Fue por una cuestión lógica, ya que ni Buenos Aires ni Córdoba podían albergar esta serie porque tenían sus ATP y quedaba muy poco tiempo entre uno y otro. Cuando vimos que en Buenos Aires ya no se podía, decidimos llevarlo al interior. Ahí vimos que Rosario y toda la provincia de Santa Fe es una plaza muy fuerte para lo que es el tenis a nivel país y nunca se había jugado una serie allí. Además, el capitán (Guillermo Coria) vive en Rosario. Por eso cuando obtuvimos el apoyo del intendente de Rosario, Pablo Javkin, y del gobernador de la provincia, Maximiliano Pullaro, no dudamos en hacerlo ahí.
Teniendo a Buenos Aires y Córdoba como posibles sedes, que la Copa Davis llegue a Rosario al principio fue como un sueño.
Nosotros nunca lo miramos desde ese punto. Lo que tratamos de hacer, cuando podemos, es llevarlo a distintos lados, como se hizo en San Juan en su momento. Lo que pasa con la Copa Davis es que hay cuestiones logísticas y de reglamento muy estrictas que hay que observar. No es lo mismo hacer una serie de Copa Davis que un ITF o Future de 15 mil o 25 mil dólares porque los requerimientos son distintos, hasta las dimensiones de la cancha son distintas. Ya el reglamento te va poniendo una exigencia que, quizás, en un torneo más chico no la tenés. Y hay que cumplirlos porque sino no te lo dejan hacer. Para poner en contexto, lo que va a pasar en Rosario en los primeros días de febrero, vendría a ser como las eliminatorias de un mundial de fútbol. En este caso sería igual, pero para un mundial de tenis, porque ganándole a Kazajistán, pasás a la fase de grupo del mundial. Es cierto, es un mundial atípico porque por una cuestión de calendario la fase de grupo se juega en septiembre y la fase final en noviembre, pero no deja de ser un mundial. Esa es la importancia que tiene la serie con Kazajistán, la que se va a jugar en Rosario por primera vez.
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Calleri, raqueta en mano, observando uno de los tantos entrenamientos junto al correntino Leo Meyer.
¿Te sorprendió que en un par de horas las entradas de la pre- venta se agotaran?
No, ¿y sabés por qué no? Porque en el interior se le da mucho más valor a este tipo de eventos que en Capital, donde tenés eventos todo el tiempo. Esa es otra razón por la que nosotros tratamos de que los torneos, como los Challengers y/o Futures se jueguen en el interior... la gente lo valora mucho más. No digo que en Buenos Aires no se valore, pero al tener una gran cantidad de ofertas todo el tiempo no es lo mismo. De hecho en un Future en el interior van 500 o 600 personas a ver una final y en Buenos Aires van 100. Es distinto. Por eso desde la AAT alentamos a que este tipo de torneos, incluso serie de Copa Davis, se puedan jugar en el interior, siempre que se pueda. Y al hacerlo, hay que hacerlo bien, porque si no lo está, el informe de la ITF, de la ATP o WTA no es bueno y eso no nos beneficia. Por eso este tipo de eventos tienen que salir bien.
Dios es argentino pero atiende en Buenos Aires ¿Qué lugar ocupa el interior en la AAT?
Nosotros nos apoyamos mucho en la gente del interior y más allá de que sabemos que el esfuerzo que hay que hacer es mucho mayor, que todo cuesta más, eso no nos quita el sueño. Hacemos las cosas como la hacíamos cuando éramos deportistas, cuando buscábamos siempre dar un pasito más. Ahora tratamos de hacerlo como dirigentes y tenemos el apoyo de la ITF, WTA y ATP porque saben que cumplimos con los objetivos, los torneos salen bien y todo es gracias al equipo de producción de la AAT, porque no tercializamos nada. Es un equipo donde cada uno sabe lo que tiene que hacer y puede organizar desde una serie de Copa Davis hasta un Future y siempre de la mejor manera.
La AAT le da mucha importancia al desarrollo. ¿Hoy por hoy como está el tenis argentino en ese sentido?
Estamos muy bien, conformes con nuestro trabajo pero vamos por más. La gente piensa que la etapa junior termina a los 18 años y que a partir de ahí ya sos profesional. No es así, hay un desarrollo hacia el profesionalismo, donde al tenista que sale de junior lo tenés que acompañar. ¿De qué manera lo acompañamos nosotros? Desde la cantidad de torneos que estamos haciendo para que ellos tengan la posibilidad de jugar en su país y poder sacar sus primeros puntos, tanto en WTA como en ATP.
En ese sentido los números avalan.
Hay que ver la cantidad de chicos que hay hoy por hoy en el ranking. Son 37 chicos los que tienen puntos, muchos más de los 14 que eran cuando nosotros entramos. De esos 37 tenemos 5 dentro de los 200 mejores del mundo, algo que 15 años atrás no pasaba. Ese es el trabajo que a nosotros nos importa cuando los chicos dejan juniors. Después, una vez que los chicos ya se meten, entran en una vorágine, en una ola donde van solos. Ya el mismo ranking te va llevando. Por eso nos enfocamos donde nos enfocamos y por eso creo que ha crecido tanto el tenis a nivel masculino como femenino. Como exjugadores que fuimos, somos conscientes de lo importante que es tener esa cantidad de torneos en Argentina. El plus que tenemos como exjugadores es que la relación con el presidente de la ATP o el de la WTA o el de ITF es directa, levanto el teléfono y llamo. No tengo intermediarios y así es mucho más fácil gestionar y conseguir cosas habiendo sido exjugador, sabiendo lo que necesita un jugador en todos los niveles. Somos un equipo donde cada uno sabe qué rol tiene y de qué se ocupa. Esa es la mejor forma. Nosotros siempre dijimos que queremos profesionalizar la AAT, lo venimos logrando y los resultados están a la vista.
