“Merci la vie (gracias vida)”, piensa interiormente Simon Capelli-Welter cuando se topa cara a cara con Diego Armando Maradona. “¡¿Qué camisa, eh?!, atina a decirle el francés Simon a Diego, mirándolo como un chico a través de una vidriera, como si se tratara del juguete más preciado que iba a ver en toda su vida. Capelli-Welter es jefe de redacción del magazine So Foot, el mismo que alguna vez tuvo Diego en sus manos cuando lo homenajearon (ver foto) en una ocasión entre tantas veces. El destino volvió a juntar a su Francia y a nuestra Argentina, la de Diego, la de Leo, la de 45 millones. Para ambos es la gran oportunidad de conseguir la tercera estrella mundial. Es un día histórico, de esos que no se repiten seguido, aunque haya una hegemonía ciertamente marcada en la última etapa. Porque Francia va en busca del bicampeonato con Kylian Mbappé de bandera y Argentina llega a su segunda final en los últimos tres mundiales con Lionel Messi en la cúspide. Generaciones que plantaron bandera.
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Con el Diez. Maradona estuvo en la redacción de la revista.
¿Cuál es la expectativa en Francia antes de la final?
Es enorme. Y lograr el bicampeonato sería algo increíble. Por supuesto, todos en Francia lo esperan, pero también sabemos que este juego será particularmente difícil, muy diferente a lo de Rusia 2018.
Marruecos dominó la semifinal ante Francia, quizás empujado por la rápida desventaja inicial, pero la calidad individual francesa terminó haciendo la diferencia.
Francia tuvo la suerte de anotar tan rápido, pero luego el equipo pudo defender esta ventaja, mantenerla e incluso duplicarla. Esa es la principal fortaleza de Francia: este equipo sabe sufrir y resistir. Incluso sin el balón, siempre será peligrosa y lo sabe, por lo que no se asusta cuando defiende.
Incluso con ausencias tan importantes como las de Kimpembe, Benzema, Kanté o Pogba, Francia se sobrepuso y se apoyó en la figura de Mbappé, ¿cuál es la real influencia que tiene en el seleccionado?
En primer lugar, el plantel francés es tan amplio que los recién llegados como Konaté, Upamecano o Kounde, incluso Rabiot -que reemplazó a Pogba-, son titulares en grandes clubes como el Bayern Munich, Liverpool, Barcelona o incluso la Juventus. Mbappé es quizás la fuerza más “imparable” del fútbol moderno. El crea peligro por sí mismo. Cada equipo necesita crear peligro, no solo podés confiar en el juego aéreo o la conducción, necesitas delanteros que puedan crear algo de la nada por sí mismos. Es como un lujo, pero uno que realmente necesitas. Con Mbappé, Francia tiene eso. Con Messi, Argentina también.
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La tapa más triste. El adiós a Diego con un “Hasta siempre”.
¿Dónde está el punto fuerte del equipo y qué es lo que más sufre?
La mayor fortaleza es que este equipo no necesita jugar bien para ser peligroso, y es consciente de eso. Además, Griezmann juega como un creador de juego moderno, defiende mucho, juega un poco como un número 8, un volante completo. Trabaja mucho por el equipo, aunque a veces no se vea. Me hace acordar mucho a lo que hacía Cambiasso. Está liderando con el ejemplo, defiende, es muy importante para cerrar los espacios frente al oponente, incluso regresa para ayudar a los defensores. Mbappé te permite ganar partidos, Griezmann de no perderlos. Y el punto más inestable de Francia es la defensa, ya que no siempre da garantías de seguridad total.
Todo el pueblo argentino y de otros países quiere que Messi gane el título para coronar su magistral carrera. ¿Qué podés decir de Leo y de lo que viste de la selección argentina hasta ahora?
Quizás no sean el mejor equipo, pero tienen más que cualquier selección y las dos cualidades principales para ganar un torneo como la Copa del Mundo: “la furie et la foi” (“la furia y la fe”, cita frase de la banda de hip hop francesa Fonky Familiy). Cuando tenés eso, ayuda a todo lo demás, todos los esfuerzos adicionales, todos los pequeños detalles tienden a volverse a tu favor cuando crees. Y bueno, tienen a Leo. Conoce el juego más que nadie ahora. No sé si he visto a un jugador que pueda ser tan peligroso sin cometer errores ni correr demasiados riesgos. Tiene todo bajo control, pero aún así, es peligroso, es agudo, es malo para el oponente. Me encanta eso, esa agresividad en su juego. ¡Y no solo porque me recuerda a Diego, sino porque creo que Messi enojado podría ser mejor que Messi agradable!