El primer sábado de mayo de cada año está marcada en el almanaque la "MMM22" conocida por las letras de la sigla en inglés “Million Marijuana March”, o sea, la Marcha por el Millón de Porros en español, la Marche mondiale pour le cannabis, en francés. La marcha por la despenalización del uso nació en Nueva York en 1973 y hoy, en muchas ciudades de al menos 190 países coincide la protesta global en el pedido de reclasificación de la planta cannábica para todo uso. El debate a nivel mundial está centrado en la crítica al paradigma prohibicionista en el que avanzaron desde 1961 los países bajo el argumento de la “guerra contra las drogas ”. Se da la paradoja de que el comercio y consumo han crecido de manera indescriptible en todo el mundo generando negocios multimillonarios provenientes de las economías ilegales. Con el avance de los años se pueden ver reflejadas en series y documentales on line las diferentes historias de los entramados de esos billetes manchados con sangre. Lo llamativo es que en la realidad, de manera coral, los sistemas judiciales, políticos y sanitarios juegan de televidentes.
Este sábado 7 de mayo convocan a manifestaciones a nivel global. En las diferentes grandes ciudades de Latinoamérica, con el pasar de los años, las concentraciones han sumado volumen y sustancia argumentativa al debate político. En Argentina las organizaciones cannábicas, las que militan por una nueva ley de drogas, al igual que las que trabajan por la reducción de daños, han abonado la discusión parlamentaria, permitiendo avances en varios aspectos, principalmente en el uso de tipo medicinal, como también las investigaciones científicas en curso.
De perejiles vive el mundo. En Argentina está vigente la ley 23.737, que refiere a los delitos por narcotráfico. En sus instancias de clasificación aparece el cannabis a la altura del resto de las sustancias. Esto hace que todos los usos y consumos sean considerados un delito penal de orden federal con castigo de cárcel. Los indicadores de la Justicia marcan que toda la estructura es efectiva sobre la persecución, detención y juicio por el autocultivo de plantas para uso personal pero no para investigar la ruta del dinero que generó el narcotráfico en los últimos años.
“Más de 40 millones de dólares al año gasta el Estado en criminalizar a personas usuarios de drogas” (Informe de Reset 2019) “Más de 40 millones de dólares al año gasta el Estado en criminalizar a personas usuarios de drogas” (Informe de Reset 2019)
La pandemia generalizó la particularidad de apagar toda expresión popular y callejera. En Argentina es reconocido a nivel mundial que las manifestaciones por apoyos, descontentos o críticas tienen un lugar común: las plazas y las calles. “Las marchas tienen el valor del encuentro, del reconocimiento, de la visibilización y si bien hemos dado algunos pasos no salimos a festejar porque nos queda muchísimo por ganar en las calles” reflexionó la médica Sofía Maiorana, referenta de la Asociación de Usuaries y Profesionales para el Abordaje del Cannabis y otras drogas (AUPAC). En el mismo sentido, la psicóloga y profesora universitaria, Silvia Inchaurraga, presidenta de la Asociación Reducción de Daños de Argentina (ARDA) dijo que: “La primera marcha en el año 2002 en Rosario era con la misma consigna con la que convocamos hoy, por la reforma de la política de drogas en general, la reforma de la política legislativa despenalizando la tenencia de todas las drogas”. Y la Comunicadora Social, Paula Sarkissian, referenta de la Asociación Rosarina de Estudios Culturales y Cannábicos (AREC) sumó en relación a la estigmatización y persecución que la marcha permite “visibilizar demandas y exponer la violencia policial que a diario sufrimos usuaries y cultivadores, a pesar del creciente consenso social y las leyes vigentes”.
“Quienes tuvieron posibilidad de cultivar en pandemia realmente pudieron darle más valor a lo que significa el autocultivo en términos de autonomía”, reflexionó Maiorana sobre la cuestión de fondo que refiere al emparentamiento del cannabis con la venta ilegal. Además, contó que “se observó que el cultivo y el consumo crecieron”.
Cannabis industrial
Ayer, la Cámara de Diputados de la Nación aprobó el marco regulatorio de la cadena de producción, industrialización y comercialización del cannabis medicinal y del cáñamo. El proyecto fue enviado y elaborado por la cartera de Producción que encabeza Matías Kulfas, y permitirá crear los mecanismos de autorizaciones para productores y comercializadores; así como estrategias de seguridad, fiscalización y trazabilidad en la cadena. Funcionarios del Gobierno aseguran procurar inversiones en el sector que permitiría facturar unos 500 millones de dólares al año con la producción y el desarrollo de cosméticos a base de la planta, como así también suplementos, fibras vegetales y hasta biocombustibles, aunque la mayor captación estaría en el interés y demanda para uso recreativo.
