 fue el año donde ni la pandemia pudo poner en cauce la violencia; el 2021, donde la vedette de la violencia callejera estuvo dada en la planificación de los asesinatos por encargo; y 2022, el más violento de la historia; el 2023 será recordado como el año de la crueldad. El último, al menos hasta el momento, de cuatro años en continuado con más de 200 asesinatos.
Fue un año en el que los asesinatos del músico y artista callejero Lorenzo "Jimi" Altamirano (1º de febrero) o la ejecución del chofer de la línea 116 César Roldán expusieron que dentro del crimen organizado hay una decisión de utilizar como “sobres” a personas que nada tienen que ver con un conflicto desatado en las calles hace varios años.
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Asesinar para refrendar un mensaje entre bandas y generar estupor en la opinión pública y la sociedad toda. El informe del OSP recalcó que siete de cada diez crímenes en Rosario están ligados a la economía criminal (64,3 por ciento) y según las investigaciones oficiales fueron planificados (72,7 por ciento).
Los 260 crímenes registrados en el departamento Rosario durante 2023 colocaron a este año como el tercero más violento de la historia de la ciudad por detrás de los 291 asesinatos de 2022 y los 271 de 2013. La mayor concentración de crímenes en el departamento es la ciudad de Rosario, con 223 asesinatos, de los cuales ocho de cada diez (81,2 por ciento) eran varones. Por detrás de la ciudad de Rosario los homicidios se repartieron entre las localidades de Villa Gobernador Gálvez, 23; Pérez, cuatro; Granadero Baigorria, tres; Ybarlucea y Piñero, dos; Funes, Álvarez y Coronel Bogado, uno.
Los registros más elevados de conflictividad armada y violencia altamente lesiva tuvieron lugar en los distritos noroeste, oeste y sur de la ciudad. En el nororeste fueron los barrios Ludueña y Empalme Graneros, fogoneados por las pujas de poder entre bandas que responden a franquicias de marcas como Los Monos y Esteban Alvarado. Entre ambas concentraron 26 crímenes: Ludueña registró 17 y Empalme Graneros contabilizó 9 homicidios.
Tablada fue el barrio con más muertes en el sur y Santa Lucía en el oeste. “Los homicidios cometidos en la ciudad de Rosario muestran una presencia territorial algo más dispersa que en la ciudad de Santa Fe, observándose mayor frecuencia en algunos focos específicos”, explicó el informe del OSP.
Los asesinatos en ocasión de robo _homicidios en los que en principio, se pretende robar a la víctima, pero por distintos motivos, se le quita la vida recurriendo a la violencia_ que antes de la explosión de violencia territorial entre bandas se utilizaban para graficar el índice de seguridad social, tuvo una leve alza.
En 2023 los crímenes en ocasión de robo representaron el 6,5 por ciento del total. En 2022 había sido el 4,8 por ciento y en 2021 el 3,7 por ciento. Cifras que representan cerca de la mitad de las registradas entre 2014 y 2016. Los años más violentos de la década en este rubro fueron 2016 (14,9 por ciento), 2015 (13,7 por ciento) y 2014 (10,6 por ciento). En 2023 a nivel provincial el crimen en ocasión de robo estuvo en el 7,6 por ciento.