Se nota que desde la dirigencia también buscan ser un motor de inclusión para que más gente juegue al tenis.
Después de la pandemia, que el tenis haya sido el primer deporte que se liberó nos ayudó. Gente que nunca había jugado, empezó a incursionar en el tenis y eso hizo que el número de jugadores amateurs de todas las edades creciera. Después estaba en nosotros capitalizar eso con torneos para juniors o para amateurs de todas las edades y fue un trabajo que tuvimos que ir haciendo.
¿Quiénes son los tenistas con mayor proyección?
Solamente para dar algunos ejemplos te puedo nombrar a chicas como Luisina Giovanini, Lourdes Ayala, Chiara Villanova o Carla Markus, y a varones como Luciano Ambroggi, Juan Manuel La Serna y Juan Estevez, tenemos muchos jugadores que son promesas y pueden llegar. Sin contar los que ya están: Mariano Navone, Facundo Díaz Acosta, Francisco Comesaña, Thiago Tirante o Juan Manuel Cerúndolo, chicos que han crecido mucho en el ranking por la cantidad de challenger que hemos hecho en el país. En nuestra época nosotros teníamos un solo challenger en Argentina, salvando la distancia que el uno a uno en la relación peso/dólar a nosotros nos favoreció un montón. Hoy, sabiendo que la situación económica no es fácil, tenemos que gestionar y hacer torneos en el país para que los costos de los chicos sean mucho menor y puedan sacar sus puntos acá, en el país. Por ejemplo Fran Cerúndolo o el propio Báez, ganaron muchos challengers acá y se metieron en el top 100.
El tenis te lleva a la línea delgada entre la perfección y no tener errores. Es muy exigente y solitario. ¿Es más difícil ser jugador o ser dirigente?
Son diferentes líneas. Cuando sos tenista, te equivocás y el perjudicado sos vos, pero cuando sos dirigente si te equivocás son varios los que salen perjudicados. Como cualquier humano tenemos aciertos y errores y si nos equivocamos te aseguro que es sin mala intención. Escuchamos las opiniones de todos y estamos abiertos a las sugerencias, porque el haber sido jugador, no te da la potestad de decir que la sabemos todas porque no es así.
Las últimas veces que jugaste en Rosario fue en 2000, en el cuadrangular por el Centenario del Jockey Club y en 2001 en el Torneo Argentino Rosario. Antes hubo otras, pero ¿qué recuerdos tenés de tu paso por Rosario?
De Rosario siempre tengo los mejores recuerdos. Ahí gané una etapa de un satélite allá por el 95 o el 96... Hace tanto tiempo que eran “satélites”, todavía no existían los Future. Me acuerdo que gané una etapa en la cancha uno.
¿Qué balance hacés de tu gestión? Te tocó asumir en un contexto difícil en lo deportivo y en lo económico.
Asumimos en 2018 con una Asociación que en ese momento tenía una deuda de 20 millones de pesos (que si lo trasladás a números de hoy la cifra es mucho más alta), además de varios embargos. La AAT estaba bastante devastada y deficitaria. Encima entramos y tuvimos dos años de pandemia. No fue fácil. Hoy la Asociación hace bastante tiempo que no es más deficitaria, dejó de ser Davis-dependiente, porque ya no necesita de la Davis para subsistir. Hoy tenemos una gran cantidad de sponsors, que los hemos gestionado con Mariano Zabaleta y todo un equipo de la AAT, porque tenemos un producto que es muy vendible y atractivo para las marcas, eso sin contar la cantidad de torneos que hacemos. Creo que esa es la manera de trabajar y demostrar que es una Asociación seria que trabaja tanto para los más chicos como para los más grandes. Nosotros siempre fuimos de la idea de federalizar el tenis, porque se juega en todo el país. Entramos golpeando puertas para ver quién podía organizar un torneo. Hoy es al revés, nos llaman y por suerte tenemos el problema de tener que decir que no.
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En 2004. En dobles con Lucas Arnold, en el triunfo ante los marroquíes Mounir El Aarej y Mehdi Tahiri por 6/1, 6/4 y 6/2.
Calleri y su carrera en la Davis
En su historial como jugador, Agustín Calleri ostenta 14 series jugadas con el seleccionado argentino de tenis entre el 2000 y 2008. De ellas, el cordobés oriundo de Río Cuarto, ganó 14 partidos (la mayoría de ellos en polvo de ladrillo) y perdió 7. De los encuentros de los que salió vencedor, 8 fueron en singles y 6 en dobles. Su último partido fue en noviembre de 2008 en la serie ante España. Jugó dobles con David Nalbandián y cayeron ante Feliciano López y Fernando Verdasco, 7/5, 5/7, 6/7 y 3/6.