El uso diario de filtros solares es fundamental para mantener la piel sana y sin manchas
La llegada de la primavera trae más horas de sol, temperaturas cálidas y un mayor porcentaje de humedad. Estos factores influyen directamente en el comportamiento de la piel, que puede volverse más oleosa, presentar una mayor tendencia a la sudoración o intensificar las manchas y los brotes de acné por la exposición solar. Por eso, ajustar la rutina de cuidado facial a esta etapa del año es fundamental para mantener la piel sana, luminosa y protegida.
El cuidado facial diario debería contemplar una serie de pasos simples pero efectivos.
Limpieza suave: permite retirar impurezas, restos de sudor, maquillaje y exceso de grasa. Se recomienda elegir productos no agresivos, como geles o espumas limpiadoras, que dejen la piel fresca y confortable, sin sensación de tirantez.
Hidratación ligera: con el calor y la humedad, conviene optar por texturas livianas como cremas de tipo gel o serums, que son vehículos fluidos, por lo que se absorben rápido y no obstruyen los poros. El ácido hialurónico es un aliado frecuente en esta época, porque hidrata en profundidad sin aportar pesadez.
Antioxidantes: sumar activos como la vitamina C, la vitamina E o el ácido ferúlico refuerza las defensas de la piel frente al estrés oxidativo, previene la aparición de manchas y aporta luminosidad.
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La importancia de la protección solar
Si hay un paso que no puede faltar en ningún momento del año, y mucho menos en primavera, es la fotoprotección. El protector solar debe aplicarse cada mañana como último paso de la rutina y renovarse cada dos horas en caso de exposición al aire libre.
El factor de protección debe ser FPS 50. Para evitar manchas, idealmente elegir un protector con color.
Si vamos a estar expuestos al aire libre, debemos además usar protección física como una gorra, visera y mangas largas.
El uso diario de filtros solares no solo previene quemaduras, sino que también reduce el riesgo de cáncer de piel, evita el envejecimiento prematuro, las arrugas y la aparición de manchas. Actualmente existen fórmulas adaptadas a cada tipo de piel (gel, crema, fluido o compactos con color) que facilitan su incorporación a la rutina cotidiana.
Cada piel es única
Aunque estas recomendaciones sirven como guía, cada piel tiene sus particularidades: algunas son más sensibles y requieren productos hipoalergénicos, otras presentan tendencia acneica y necesitan texturas oil free, mientras que las pieles maduras pueden beneficiarse de activos reafirmantes y despigmentantes. Por eso, la consulta con un dermatólogo resulta clave para diseñar un plan de cuidado personalizado y seguro.
* María Agustina Galván es dermatóloga de GO Sanatorio Funes.
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