En Rosario, Organizaciones no gubernamentales, Asociaciones y Grupos hace décadas sostienen el reclamo por una nueva Ley de Drogas, o sea, una norma que contemple la realidad de los consumos y los usos, como así también los consumos problemáticos y los abordajes sanitarios, desclasificando al comercio y tráfico del último eslabón de la cadena: el consumidor, autocultivador o cultivador solidario. “El Estado nos deja expuestes a la permanente estigmatización y criminalización”, consideró Sarkissian, mientras que Maiorana dijo: “Cuántas personas dudaron en llevar a sus familiares a ser atendidos a un efector público por la estigmatización e incluso el temor a alguna represalia por el consumo de drogas”, ejemplifica Maiorana.
REPROCANN
El Registro al Programa de Cannabis permite a aquellas personas que cuenten con prescripción médica acceder a un cultivo controlado de la planta de cannabis, con fines de tratamiento medicinal, terapéutico y/o paliativo del dolor. Desde AUPAC consideran que “el Reprocann de alguna manera es un piso de Derechos. Lo que ha significado un cuello de botella con 63.000 personas aprobadas en el registro”. Desde AREC, marcan que “no hay suficiente difusión respecto a la existencia y sus alcances”. Mientras que la referenta de ARDA dijo con contundencia: “Hay una burocratización que sigue escondiendo el tema bajo la alfombra con falta de formación de médicos y también de las fuerzas de seguridad que controlan lo que deriva en no igualdad de acceso. Los usuarios recreativos se camuflan de usuarios medicinales y hay pocos médicos formados en medicina cannabica”.
Reclamos en el tiempo
Varias décadas lleva el reclamo de despenalización del autocultivo para todos sus usos, aunque las manifestaciones en la frontera del 2000 eran muy pequeñas y de casi nula incidencia política. En estos veinte años la concientización y persistencia hizo que el movimiento cannábico logre instalar en la agenda pública y política el eje de sus reclamos.
El uso recreativo, ahora denominado uso adulto fue desplazado a un segundo plano por los pedidos y planteos para el uso terapéutico y medicinal cuyo protagonismo estuvo dado por las madres de los diferentes pacientes. En Rosario las Madres que se Plantan, las Madres Cultivadoras, Mamá Cultiva han tenido un trabajo militante inconmensurable siendo desde allí, y por la sensibilidad que significa para la sociedad argentina que una madre pida por sus hijos, que avanzó la vigente ley 27.350 que permite el uso terapéutico y paliativo.
En 2018, seis rosarinas (de la ONG Madres que se Plantan) presentaron un recurso en la justicia federal logrando el permiso de la jueza Sylvia Aramberri a “plantar, acopiar, cultivar y hacer los aceites, sin límites de cultivo y testeado por cromatografía” pero el fallo de primera instancia fue apelado y la autorización quedó en manos de la Corte Suprema federal, aunque sigue vigente la autorización original.
Y las madres arremetieron, el cannabis volvió a la Corte luego de casi quince años, cuando se trató y falló sobre el caso Arriola que refería al consumo personal. En éste caso, “Mamás por el Cannabis Medicinal” (MACAME) presentaron en 2018 un pedido para cultivar y cosechar en sus casas. “Continúan con el reclamo por el autocultivo y así tratar las diferentes dolencias y patologías. Pedimos que se declare inconstitucional los alcances de la ley 23.737, o sea la ley de narcotráfico”, explicó Laura Acosta referenta de MACAME.
Dato: de las banderas en las MMM. El narcotráfico se reduciría a la mitad con la legalización del autocultivo. Según organismos internacionales (ONU), el cannabis representa un 50 por ciento del negocio del narcotráfico mundial.
Reducción de daños
La semana pasada, la idea de la reducción de daños fue tema de debate y opinión por un folleto repartido en un recital de una localidad del Gran Buenos Aires. Siempre que se trata el tema en los medios es con la base de la urgencia y el rating siendo que los especialistas del tema manifiestan que es un contrasentido que rara vez suman esos debates: “La Reducción de Daños es un modelo que busca reducir las consecuencias negativas del consumo de drogas, aunque dicho consumo persista”, sintetizó Inchaurraga, quien trabaja desde hace 25 años en la formación de médicos de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Rosario.
Recomendaciones:
Información sobre el Reprocann
Más de 40 millones de dólares al año gasta el Estado en criminalizar a personas usuarios de drogas (2019. Fuente: Reset)